ENFOQUE: El mar donde los pescadores chinos viven y mueren

Spanish.xinhuanet.com   2016-07-12 04:03:02

HAIKOU, 11 jul (Xinhua) -- Lu Jiabing no entiende cómo es que el mar en el que su familia ha pescado durante generaciones puede ser reclamado por otro país.

Sobre el Mar Meridional de China, el pescador de 66 años de edad originario de Tanmen, provincia de Hainan, dijo con emoción que "aquí vivimos y morimos. Aquí nos ganamos la vida y aquí construimos nuestros templos. Heredamos este mar de nuestros ancestros".

Tanmen es una pequeña localidad del este de la isla Hainan que no tiene suficiente tierra de labranza. Donde vive Lu, más de 4.200 aldeanos tienen que compartir 120 hectáreas. El terreno es muy arenoso como para cultivar vegetales y frutas. Los aldeanos tienen que mirar entonces hacia el mar.

"Todo el grano producido en la aldea sólo nos alimentaría durante un mes", dijo Zheng Zaiyong, otro aldeano. "Para los otros once meses tenemos que comprar arroz de otra parte".

Mientras mujeres y niños van a la playa cuando la marea retrocede para juntar mariscos, los pescadores bucean en busca de peces y pepinos de mar.

El tatarabuelo de Lu empezó a pescar en el Mar Meridional de China durante el reinado del emperador Guangxu (1875-1908). Los viajes podían durar hasta seis meses y se desembarcaba en islas como Taiping, Zhongye y Ganquan, donde había agua dulce. Todavía en la actualidad se pueden encontrar los pozos cavados por pescadores chinos olvidados desde hace mucho tiempo. Ellos encontraron su camino gracias a una brújula y a "Geng Lu Bu": el libro de las rutas.

"Con el libro llegaron a las islas Nansha, Xisha y Huangyan", dijo Zheng Qingzhi, vicealcalde de la ciudad de Qionghai, cuyo tatarabuelo fue capitán durante la Dinastía Qing (1636-1912).

Las copias manuscritas del libro de las rutas han pasado de generación en generación desde la Dinastía Yuan (1271-1368). Algunos viejos pescadores todavía guardan copias amarillentas por su antigüedad, aunque las nuevas ayudas de navegación han vuelto obsoleto el libro y la pesca ahora es un estilo de vida más seguro.

Por supuesto que esto no significa que los viajes no sean peligrosos. "Muchos pescadores mueren en el mar", dijo Lu.

Lu todavía puede recordar cuando, hace 41 años, un bote pesquero naufragó en una tormenta y las 30 personas a bordo perdieron la vida.

"La gente levantó un monumento", dijo, en el que inscribieron "viejos y jóvenes por igual sienten una pena inmensa y sus gemidos todavía pueden escucharse un mes después".

El 17 de julio de 1996, el capitán Xu Shengwen emitió una señal de socorro. "Nos encontramos un viento terrible y las olas son altas", dijo, para luego pronunciar sus últimas palabras: "Peligroso, no puedo informar más". El buque se perdió y las 18 almas a bordo nunca regresaron a casa.

"Cada vez que nos hacemos a la mar, rezamos por seguridad", dijo Lu. "Rezamos en nuestros botes y en las islas, donde construimos pequeños santuarios".

Además de los vendavales y las olas, los pescadores de Tanmen temen que guardacostas extranjeros puedan decomisar sus buques y confiscar su captura.

"Antes de la década de los cincuenta, sólo se veía a pescadores chinos en las islas Nansha", dijo Su Chengfen, de 82 años de edad. "La pesca en el área se detuvo entre 1956 y 1985. Cuando se reanudó, decenas de islas y arrecifes estaban ocupados por otros países".

La mayoría de los aldeanos de Tanmen saben qué islas están involucradas en las disputas. Desde la década de los setenta, las islas Nansha han sido invadidas y ocupadas ilegalmente por la fuerza y se han construido instalaciones militares.

Wang Shumao, de 58 años de edad, es otro pescador de Tanmen que conoce la ubicación exacta de todas las islas en el mar. "Pero actualmente no podemos ir a muchas islas y arrecifes cercanos porque están ocupados por otros países", dijo. "Si nos acercamos, nos amenazan o nos expulsan. En ocasiones, incluso nos disparan".

Mai Yunxiu, de 79 años de edad, todavía recuerda su detención en 1995 cuando estaba pescando en Nansha.

"Nuestra tripulación fue capturada por policías de Filipinas y estuvimos detenidos durante diez meses", señaló.

Como capitán de la embarcación, se pidió a Mai que firmara un documento en el que admitía haber cruzado una frontera. "Me dijeron que si firmaba, me dejarían ir".

Pero el capitán chino se negó. "Este es el mar que nos dejaron nuestros ancestros. Si hubiera firmado, hubiéramos pecado contra nuestros ancestros".

Mai pagó un alto precio por su tozudez. Estuvo encarcelado diez meses y perdió su barco. Tuvo que vender todo lo que tenía para pagar sus deudas. Incapaz de aceptar su desgracia, su esposa se suicidó.

Chen Zebo ha sido detenido tres veces y ha sido golpeado por la policía. La única palabra (en otro idioma) que conozco es China, la cual repetí una y otra vez", añadió.

En 2013, el gobierno de Tanmen informó que desde la década de los noventa, las fuerzas extranjeras en el mar habían detenido y disparado a más de 170 pescadores, además de abusar de ellos, pero nadie firmó nada o admitió ninguna "transgresión".

Los pescadores de Tanmen tienen motivos para estar preocupados por una situación que amenaza su fuente de sustento. El 22 de enero de 2013, Filipinas solicitó de manera unilateral un arbitraje sobre las disputas entre China y Filipinas en el Mar Meridional de China. El tribunal emitirá su fallo el 12 de julio.

Lu Jiabing no sabe qué esperar. "Sin importar nada, el resultado no cambiará nada", dijo.

"El Mar Meridional de China es donde nuestros ancestros obtenían su sustento", añadió. "En este lugar pescamos y seguimos pescando".

  
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HAIKOU, 11 jul (Xinhua) -- Lu Jiabing no entiende cómo es que el mar en el que su familia ha pescado durante generaciones puede ser reclamado por otro país.

Sobre el Mar Meridional de China, el pescador de 66 años de edad originario de Tanmen, provincia de Hainan, dijo con emoción que "aquí vivimos y morimos. Aquí nos ganamos la vida y aquí construimos nuestros templos. Heredamos este mar de nuestros ancestros".

Tanmen es una pequeña localidad del este de la isla Hainan que no tiene suficiente tierra de labranza. Donde vive Lu, más de 4.200 aldeanos tienen que compartir 120 hectáreas. El terreno es muy arenoso como para cultivar vegetales y frutas. Los aldeanos tienen que mirar entonces hacia el mar.

"Todo el grano producido en la aldea sólo nos alimentaría durante un mes", dijo Zheng Zaiyong, otro aldeano. "Para los otros once meses tenemos que comprar arroz de otra parte".

Mientras mujeres y niños van a la playa cuando la marea retrocede para juntar mariscos, los pescadores bucean en busca de peces y pepinos de mar.

El tatarabuelo de Lu empezó a pescar en el Mar Meridional de China durante el reinado del emperador Guangxu (1875-1908). Los viajes podían durar hasta seis meses y se desembarcaba en islas como Taiping, Zhongye y Ganquan, donde había agua dulce. Todavía en la actualidad se pueden encontrar los pozos cavados por pescadores chinos olvidados desde hace mucho tiempo. Ellos encontraron su camino gracias a una brújula y a "Geng Lu Bu": el libro de las rutas.

"Con el libro llegaron a las islas Nansha, Xisha y Huangyan", dijo Zheng Qingzhi, vicealcalde de la ciudad de Qionghai, cuyo tatarabuelo fue capitán durante la Dinastía Qing (1636-1912).

Las copias manuscritas del libro de las rutas han pasado de generación en generación desde la Dinastía Yuan (1271-1368). Algunos viejos pescadores todavía guardan copias amarillentas por su antigüedad, aunque las nuevas ayudas de navegación han vuelto obsoleto el libro y la pesca ahora es un estilo de vida más seguro.

Por supuesto que esto no significa que los viajes no sean peligrosos. "Muchos pescadores mueren en el mar", dijo Lu.

Lu todavía puede recordar cuando, hace 41 años, un bote pesquero naufragó en una tormenta y las 30 personas a bordo perdieron la vida.

"La gente levantó un monumento", dijo, en el que inscribieron "viejos y jóvenes por igual sienten una pena inmensa y sus gemidos todavía pueden escucharse un mes después".

El 17 de julio de 1996, el capitán Xu Shengwen emitió una señal de socorro. "Nos encontramos un viento terrible y las olas son altas", dijo, para luego pronunciar sus últimas palabras: "Peligroso, no puedo informar más". El buque se perdió y las 18 almas a bordo nunca regresaron a casa.

"Cada vez que nos hacemos a la mar, rezamos por seguridad", dijo Lu. "Rezamos en nuestros botes y en las islas, donde construimos pequeños santuarios".

Además de los vendavales y las olas, los pescadores de Tanmen temen que guardacostas extranjeros puedan decomisar sus buques y confiscar su captura.

"Antes de la década de los cincuenta, sólo se veía a pescadores chinos en las islas Nansha", dijo Su Chengfen, de 82 años de edad. "La pesca en el área se detuvo entre 1956 y 1985. Cuando se reanudó, decenas de islas y arrecifes estaban ocupados por otros países".

La mayoría de los aldeanos de Tanmen saben qué islas están involucradas en las disputas. Desde la década de los setenta, las islas Nansha han sido invadidas y ocupadas ilegalmente por la fuerza y se han construido instalaciones militares.

Wang Shumao, de 58 años de edad, es otro pescador de Tanmen que conoce la ubicación exacta de todas las islas en el mar. "Pero actualmente no podemos ir a muchas islas y arrecifes cercanos porque están ocupados por otros países", dijo. "Si nos acercamos, nos amenazan o nos expulsan. En ocasiones, incluso nos disparan".

Mai Yunxiu, de 79 años de edad, todavía recuerda su detención en 1995 cuando estaba pescando en Nansha.

"Nuestra tripulación fue capturada por policías de Filipinas y estuvimos detenidos durante diez meses", señaló.

Como capitán de la embarcación, se pidió a Mai que firmara un documento en el que admitía haber cruzado una frontera. "Me dijeron que si firmaba, me dejarían ir".

Pero el capitán chino se negó. "Este es el mar que nos dejaron nuestros ancestros. Si hubiera firmado, hubiéramos pecado contra nuestros ancestros".

Mai pagó un alto precio por su tozudez. Estuvo encarcelado diez meses y perdió su barco. Tuvo que vender todo lo que tenía para pagar sus deudas. Incapaz de aceptar su desgracia, su esposa se suicidó.

Chen Zebo ha sido detenido tres veces y ha sido golpeado por la policía. La única palabra (en otro idioma) que conozco es China, la cual repetí una y otra vez", añadió.

En 2013, el gobierno de Tanmen informó que desde la década de los noventa, las fuerzas extranjeras en el mar habían detenido y disparado a más de 170 pescadores, además de abusar de ellos, pero nadie firmó nada o admitió ninguna "transgresión".

Los pescadores de Tanmen tienen motivos para estar preocupados por una situación que amenaza su fuente de sustento. El 22 de enero de 2013, Filipinas solicitó de manera unilateral un arbitraje sobre las disputas entre China y Filipinas en el Mar Meridional de China. El tribunal emitirá su fallo el 12 de julio.

Lu Jiabing no sabe qué esperar. "Sin importar nada, el resultado no cambiará nada", dijo.

"El Mar Meridional de China es donde nuestros ancestros obtenían su sustento", añadió. "En este lugar pescamos y seguimos pescando".

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