Por Esteban Jesen
BUENOS AIRES, 5 jul (Xinhua) -- "¡Qué desastre son los de la AFA (Asociación de Fútbol Argentino), por Dios!". Pasaron 12 días de ese mensaje publicado en la red social Twitter que explotó como una bomba en el fútbol argentino.
El autor de esa frase era nada menos que Lionel Messi, el máximo exponente de este deporte y considerado el mejor jugador del mundo.
En ese momento, la selección albiceleste estaba en la previa de la final de la Copa América Centenario que se celebró del 3 al 26 de junio en Estados Unidos.
Argentina perdió la final ante Chile. Al igual que el año pasado, los trasandinos, como lo demostraron en su casa en 2015, fueron más certeros en los tiros penales.
El nuevo fracaso deportivo (ya venía arrastrando otra frustración, la final perdida en el Mundial de Brasil 2014) arrastró a Messi, quien renunció a la selección argentina de fútbol.
Pero esa decisión, de la cual no volvió a hablar más desde esa madrugada del 27 de junio en Nueva Jersey, donde se jugó la final de la Copa América Centenario, no estaba vinculada solamente a un resultado futbolístico.
A Messi también le colmó la paciencia la anarquía existente en la AFA desde que murió Julio Grondona, a mediados de 2014, tras comandar la entidad durante 35 años.
Del estilo personalista que le impuso el fallecido dirigente, rodeado de rumores de corrupción que ahora sacuden a la FIFA, se pasó al bochorno, a la desorganización total.
Las elecciones en la institución, aún sin fecha establecida, definirán quién sucederá a Luis Segura, un hombre que hizo equilibrio para sostener una normalidad que nunca hubo.
En diciembre de 2015, pese a que casi nadie ya lo recuerda, intentaron realizar los comicios en la AFA.
Hubo empate, 38 a 38, entre Segura y el empresario televisivo Marcelo Tinelli, cuando votaron 75 asambleístas, porque en un sobre pusieron dos votos.
Debido al escándalo, se anuló todo y la Federación Internacional de Fútbol Asociación (FIFA), hace unas semanas, anunció el envío de un "comité normalizador" para la AFA.
El entrenador de la selección argentina, Gerardo Martino, intentó preparar el plantel para los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro y comenzar las concentraciones el lunes pasado, sin embargo no pudo porque los clubes se negaron a ceder a los jugadores.
En principio, se informó que el inicio de los entrenamientos estaba pospuesto para el lunes 11 de junio.
No llegó, porque Martino renunció este martes, harto de la desorganización, de la falta de previsión, de ni siquiera poder cobrar su salario.
Todo este panorama demuestra una cosa, Messi tenía razón. Los de la AFA son un desastre.