Por Luis Brito
MEXICO, 8 jun (Xinhua) -- Pequeños y medianos distribuidores de gas licuado de petróleo (GLP) corren en México el riesgo de desaparecer por la falta de una regla que les permita competir con las grandes empresas, luego de que el país comenzó este año la libre importación, dijo a Xinhua un líder del sector.
El presidente de la Asociación de Distribuidores de GLP del Interior (Adigas), Víctor Figueroa, expuso que las empresas pequeñas están en desventaja porque carecen de la infraestructura que poseen las grandes firmas para transportar y almacenar el combustible que ahora compran a un menor precio en Estados Unidos o Canadá.
A falta de ductos propios o esferas de almacenamiento en puertos, la vía que pequeñas y medianas empresas (pymes) han encontrado es comprarlo en conjunto.
Lo internan al país en ferrocarril y trasvasan directamente desde los vagones tanque a vehículos cisterna en las estaciones de tren para distribuirlo en las ciudades donde operan.
Para Figueroa, el problema es que en la normatividad expedida por México para la apertura del mercado, no existe una regla de seguridad para efectuar el trasvase, por lo que ante el vacío legal las pymes no aprovechan la libre importación.
"Si no tenemos acceso a ese gas de importación estamos muertos comercialmente, no vamos a poder competir", sostuvo el dirigente de la Adigas, asociación que reúne a las 73 principales pymes del sector que, en suma, distribuyen 70.000 toneladas de GLP mensualmente.
México abrió este año la libre importación del GLP al sector privado, como parte de la reforma energética promulgada en 2013, que quitó los candados que dieron a la empresa productiva del Estado Petróleos Mexicanos (Pemex) la exclusividad para producir, distribuir y comercializar combustibles por casi 80 años.
Cerca del 80 por ciento de la población del país consume GLP, lo que implica unos 280.000 barriles diarios, que hasta marzo de este año eran proveídos sólo por Pemex a las empresas que venden el combustible a hogares y comercios.
El representante de la Adigas explicó que grandes empresas cuentan con la infraestructura, porque desde hace una década importan el GLP a nombre y cuenta de Pemex para completar la demanda interna, ante una disminución gradual de su producción.
Según cifras de la petrolera, sólo en 2015 se importaron unos 105.000 barriles diarios que representaron más del 35 por ciento de la demanda del país.
A partir de mayo, Pemex prácticamente ha dejado de importar GLP para consumo y su espacio lo han ocupado firmas privadas.
La diferencia entre abastecerse de GLP con Pemex a hacerlo en Estados Unidos, implica para las firmas un ahorro superior al 50 por ciento, que se reflejará en un menor costo para el consumidor final a partir de enero de 2017, cuando el gobierno mexicana libere el precio.
"Hay un diferencial importante en el precio, porque en Estados Unidos puedes comprar un kilo en 4 pesos (20 centavos de dólar) y aquí Pemex lo está vendiendo en 9 pesos (48 centavos de dólar)", explicó Figueroa.
Dijo que las pymes afiliadas a Adigas ya comenzaron a comprar el combustible en Texas o California en Estados Unidos, para trasvasarlo en estaciones de tren de ciudades fronterizas e internarlo en vehículos a territorio nacional, dado que en ese país la maniobra está regulada.
El entrevistado aclaró, sin embargo, que esa posibilidad sólo resulta costeable para las empresas que distribuyen el GLP en ciudades de estados norteños situadas en la línea fronteriza, y no para las que venden en el centro y sur del país.
El volumen que las 73 empresas de la Adigas requiere importar hace inviable financieramente que construyan grandes tanques de almacenamiento para su posterior venta, detalló Figueroa.
"Son como 500 toneladas a la semana en cada ciudad y el ferrocarril es muy flexible, porque un tren con 50 carros tanque puede ir desenganchando tres carros aquí y cuatro allá", comentó el entrevistado a Xinhua.
Añadió que "a los dos días pasa de regreso la locomotora, los engancha vacíos y se los lleva a rellenar a Estados Unidos", por lo que se trata de "un flujo constante".
El dirigente del sector gasero recordó que desde hace dos meses propusieron a la Comisión Reguladora de Energía y a la Agencia de Seguridad Industrial, la aceptación de la misma regla que se usa en Estados Unidos, pero hasta ahora no han tenido respuesta.
"No podemos tener la seguridad para hacer las inversiones porque se necesitan rentar las terminales, acondicionar las vías, hacer los contratos en Estados Unidos para la compra del gas y tener el equipo", indicó.
Dijo que de no proceder la normatividad, la supervivencia de las pymes y los más de 6.000 empleados directos e indirectos que generan estará en juego cuando el precio del GLP, que hasta este 2016 continuará bajo control oficial, sea definido por la oferta y la demanda.
"Si no lo hacemos nosotros y lo hacen nuestros competidores, vamos a acabar mal como empresas", reiteró el empresario. Fin