SEUL, 3 ago (Xinhua) -- En cualquier rincón del condado de Seongju se puede percibir el profundo enfado de los habitantes de la zona en la que, tras un acuerdo del gobierno con Estados Unidos, se desplegará el sistema antimisiles Defensa Terminal de Area a Gran Altitud (THAAD, siglas en inglés).
En casi todas las partes de Seongju, en el que la instalación está prevista para el fin del próximo año, se pueden encontrar carteles que muestran el rechazo al escudo antimisiles estadounidense. A mucha gente se le puede ver llevando una cinta alrededor de la cabeza que reza "absoluta objeción al THAAD".
El Comité de Lucha para Garantizar la Retractación del Despliegue del THAAD, compuesto por residentes en Seongju, celebró su primera conferencia de prensa este martes en la oficina del condado, a unos 250 kilómetros al sureste de la capital, Seúl.
El copresidente del comité, Baek Cheol-hyun, tachó la decisión de desplegar el THAAD de impulsiva e indiscreta y reprobó que se tomase a puerta cerrada. Por ello, exigió una anulación completa de la misma.
"En el caso de Japón, le llevó cerca de dos años decidir dónde situar el THAAD. Después de ello, se celebraron más de 15 rondas de sesiones explicativas para los residentes, pero continúan los problemas hasta ahora. Eso es lo que sé", afirmó Baek.
También resaltó que los residentes de Seongju están enfurecidos porque el Gobierno de Park Geun-hye nunca pasó por ninguno de esos procedimientos, antes de declarar el despliegue inesperadamente.
"Seongju era una región que apoyaba al 100 por ciento al partido gobernante. Cuando la presidenta, Park Geun-hye, fue elegida (a finales de 2012) Seongju tuvo la tasa de apoyo más elevada, un 86 por ciento. A pesar de ello, la gente ha cambiado por completo y están muy decepcionados", explicó Baek.
La opinión pública surcoreana está virando hacia un mayor rechazo al despliegue del THAAD. De acuerdo con una encuesta realizada entre 1.000 adultos por el periódico Media Today entre el 21 y el 22 de julio, el 53,1 por ciento reclama una renegociación de la decisión del despliegue, mientras que los que abogan por la instalación tal y como está previsto se quedan en el 42,6 por ciento.
Supone un cambio con respecto al sondeo de febrero de la empresa demoscópica local Realmeter, según el que un 49,4 por ciento estaría a favor del despliegue, por un 42,6 por ciento en contra. El mayor conocimiento sobre qué es el THAAD contribuyó a que más gente cambiase de posición.
"Nunca habíamos escuchado la palabra THAAD antes. De repente, los residentes de Seongju comenzamos a quedarnos toda la noche despiertos para estudiar el THAAD, investigarlo en internet y compartir información. Hemos logrado conocer qué es el THAAD, por ello continuamos enviando el mensaje de que el THAAD no debe desplegarse en ningún lugar de nuestro suelo", relató Baek.
En frente de la oficina del condado, una campaña de recolección de firmas se lleva a cabo a fin de transmitirle a la Casa Blanca cuántos residentes están protestando contra el sistema armamentístico estadounidense.
"Estaba muy perplejo ante el despliegue del THAAD en Seongju. Ya ha dañado a todos los residentes de Seongju. Los campos de sandía y melón oriental fueron arados. Todo se ha echado a perder. Estoy seguro de rechazarlo", manifestó Park Gye-soon, residente de Seongju quien ayuda a recoger las firmas contra el THAAD.
El cultivo de melón oriental es un pilar económico del condado, que produce más del 70 por ciento de la cosecha de melón total del país. El radar de banda X del THAAD emite microondas muy fuertes perjudiciales para el cuerpo humano. También causa daños medioambientales, lo que genera inquietud sobre la agricultura en Seongju.
"El THAAD se instalará justo en frente de mi casa. ¿Cómo podemos vivir con las microondas? Aquellos quienes viven cerca de aquí están todos en contra de esto. Esto es lo que no debe ocurrir", lamentó Kim Young-geun, que vive y cultiva cerca de un kilómetro del sitio designado.
Shin Jeong-geun aró recientemente su campo de melón oriental para manifestar su furia y protestar contra el despliegue del THAAD. "A tu vida le queda poco tiempo por vivir", declaró para describir su sensación con respecto a la instalación.
"Los agricultores no son ni perros ni cerdos. Somos seres humanos capaces de pensar. Me pregunto si dejar cultivar o no. Es una tierra que tomo prestada de las futuras generaciones", afirmó Shin.
En un trayecto en taxi para visitar el sitio en una colina en el que se instalarán 48 misiles interceptores, seis lanzadores móviles, y un sistema de radar de banda y de control de fuego, fue preciso atravesar cinco puntos de control de policía y un punto de control militar. Los residentes de Seongju tienen prohibido acercarse allí.
El conductor del taxi comentó que muchos de los contratos inmobiliarios están siendo cancelados cerca de los nuevos complejos industriales. Los que planeaban instalarse en este bonito condado suspendieron los pagos iniciales para evitar residir frente el sistema antimisiles de Estados Unidos.
Alrededor de 1.000 residentes de Seongju se reúnen en un aparcamiento en la oficina del condado cada noche para realizar una manifestación con velas. La noche del martes llovió durante dos horas, desde las 8:00, cuando los residentes se juntaron, paraguas en mano, para llevar a cabo su protesta pacífica contra el THAAD.
"No puedo estar ausente. Debo hacerlo incluso cuando llueve", afirmó una mujer mayor, quien prefirió el anonimato.
