Por Wang Haiqing
BEIJING, 3 ago (Xinhua) -- La República Popular Democrática de Corea (RPDC) habría lanzado este miércoles un misil balístico, lo cual de ser confirmado sería una nueva violación de las resoluciones de la ONU, pero que también merece una reflexión más profunda en un momento en que la seguridad regional se encuentra en peligro.
El lanzamiento, tercero realizado por la RPDC después que Washington y Seúl anunciaran el 8 de julio pasado su decisión de desplegar el escudo antimisiles Defensa Terminal de Area a Gran Altitud (THAAD, siglas en inglés) en Corea del Sur, podría ser interpretado fácilmente como una protesta contra la planificada instalación del referido sistema.
También sirve de recordatorio a los legisladores en Seúl de que al permitir el despliegue del THAAD, Corea del Sur está poniendo la carreta delante de los bueyes en su búsqueda de la seguridad nacional, ya que lo fundamental para la seguridad depende de las buenas relaciones amistosas con sus vecinos, en lugar de unos pocos misiles estadounidenses.
La decisión de Seúl de acoger una batería del sistema global de defensa de misiles de Estados Unidos ha provocado masivas protestas en el país, amenazando con dividir por completo a la sociedad.
El acuerdo entre Washington y Seúl también ha provocado las críticas de China y Rusia, ya que el radar de banda X del sistema podría rastrear fácilmente los territorios de ambos países.
Considerando la enérgica oposición tanto interna como de los países vecinos, y el hecho de que el sistema THAAD es inútil ante los misiles de baja altitud de la RPDC, sería muy recomendable para los legisladores surcoreanos volver a analizar su decisión.
Como han puntualizado muchos analistas y expertos geopolíticos, el despliegue del THAAD cumple la intención de Estados Unidos de mantener su supremacía militar en la región, más que el propósito declarado de proteger a Corea del Sur de las amenazas nucleares y de misiles de la RPDC.
En cuanto a la situación en materia de seguridad entre Seúl y Pyongyang, el sistema solo podría empeorar las cosas, como lo demuestra lo ocurrido este miércoles.
Lograr una paz duradera en la Península Coreana no es una tarea fácil, pero Seúl debe tener mejores opciones que la de simplemente aceptar todo lo que propone Washington.
El Noreste de Asia tiene mejores perspectivas para la paz sin el THAAD. Si Seúl no se conmueve por las peticiones de sus propios ciudadanos, ni es persuadido por China y Rusia, debe tener en cuenta al menos el lanzamiento de este miércoles y reconsiderar si el THAAD verdaderamente hace que el país sea más seguro.