Exclusiva de China: Esposas de homosexuales luchan para liberarse

Spanish.xinhuanet.com   2016-08-08 14:30:08

BEIJING, 8 ago (Xinhua) -- Qing Feng no lamenta haberse divorciado de su marido, que es homosexual, pero no ha sido un proceso fácil perder la custodia de su hijo y su dinero.

Qing, de la provincia suroccidental china de Guizhou, finalizó su matrimonio, en el que no había ni sexo ni amor, hace meses, después de unas arduas negociaciones con un hombre que siempre la menospreció a lo largo de 13 años de relación.

"Dijo que no lograría ni un centavo ni la custodia de mi hijo porque yo pedí el divorcio sin tener evidencias para mostrar sus errores", contó Qing, de 40 años de edad.

"Estaba bien preparado para el día del divorcio. Había transferido todos nuestros activos a sus padres", agregó.

Qing es una de las desafortunadas mujeres a las que en China se conoce como "esposas de gais", o "tongqi" en chino, que se casan inconscientemente con hombres homosexuales que ocultan esta condición. Para estas mujeres, el divorcio es a menudo un camino escabroso debido a la obstrucción de sus maridos y la carencia de un apoyo legal claro.

En un país en que el matrimonio homosexual es ilegal, la mayoría de los hombres homosexuales eligen casarse con mujeres y tener hijos debido a la presión de sus padres y de la sociedad.

Muchos chinos creen que continuar el linaje familiar es un deber inevitable de los hombres y no tener hijos constituye un fracaso.

En un seminario sobre la protección de las "tongqi", celebrado a finales de julio en la ciudad de Changsha, de la provincia central china de Hunan, Qing compartió su historia y animó a otras mujeres en su situación a perseguir su felicidad con valor.

Hace dos años, un programa televisivo sobre la tragedia de los matrimonios entre gais y heterosexuales ayudó a Qing a superar sus dudas sobre divorciarse de su marido, que empezó a rechazar todos los contactos físicos después del nacimiento de su hijo y en raras ocasiones mostraba alguna atención.

"Él me decía repetidamente: 'No te rías. Estás fea cuando lo haces'. No le gustaba nada de mí, por lo que yo trataba de cambiar para contentarlo", dijo Qing.

Cuando finalmente cuestionó la orientación sexual de su marido, él confesó pero rechazó el divorcio, ya que temía que arruinase su reputación.

Su marido y la familia de él insultaron a Qing por participar en el seminario. Finalmente se hartó y decidió insistir en el divorcio, aunque vaciló pensando en lo mejor para su hijo.

Un abogado le dijo que, incluso aunque presentase una demanda de divorcio, podría no resolverse a su favor.

La mayoría de los gais chinos ocultan su homosexualidad, por lo cual es difícil para las mujeres reunir evidencias de los hábitos y la orientación sexual de sus maridos, indicó Yang Shaogang, abogado de Shanghai con experiencia en casos de divorcio entre homosexuales y heterosexuales.

Como resultado, muchas veces los jueces no conceden el divorcio y las mujeres tienen que presentar una nueva demanda en una fecha posterior, añadió Yang.

Además, la ley china no considera culpables a los homosexuales del fracaso matrimonial, lo que significa que las mujeres no logran compensaciones y la ley no les ofrece privilegios para lograr la custodia de sus hijos.

Yang ha pedido modificaciones legales respecto a la distribución de las propiedades y la custodia de los niños en estos casos de divorcio para animar a las "tongqi" a liberarse.

Entre las 15 mujeres en esta situación que participaron en el primer seminario del año pasado, tres lograron el divorcio hasta el momento.

"Muestra un gran progreso que estas mujeres sean capaces de levantarse para proteger sus derechos", opinó la sexóloga china Zhang Beichuan.

De acuerdo con la doctora Li Xianhong, de la Universidad Sur Central con sede en Changsha, quien organizó los seminarios sobre las "tongqi", se elaborará un informe para ayudar a crear legislación para la protección de estas mujeres en el futuro.

Una encuesta, llevada a cabo en 2013 por Zhang y su grupo entre unas 150 mujeres que o se casaron o se divorciaron con hombres homosexuales o bisexuales, muestra que un 70 por ciento de las encuestadas sufrieron abuso emocional de largo plazo por parte de los hombres, muchas veces caracterizado por la apatía sexual.

Además, un 90 por ciento de estas mujeres desarrollaron síntomas de depresión y un 20 por ciento de ellas recibieron repetidas palizas.

Casi un 40 por ciento de las encuestadas presentaban síntomas de enfermedades de transmisión sexual y, de las 30 personas que se sometieron a las pruebas del VIH, dos dieron positivo.

Su Yun, de 60 años de edad y que se quedó sorda de un oído tras ser golpeada por su marido homosexual, se divorció recientemente.

Las mujeres divorciadas son muchas veces discriminadas en China y no todas las que están atrapadas en un matrimonio infeliz quieren salir del mismo, según Li.

Lin Yan, que está en la cincuentena, decidió continuar con su matrimonio a pesar de que su marido confesó ser gay hace más de diez años.

"Vivimos en un lugar muy pequeño. A la gente le gusta mi marido. Si dijese que es gay, nadie me creería. Pensarían que tengo otra relación y simplemente quiero el divorcio", expuso Lin, que agregó que depende económicamente de su marido, ya que no tiene trabajo.

En general, las "tongqi" son un grupo invisible. Un gran número de ellas ni siquiera se han dado cuenta de que sus maridos son homosexuales debido a las actitudes conservadoras de estas mujeres respecto al sexo, según Li.

"Muchas nunca se han preguntado por qué no tienen vida sexual en su matrimonio", añadió.

Hasta el momento, Qing Feng todavía no ha podido decir explícitamente a sus padres por qué se ha divorciado.

"Fue realmente vergonzoso", dijo.

(Los nombres de las "tongqi" se han cambiado en este artículo para proteger su privacidad.)

  
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Exclusiva de China: Esposas de homosexuales luchan para liberarse

Spanish.xinhuanet.com 2016-08-08 14:30:08

BEIJING, 8 ago (Xinhua) -- Qing Feng no lamenta haberse divorciado de su marido, que es homosexual, pero no ha sido un proceso fácil perder la custodia de su hijo y su dinero.

Qing, de la provincia suroccidental china de Guizhou, finalizó su matrimonio, en el que no había ni sexo ni amor, hace meses, después de unas arduas negociaciones con un hombre que siempre la menospreció a lo largo de 13 años de relación.

"Dijo que no lograría ni un centavo ni la custodia de mi hijo porque yo pedí el divorcio sin tener evidencias para mostrar sus errores", contó Qing, de 40 años de edad.

"Estaba bien preparado para el día del divorcio. Había transferido todos nuestros activos a sus padres", agregó.

Qing es una de las desafortunadas mujeres a las que en China se conoce como "esposas de gais", o "tongqi" en chino, que se casan inconscientemente con hombres homosexuales que ocultan esta condición. Para estas mujeres, el divorcio es a menudo un camino escabroso debido a la obstrucción de sus maridos y la carencia de un apoyo legal claro.

En un país en que el matrimonio homosexual es ilegal, la mayoría de los hombres homosexuales eligen casarse con mujeres y tener hijos debido a la presión de sus padres y de la sociedad.

Muchos chinos creen que continuar el linaje familiar es un deber inevitable de los hombres y no tener hijos constituye un fracaso.

En un seminario sobre la protección de las "tongqi", celebrado a finales de julio en la ciudad de Changsha, de la provincia central china de Hunan, Qing compartió su historia y animó a otras mujeres en su situación a perseguir su felicidad con valor.

Hace dos años, un programa televisivo sobre la tragedia de los matrimonios entre gais y heterosexuales ayudó a Qing a superar sus dudas sobre divorciarse de su marido, que empezó a rechazar todos los contactos físicos después del nacimiento de su hijo y en raras ocasiones mostraba alguna atención.

"Él me decía repetidamente: 'No te rías. Estás fea cuando lo haces'. No le gustaba nada de mí, por lo que yo trataba de cambiar para contentarlo", dijo Qing.

Cuando finalmente cuestionó la orientación sexual de su marido, él confesó pero rechazó el divorcio, ya que temía que arruinase su reputación.

Su marido y la familia de él insultaron a Qing por participar en el seminario. Finalmente se hartó y decidió insistir en el divorcio, aunque vaciló pensando en lo mejor para su hijo.

Un abogado le dijo que, incluso aunque presentase una demanda de divorcio, podría no resolverse a su favor.

La mayoría de los gais chinos ocultan su homosexualidad, por lo cual es difícil para las mujeres reunir evidencias de los hábitos y la orientación sexual de sus maridos, indicó Yang Shaogang, abogado de Shanghai con experiencia en casos de divorcio entre homosexuales y heterosexuales.

Como resultado, muchas veces los jueces no conceden el divorcio y las mujeres tienen que presentar una nueva demanda en una fecha posterior, añadió Yang.

Además, la ley china no considera culpables a los homosexuales del fracaso matrimonial, lo que significa que las mujeres no logran compensaciones y la ley no les ofrece privilegios para lograr la custodia de sus hijos.

Yang ha pedido modificaciones legales respecto a la distribución de las propiedades y la custodia de los niños en estos casos de divorcio para animar a las "tongqi" a liberarse.

Entre las 15 mujeres en esta situación que participaron en el primer seminario del año pasado, tres lograron el divorcio hasta el momento.

"Muestra un gran progreso que estas mujeres sean capaces de levantarse para proteger sus derechos", opinó la sexóloga china Zhang Beichuan.

De acuerdo con la doctora Li Xianhong, de la Universidad Sur Central con sede en Changsha, quien organizó los seminarios sobre las "tongqi", se elaborará un informe para ayudar a crear legislación para la protección de estas mujeres en el futuro.

Una encuesta, llevada a cabo en 2013 por Zhang y su grupo entre unas 150 mujeres que o se casaron o se divorciaron con hombres homosexuales o bisexuales, muestra que un 70 por ciento de las encuestadas sufrieron abuso emocional de largo plazo por parte de los hombres, muchas veces caracterizado por la apatía sexual.

Además, un 90 por ciento de estas mujeres desarrollaron síntomas de depresión y un 20 por ciento de ellas recibieron repetidas palizas.

Casi un 40 por ciento de las encuestadas presentaban síntomas de enfermedades de transmisión sexual y, de las 30 personas que se sometieron a las pruebas del VIH, dos dieron positivo.

Su Yun, de 60 años de edad y que se quedó sorda de un oído tras ser golpeada por su marido homosexual, se divorció recientemente.

Las mujeres divorciadas son muchas veces discriminadas en China y no todas las que están atrapadas en un matrimonio infeliz quieren salir del mismo, según Li.

Lin Yan, que está en la cincuentena, decidió continuar con su matrimonio a pesar de que su marido confesó ser gay hace más de diez años.

"Vivimos en un lugar muy pequeño. A la gente le gusta mi marido. Si dijese que es gay, nadie me creería. Pensarían que tengo otra relación y simplemente quiero el divorcio", expuso Lin, que agregó que depende económicamente de su marido, ya que no tiene trabajo.

En general, las "tongqi" son un grupo invisible. Un gran número de ellas ni siquiera se han dado cuenta de que sus maridos son homosexuales debido a las actitudes conservadoras de estas mujeres respecto al sexo, según Li.

"Muchas nunca se han preguntado por qué no tienen vida sexual en su matrimonio", añadió.

Hasta el momento, Qing Feng todavía no ha podido decir explícitamente a sus padres por qué se ha divorciado.

"Fue realmente vergonzoso", dijo.

(Los nombres de las "tongqi" se han cambiado en este artículo para proteger su privacidad.)

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