ESPECIAL: Acciones internacionales contra Venezuela son "segunda fase de asedio", dicen analistas

Spanish.xinhuanet.com   2016-06-13 04:29:44

Por Victoria Argüello

CARACAS, 12 jun (Xinhua) -- Las recientes acciones unilaterales de parte de Estados Unidos hacia Venezuela, forman parte de una segunda fase del "asedio internacional" contra este país, después de la intensificación de su crisis económica, aseguran analistas políticos.

En entrevista con Xinhua, el sociólogo e internacionalista vasco José Antonio Egido explicó que esta nueva etapa, que a su juicio aún no incorpora elementos de tipo militar, tiene que ver con la agudización de las presiones políticas al gobierno del presidente Nicolás Maduro, dadas en el campo internacional.

"Como todavía no termina de caer el gobierno de Maduro a pesar del golpe económico, Estados Unidos tiene en marcha una serie de recursos que de momento no incluyen el elemento militar, y esos recursos incluyen el tradicional vínculo con la oposición local, la manipulación de la OEA y una campaña muy fuerte en Madrid (España)", indicó.

A fines de mayo, el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, invocó la activación de la Carta Democrática Interamericana (CDI) en contra de Venezuela.

En respuesta, durante una sesión extraordinaria de la OEA efectuada a principios de junio corriente, los 34 Estados miembros del organismo resolvieron no evaluar por el momento la CDI, y en cambio, apoyar la celebración de un diálogo político entre el gobierno y la oposición local, una iniciativa que ya se concreta en República Dominicana.

Sumado a ello, recientemente Estados Unidos publicó su informe anual sobre Terrorismo correspondiente al año 2015, en el que abiertamente acusa a Venezuela de ser "permisiva" respecto a "organizaciones terroristas".

En el documento, la administración de Washington señala al gobierno de Caracas de tener vínculos con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC-EP) y con el Ejército de Liberación Nacional (ELN), así como con la organización vasca Euskadi Ta Askatasuna (ETA) y la musulmana Hezbolá.

Sobre ello, señala Egido el "doble rasero" de Estados Unidos al acusar a países como Venezuela, cuando el pasado 5 de junio, según información ofrecida por la cancillería de Rusia, Washington pidió a Moscú no atacar al grupo Al-Qaeda en la ofensiva contra el terrorismo que el país euroasiático desarrolla en Siria.

"Ellos no son los más indicados para decir quiénes son o no son terroristas en el mundo", puntualizó el experto.

Además, apuntó que la promoción de prácticas terroristas en Venezuela, dirigidas desde el extranjero, podría integrar esta "segunda fase" de la "arremetida", así como sucedió en Nicaragua durante los años 1980-1991 cuando Estados Unidos apoyó el movimiento de los "Contras" para derrocar al gobierno del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN).

Pero esta segunda fase que el analista José Egido califica de "más agresiva", no implica que las presiones en el campo económico y financiero no continúen; para el experto "hay mucha presión para que ningún país del mundo le preste dinero a Venezuela" ante su actual situación de crisis.

"Esto coadyuvaría a una eventual asfixia de Venezuela, y como el gobierno sigue resistiendo, entonces acompañan esta acción con más presión internacional", alegó.

Los efectos de esta presión, asegura el especialista, trascenderían de la geografía venezolana y se ubicarían en el ámbito de América Latina, donde Washington ha virado nuevamente su atención a fin de aplicar la doctrina del "Big Stick" o "Gran garrote" orientada a recuperar su influencia en la región.

En el mismo sentido, el economista y analista internacional Vladimir Adrianza sostuvo que el "ataque" contra Venezuela" persigue eliminar definitivamente el eje Caracas (Venezuela)-Buenos Aires (Argentina)- Brasilia (Brasil), que mantenía una correlación de fuerzas favorable a proyectos progresistas o de izquierda en el continente.

"Han logrado deponer a la presidenta constitucional de Brasil, Dilma Rousseff; han conseguido mediante elecciones cambiar al gobierno de Argentina, y continúan en su intento de eliminar al gobierno de Venezuela", explicó Adrianza en conversación con Xinhua.

El viraje hacia la derecha de estos gobiernos "ha puesto en riesgo la integración regional", asevera el analista, quien además agrega las intenciones de Washington de invisibilizar mecanismos regionales emergentes.

Al respecto, señala la presunta intención norteamericana de golpear bloques como la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) y la Alianza Bolivariana para los Pueblos de América (ALBA).

En el caso de Argentina, a su juicio se ha iniciado "la implantación del neoliberalismo", así como el emplazamiento de bases militares estadounidenses en la Patagonia (sur).

"Para completar la agenda de desestabilización regional, donde Venezuela representa una importante pieza a conquistar, al Comando Sur de Estados Unidos ha desarrollado los planes Freedom 1 y 2, para lograr el derrocamiento del gobierno del presidente Nicolás Maduro Moros", añadió Adrianza.

Esa "pieza a conquistar" que representaría el país suramericano, viene dada también por sus múltiples riquezas naturales, ya que además de ser el país con la más grande reserva mundial de crudo, posee minerales como coltán, hierro, bauxita e incluso cobre.

A ello se aúna el proceso de certificación minera que ha adelantado el gobierno de Venezuela, tras el cual podría figurar la nación como "la segunda reserva de oro del mundo", sostuvo Vladimir Adrianza.

Esta situación determina en gran medida el accionar de los grupos adversos al gobierno del presidente Nicolás Maduro, tanto internos como externos, dado los múltiples intereses de tipo económico que se ciernen sobre el país.

De acuerdo con ambos analistas, producto de estos intereses la oposición no está comprometida realmente con el desarrollo de un referendo revocatorio que ponga fin al mandato del presidente Maduro, sino con salidas "más radicales".

Por ello, aseguran que la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) no sería afín a la idea de un diálogo político, como el que se intenta realizar en República Dominicana por iniciativa del ex presidente de este país, Leonel Fernández; el ex mandatario de Panamá, Martín Torrijos y el ex presidente del gobierno español José Luis Rodríguez Zapatero.

"Incluso (la MUD y la derecha internacional) toman por traidora la posición del secretario general de Unasur, Ernesto Samper, quien aboga por una negociación que evite la violencia en Venezuela", agregó el analista José Antonio Egido.

Para ambos expertos, el diálogo no sólo pone freno a las intenciones desestabilizadoras en el país latino sino también a una eventual aplicación de la Carta Democrática Interamericana y otras acciones unilaterales de Estados Unidos.

No obstante, aseguran la insoslayable tarea de que el gobierno venezolano subsane su problema interno más urgente, relacionado al desabastecimiento de alimentos, medicinas y productos básicos en el país, todo lo cual conllevaría a mayor estabilidad política.

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ESPECIAL: Acciones internacionales contra Venezuela son "segunda fase de asedio", dicen analistas

Spanish.xinhuanet.com 2016-06-13 04:29:44

Por Victoria Argüello

CARACAS, 12 jun (Xinhua) -- Las recientes acciones unilaterales de parte de Estados Unidos hacia Venezuela, forman parte de una segunda fase del "asedio internacional" contra este país, después de la intensificación de su crisis económica, aseguran analistas políticos.

En entrevista con Xinhua, el sociólogo e internacionalista vasco José Antonio Egido explicó que esta nueva etapa, que a su juicio aún no incorpora elementos de tipo militar, tiene que ver con la agudización de las presiones políticas al gobierno del presidente Nicolás Maduro, dadas en el campo internacional.

"Como todavía no termina de caer el gobierno de Maduro a pesar del golpe económico, Estados Unidos tiene en marcha una serie de recursos que de momento no incluyen el elemento militar, y esos recursos incluyen el tradicional vínculo con la oposición local, la manipulación de la OEA y una campaña muy fuerte en Madrid (España)", indicó.

A fines de mayo, el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, invocó la activación de la Carta Democrática Interamericana (CDI) en contra de Venezuela.

En respuesta, durante una sesión extraordinaria de la OEA efectuada a principios de junio corriente, los 34 Estados miembros del organismo resolvieron no evaluar por el momento la CDI, y en cambio, apoyar la celebración de un diálogo político entre el gobierno y la oposición local, una iniciativa que ya se concreta en República Dominicana.

Sumado a ello, recientemente Estados Unidos publicó su informe anual sobre Terrorismo correspondiente al año 2015, en el que abiertamente acusa a Venezuela de ser "permisiva" respecto a "organizaciones terroristas".

En el documento, la administración de Washington señala al gobierno de Caracas de tener vínculos con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC-EP) y con el Ejército de Liberación Nacional (ELN), así como con la organización vasca Euskadi Ta Askatasuna (ETA) y la musulmana Hezbolá.

Sobre ello, señala Egido el "doble rasero" de Estados Unidos al acusar a países como Venezuela, cuando el pasado 5 de junio, según información ofrecida por la cancillería de Rusia, Washington pidió a Moscú no atacar al grupo Al-Qaeda en la ofensiva contra el terrorismo que el país euroasiático desarrolla en Siria.

"Ellos no son los más indicados para decir quiénes son o no son terroristas en el mundo", puntualizó el experto.

Además, apuntó que la promoción de prácticas terroristas en Venezuela, dirigidas desde el extranjero, podría integrar esta "segunda fase" de la "arremetida", así como sucedió en Nicaragua durante los años 1980-1991 cuando Estados Unidos apoyó el movimiento de los "Contras" para derrocar al gobierno del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN).

Pero esta segunda fase que el analista José Egido califica de "más agresiva", no implica que las presiones en el campo económico y financiero no continúen; para el experto "hay mucha presión para que ningún país del mundo le preste dinero a Venezuela" ante su actual situación de crisis.

"Esto coadyuvaría a una eventual asfixia de Venezuela, y como el gobierno sigue resistiendo, entonces acompañan esta acción con más presión internacional", alegó.

Los efectos de esta presión, asegura el especialista, trascenderían de la geografía venezolana y se ubicarían en el ámbito de América Latina, donde Washington ha virado nuevamente su atención a fin de aplicar la doctrina del "Big Stick" o "Gran garrote" orientada a recuperar su influencia en la región.

En el mismo sentido, el economista y analista internacional Vladimir Adrianza sostuvo que el "ataque" contra Venezuela" persigue eliminar definitivamente el eje Caracas (Venezuela)-Buenos Aires (Argentina)- Brasilia (Brasil), que mantenía una correlación de fuerzas favorable a proyectos progresistas o de izquierda en el continente.

"Han logrado deponer a la presidenta constitucional de Brasil, Dilma Rousseff; han conseguido mediante elecciones cambiar al gobierno de Argentina, y continúan en su intento de eliminar al gobierno de Venezuela", explicó Adrianza en conversación con Xinhua.

El viraje hacia la derecha de estos gobiernos "ha puesto en riesgo la integración regional", asevera el analista, quien además agrega las intenciones de Washington de invisibilizar mecanismos regionales emergentes.

Al respecto, señala la presunta intención norteamericana de golpear bloques como la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) y la Alianza Bolivariana para los Pueblos de América (ALBA).

En el caso de Argentina, a su juicio se ha iniciado "la implantación del neoliberalismo", así como el emplazamiento de bases militares estadounidenses en la Patagonia (sur).

"Para completar la agenda de desestabilización regional, donde Venezuela representa una importante pieza a conquistar, al Comando Sur de Estados Unidos ha desarrollado los planes Freedom 1 y 2, para lograr el derrocamiento del gobierno del presidente Nicolás Maduro Moros", añadió Adrianza.

Esa "pieza a conquistar" que representaría el país suramericano, viene dada también por sus múltiples riquezas naturales, ya que además de ser el país con la más grande reserva mundial de crudo, posee minerales como coltán, hierro, bauxita e incluso cobre.

A ello se aúna el proceso de certificación minera que ha adelantado el gobierno de Venezuela, tras el cual podría figurar la nación como "la segunda reserva de oro del mundo", sostuvo Vladimir Adrianza.

Esta situación determina en gran medida el accionar de los grupos adversos al gobierno del presidente Nicolás Maduro, tanto internos como externos, dado los múltiples intereses de tipo económico que se ciernen sobre el país.

De acuerdo con ambos analistas, producto de estos intereses la oposición no está comprometida realmente con el desarrollo de un referendo revocatorio que ponga fin al mandato del presidente Maduro, sino con salidas "más radicales".

Por ello, aseguran que la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) no sería afín a la idea de un diálogo político, como el que se intenta realizar en República Dominicana por iniciativa del ex presidente de este país, Leonel Fernández; el ex mandatario de Panamá, Martín Torrijos y el ex presidente del gobierno español José Luis Rodríguez Zapatero.

"Incluso (la MUD y la derecha internacional) toman por traidora la posición del secretario general de Unasur, Ernesto Samper, quien aboga por una negociación que evite la violencia en Venezuela", agregó el analista José Antonio Egido.

Para ambos expertos, el diálogo no sólo pone freno a las intenciones desestabilizadoras en el país latino sino también a una eventual aplicación de la Carta Democrática Interamericana y otras acciones unilaterales de Estados Unidos.

No obstante, aseguran la insoslayable tarea de que el gobierno venezolano subsane su problema interno más urgente, relacionado al desabastecimiento de alimentos, medicinas y productos básicos en el país, todo lo cual conllevaría a mayor estabilidad política.

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