SANTIAGO, 13 jul (Xinhua) -- Las mujeres juegan un rol preponderante en los sistemas agroalimentarios de América Latina y el Caribe, pese a múltiples desigualdades, destacó hoy en un informe la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
"En el ámbito rural, el aporte de las mujeres es invisible pese a que realizan una gran parte de las actividades en las fincas, junto al trabajo doméstico y de cuidado no remunerado en los hogares", explicó Claudia Brito, funcionaria de Género de la FAO en la oficina regional del organismo con sede en Santiago de Chile.
La participación de las mujeres es más marcada en actividades que involucran tiempo y esfuerzo físico como plantar, desmalezar y cosechar, según el informe que analiza las cadenas de valor de la yuca en Belice, la quinua en Bolivia, el maíz en Guatemala y el cultivo del algodón en la región desde una perspectiva de género para potenciar su sostenibilidad.
"Contrariamente, se ven menos representadas en aquellos eslabones de la cadena productiva asociados a la generación de mayores ingresos y a la participación activa en mercados de alta competitividad", agregó.
Para la FAO, la integración del enfoque de género en los sistemas agroalimentarios nacionales puede conducir a una mejora sustancial en cuanto a la competitividad de los mercados, particularmente aquellos donde las mujeres pueden ofrecer sus productos sin la intervención de intermediarios.
"Cambiar esta situación no sólo mejoraría las condiciones de vida de las mujeres sino de todos, gracias a una mayor productividad, sostenibilidad y equidad en los sistemas agroalimentarios y las cadenas de valor asociadas", subrayó Brito.
La FAO sostiene que la perspectiva de género aplicada a las cadenas de valor permite reconocer los roles diferentes que asumen las mujeres y los hombres en los diferentes eslabones de la cadena productiva, así como su impacto en los sistemas agroalimentarios de los países.
Ello contribuye a identificar propuestas para cerrar las brechas que existen en términos de acceso, participación, asignación, uso, control y calidad de recursos y servicios por parte de las mujeres, respecto a los hombres.
En Belice, las mujeres tienen amplia participación en las cadenas de valor de la yuca, mientras el rol de los hombres se limita a la producción, transporte y ventas eventuales en mercados abiertos.
La FAO recomendó actualizar los programas de capacitación técnica de la yuca con perspectiva de género y desarrollar herramientas de mercadeo y gestión empresarial bajo el mismo enfoque.
En cuanto a la quinua en Bolivia, se observan avances porque la Constitución Política, aprobada en 2009, reconoce los derechos de la mujer y aplica el Plan Nacional para la Igualdad de Oportunidades y la Ley Integral para Garantizar a las Mujeres una Vida Libre de Violencia.
No obstante, las mujeres que cultivan la quinua requieren nuevas tecnologías y herramientas para tener una mayor eficiencia en sus procesos de producción y transformación, para alivianar su excesiva carga de trabajo.
También necesitan servicios de apoyo, como guarderías y centros de cuidado.
En la producción de maíz en Guatemala, existe una gran brecha en la tenencia de la tierra entre hombres (85 por ciento) y mujeres (15 por ciento).
Menos del 40 por ciento de los hogares en donde la mujer es la jefa de familia tiene terreno propio.
La FAO reiteró que las mujeres tienen una excesiva carga de trabajo -de 12 a 16 horas diarias- y enfrentan la doble jornada laboral, al ser quienes realizan la mayoría de las actividades a lo largo de la cadena y las labores de cuidado en el hogar.
Las mujeres también enfrentan dificultades en el acceso a servicios financieros, carecen de tecnologías y herramientas aptas para ellas, tienen bajos niveles de capacitación y de extensión y un bajo poder de decisión, añadió.
La FAO apoya a la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), órgano de integración de la región, a desarrollar la estrategia de género en su Plan de Seguridad Alimentaria, Nutrición y Erradicación del Hambre, cuyo objetivo es acabar con el hambre en la región en el año 2025.
