Por Juan Manuel Nievas
BUENOS AIRES, 13 jun (Xinhua) -- La mítica librería "Adán Buenosayres" de la capital argentina sufre los efectos de la crisis económica que vive el país y ante su inminente cierre, cientos de compradores se lanzaron a adquirir su acervo para salvarla de la quiebra.
Su dueño, David De Vita, un librero de 62 años, recibió a Xinhua en las instalaciones del emblemático local ubicado en el número 1600 de la avenida Corrientes, en el centro de Buenos Aires, local frecuentado por los amantes de las llamadas "librerías de viejo".
"Nuestra situación obedece a que se han deprimido mucho las ventas, hace mucho tiempo que teníamos que pagar alquileres con cheques diferidos y cada vez se complicaba más el panorama", lamentó De Vita.
Para el dueño del tradicional espacio, la decisión de cerrar se volvió indeclinable cuando no pudo cumplir con las obligaciones salariales con empleados y la tributarias.
"Hubo meses en los que no pudimos pagar las cargas sociales y tomamos la decisión de cerrar, para retirarnos a un espacio más protegido", argumentó, con un dejo de tristeza.
"Adán Buenosayres" es el nombre de una de las novelas más famosas de la literatura argentina, escrita por Leopoldo Marechal y publicada en 1948. En las primeras cinco de sus siete partes narra el devenir de Adán en el lapso que va del Jueves Santo al Domingo de Resurrección.
"Estamos en un país que vive una profunda recesión económica, se ha apagado nuestra economía de una manera abrupta, hace unos tres meses que empezaron a impactar fuerte problemas como el aumento de las tarifas de los servicios", señaló De Vita.
Para el librero, "todas las variables económicas que uno tiene a mano no hacen prever que venga la mejora que dice el Gobierno y no hay ningún horizonte sano"
"Estamos padeciendo una economía que decrece más", resumió.
En ese contexto, con objeto de poder pagar las indemnizaciones de ley a sus tres empleados y cubrir deudas con proveedores, la librería lanzó promociones especiales, del estilo "lleve tres libros y pague dos", a fin de hacerse de efectivo en poco tiempo.
La respuesta de propios y extraños sorprendió a De Vita.
"Nunca esperamos que nuestra amenaza de cierre provocara una respuesta tan empática y jubilosa de la gente para apoyarnos", celebró.
"Hicimos una propuesta de bonificación especial porque pensábamos que íbamos a tener que indemnizar a los empleados y pagar deudas que quedaban flotando, pero el resultado ha sido impresionante, la respuesta de la gente también", enfatizó el librero.
A modo de ejemplo, dijo que "hace una semana tenía 50 amigos en Facebook. Ahora tengo 1200. Todos nos apoyan. Ahora el desafío es seguir esto con otro recorrido, con otro argumento organizativo y empresarial también. Probablemente lo que hagamos sea formar una cooperativa", anticipó.
La sorpresa fue mayúscula cuando De Vita constató que en dos días pudo vender lo que habitualmente vendía en un mes.
Filas de más de 50 metros se han registrado en la puerta de la emblemática librería porteña, una "librería de la Patria Grande", como se presenta en un cartel colocado en su ingreso.
