Por Pau Ramírez
RIO DE JANEIRO, 16 jul (Xinhua) -- El gobierno brasileño anunció que extremará las medidas de seguridad de cara a los Juegos Olímpicos, luego del atentado terrorista perpetrado el pasado jueves en la ciudad francesa de Niza, el cual dejó al menos 84 muertos y más de 200 heridos.
El terrorismo se convirtió en la principal amenaza para los juegos, más allá del incremento de la violencia en Río de Janeiro en los últimos meses y con una policía que amenaza con irse a huelga por no recibir sus salarios, lo cual aumenta la incertidumbre respecto a la capacidad de la ciudad para ser sede del mayor evento deportivo del mundo.
El presidente interino de Brasil, Michel Temer, reaccionó rápidamente tras conocer el atentado terrorista en Francia y convocó una reunión de urgencia de la cúpula de seguridad del gobierno para discutir medidas a ser adoptadas.
"Creemos que vamos a tener que intensificar los sistemas de control y de seguridad", dijo por su parte el ministro de Defensa, Raul Jungmann, para quien queda claro que tras el atentado de Niza "cualquier herramienta, cualquier instrumento, cualquier vehículo puede ser un vector en un acto terrorista".
El ministro jefe del Gabinete de Seguridad Institucional, Sérgio Etchegoyen, dijo que la población tendrá que acostumbrarse "a mucha seguridad" en los próximos días.
Una de las medidas adoptadas es alejar todavía más la circulación de vehículos de los locales en los que se disputarán las competiciones y ampliar los controles para acceder a los recintos deportivos.
Otras previsiones estudiadas son extender los patrullajes de la Armada en el paseo marítimo de las famosas playas de Copacabana e Ipanema a las calles interiores de los dos barrios, los más turísticos de la ciudad.
Un representante de la Agencia Brasileña de Inteligencia (Abin) viajó a Niza para tener información de primera mano de las autoridades y servicios secretos franceses sobre el atentando.
Aunque Temer transmitió un mensaje de seguridad al decir que Brasil está preparado para hacer frente a cualquier amenaza terrorista, lo cierto es que los últimos atentados del grupo terrorista Estado Islámico (EI) perpetuados por los "lobos solitarios" encendieron todas las alarmas por la dificultad que las autoridades enfrentan para prevenirlos.
El EI es la principal amenaza en estos momentos para las olimpiadas.
El año pasado, un miembro del grupo islámico escribió en la red social Twitter "Brasil, eres nuestro propio objetivo", mensaje que la Abin confirmó como auténtico.
La semana pasada la prensa francesa ventiló un supuesto plan de ataque terrorista a su delegación durante los Juegos Olímpicos, algo que el gobierno brasileño por el momento dice desconocer.
No obstante, se decidió aumentar la seguridad entorno a la delegación gala en Río y lo mismo sucederá con delegaciones consideradas de "alto riesgo", que son de ocho a 10, sin precisar cuales.
Además, unos 10.000 agentes de las fuerzas armadas y la policía actuarán como camuflados entre el público y la ciudadanía para prevenir cualquier ataque durante las competiciones.
En un inicio, el plan de seguridad establecido por el gobierno para los Juegos Olímpicos contaba con unos 85.000 hombres, de los cuales 47.000 serán de seguridad pública, defensa civil y planificación urbana y 38.000 restantes serán fuerzas armadas.
A ellos hay que sumarle la ayuda de los servicios de inteligencia de al menos 106 países que actuarán en el centro internacional de inteligencia, creado especialmente para la justa deportiva que se efectuará del 5 al 21 de agosto.
Aunque el país fue sede en los últimos años de grandes eventos de alcance mundial, como la Cumbre sobre Sostenibilidad de la ONU de 2012, la Copa Confederaciones de 2013, las Jornadas Mundiales de la Juventud de 2013 en Río de Janeiro o el Mundial de fútbol de 2014, el que suscita un mayor riesgo por tener países de todo el mundo son los Juegos Olímpicos.
Como preparación, Brasil envió en los últimos años a un centenar de policías a eventos internacionales como el Super Tazón en Estados Unidos, el Tour de Francia, la final de la Champions League en Italia o la Asamblea de Naciones Unidas para conocer los esquemas de seguridad utilizados.
El espacio aéreo también será restringido, con la autorización a los cazas de la Fuerza Aérea Brasileña (FAB) de disparar a cualquier aeronave u objeto que ingrese al espacio reservado y que no siga las indicaciones de la torre de control.
El dispositivo de seguridad contará también con el despliegue de 20.000 militares distribuidos en Belo Horizonte, Brasilia, Sao Paulo, Salvador y Manaos, ciudades donde se celebrarán los torneos olímpicos de fútbol. Fin