SANTIAGO, 21 jun (Xinhua) -- La demanda de minería metálica, liderada por China, trajo consecuencias positivas para América Latina y el Caribe, pero la región no avanzó en una política de industrialización.
Así lo considera la Comisión Económica de las Naciones Unidas para la región (CEPAL) en su último informe anual, donde analiza la evolución de las inversiones en minería metálica.
Agrega que los todavía encadenamientos con otros sectores aún son débiles y faltan políticas para que la minería aporte a la creación de nuevas capacidades.
Según el informe "La Inversión Extranjera Directa en América Latina y el Caribe", en los últimos 15 años, el peso relativo medio de los recursos naturales en el total de flujos de inversión extranjera directa (IED) pasó del 16,6 por ciento y el 17,1 por ciento en las décadas de 1990 y 2000, respectivamente, al 22,3 por ciento en el período 2010-2014.
En ese cuatrienio, ingresaron a la región 170.555 millones de dólares estadounidenses en concepto de IED hacia el conjunto de los sectores de recursos naturales y se desarrollaron explotaciones por parte de las principales transnacionales mineras del mundo.
"Nuestra región, que pudo haber aprovechado mejor el boom de los recursos naturales, al cierre de este ciclo de auge no avanzó en la cadena de valor", afirmó la secretaria ejecutiva de la CEPAL, Alicia Bárcena, durante el lanzamiento del informe en Santiago, Chile.
"Paralelamente, China no sólo impulsó la demanda internacional de minerales y concentró las importaciones, sino que también invirtió en la fundición y refinación de metales, avanzando en la cadena de valor minero-metalúrgica", afirma el informe.
Por ejemplo, en el cobre, si bien China posee reservas menores respecto a América Latina, implementó una estrategia que busca la industrialización importando los minerales en etapas primarias, procesándolos y luego exportándolos en forma de metales básicos o elaborados, con la consecuente agregación de valor en el mercado local.
Según la CEPAL, actualmente, la región posee el 66 por ciento de las reservas mundiales de litio, el 47 por ciento de cobre, el 45 por ciento de plata, el 25 por ciento de estaño, el 23 por ciento de bauxita, el 23 por ciento de níquel y el 14 por ciento de hierro.
Señala que "sin embargo, la participación de China en la producción de cobre refinado alcanza el 34,8 por ciento del total mundial versus un 16 por ciento de América Latina y el Caribe, una región que mantiene el liderazgo en la producción de cobre de mina".
"China tiene una política de industrialización de mediano y largo plazo, una política que busca dotar de mayor valor agregado a las materias primas. Aun cuando no produce, le está dando valor agregado a las materias primas que ha comprado y acumulado (...) Nosotros las tenemos, no necesitamos importarlas, podríamos tener una política industrial basada en estas grandes reservas de recursos naturales", indicó Bárcena
De acuerdo con el organismo de la ONU, esa política aportaría a la construcción de un nuevo estilo de desarrollo en Latinoamérica, lo cual es básico para alcanzar las metas contenidas en la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas.