RIO DE JANEIRO, 4 ago (Xinhua) -- Transcurrieron 7.306 días, 20 años, desde aquel 3 de agosto de 1996, cuando el seleccionado argentino de fútbol sub 23 perdió la final de los Juegos Olímpicos de Atlanta ante Nigeria, en su última derrota, hasta ahora.
Este jueves los albicelestes cayeron por primera vez desde aquella caída que significó una medalla de plata, con Daniel Passarella como entrenador.
En esta ocasión, Portugal fue más certero en la definición y terminó con una victoria 2-0 que enciende las alarmas en el plantel conducido por Julio Olarticoechea.
Desde la derrota con Nigeria, Argentina jugó 12 encuentros y los ganó a todos, para conquistar el oro en Atenas 2004 y Beijing 2008 (no participó en Sídney 2000 ni en Londres 2012).
Esas formaciones tenían nombres de mayor peso que el actual, es cierto, como Carlos Tevez, Juan Román Riquelme o Javier Mascherano.
Para este certamen, el conjunto sudamericano se formó de urgencia tras la renuncia del técnico Gerardo Martino.
En su lugar pusieron al único entrenador que tenía contrato vigente con la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), Julio Olarticoechea, cuyo antecedente principal en selecciones se remota a la rama femenina.
Además, los jugadores fueron elegidos en medio de múltiples contratiempos, ante la negativa de distintos clubes a cederlos.
Esta precariedad quedó en evidencia este jueves, en el debut argentino en el grupo "D", en el Estadio Olímpico de Río de Janeiro.
Uno de sus puntos fuertes, el portero Gerónimo Rulli, considerado por muchos como el guardavallas del futuro, falló en una jugada simple y posibilitó el 2-0 cuando se le escurrió el balón por entre las piernas, tras un remate débil.
Argentina tendrá la revancha el domingo 7 agosto ante Argelia y el miércoles 10 contra Honduras, pero deberá mejorar mucho para superarlos y revalidar sus últimas conquistas olímpicas.