BEIJING, 20 jun (Xinhua) -- A raíz de los últimos cambios políticos y las condiciones económicas actuales en los países latinoamericanos, así como la nueva orientación del desarrollo económico de China, los lazos entre este país y América Latina están en camino hacia una "nueva normalidad" a medio y largo plazo, comentó un experto chino en asuntos latinoamericanos.
El investigador adjunto del Instituto de América Latina de la Academia de Ciencias Sociales de China Guo Cunhai precisó en un artículo que el término "nueva normalidad" quiere decir que los vínculos sino-latinoamericanos se encaminan a una etapa "relativamente moderada y estable" después de más de diez años de desarrollo de alta velocidad.
Diversos países latinoamericanos han experimentado, desde hace tiempo, continuos cambios caracterizados por el inicio de un nuevo ciclo político de "giro a la derecha", lo que probablemente ejercerá un impacto sutil pero significativo sobre el futuro desarrollo entre China y Latinoamérica, señaló Guo.
Durante la última década, China y América Latina vivieron un periodo dorado de desarrollo basado en la demanda recíproca y la gran complementariedad económica entre ambas partes, ya que China necesitaba materias primas para satisfacer su acelerado crecimiento económico y Latinoamérica, rica en recursos, padecía una débil capacidad industrial, recordó el experto.
En un momento en el que la economía latinoamericana está sufriendo el enfriamiento del mercado mundial de las materias primas, los países de esta región, en especial los dependientes de la exportación de materias primas, se están esforzando por transformar su propia estructura económica para cuando el 'superciclo' de las materias primas termine, aseguró Guo.
Con este telón de fondo, a juicio del investigador, China podría enfrentarse a un entorno político y económico en América Latina diferente al del periodo dorado.
Aparte de los factores políticos y económicos del lado latinoamericano, el XIII Plan Quinquenal de China especifica la nueva dirección de su futuro desarrollo económico, que se basa en transformar los motores del crecimiento, ajustar la estructura económica y poner más énfasis en la innovación científica y tecnológica que en la inversión sobre los recursos, según Guo.
Esto sugiere que la demanda de China de las materias primas del resto del mundo disminuirá, una realidad a la que América Latina tiene que hacer frente y que no constituye un motivo de crítica a China por que haya dejado de ser uno de los mayores destinos de los productos latinoamericanos, ya que la reducción de la demanda es un fenómeno común en el ámbito internacional.
De hecho, en opinión de Guo, las nuevas demandas del mercado que conlleve la transición económica de China pueden indicar un posible camino para la transformación de Latinoamérica, en el que se propulse en cierto sentido la renovación del modelo del desarrollo económico de la región y se facilite que ambas partes exploren nuevas modalidades de comercio.
El especialista pronosticó que bajo la "nueva normalidad", las relaciones entre China y América Latina no se alterarán de forma considerable debido a su necesidad mutua "estable, sostenible y predecible" y agregó que ya sea en el pasado o en el futuro, la relación entre ambos lados se basa en la diplomacia pragmática más que en la similitud ideológica.
La "nueva normalidad" de los lazos entre ambas partes traerá a China tanto oportunidades como desafíos en el ámbito de comercio, señaló Guo, que destacó que los países latinoamericanos fomentarán la liberalización, la apertura y la diversificación de la economía, de manera que se evite depender excesivamente de los recurso naturales.
A este respecto, el experto sugirió que con el fin de convertir retos en oportunidades, China debe conceder importancia a la normalización de las actividades económicas, inyectar nueva energía en la cooperación económica y comercial bilateral y ampliar el margen de cooperación entre China y América Latina.