WASHINGTON/BEIJING, 7 jun (Xinhua) -- La presidenta de la Reserva Federal (FED) de Estados Unidos, Janet Yellen, dijo el lunes que la subida gradual de la tasa de interés continúa siendo una medida apropiada, pero evitó revelar la fecha en que el banco central piensa dar su próximo paso al respecto.
"Las fuerzas económicas positivas han superado a las negativas, y pese a los desafíos que sigue enfrentando la economía, continúo esperando mayores progresos en nuestro objetivos en el empleo y la inflación", indicó Yellen durante un discurso en el Consejo de Asuntos Mundiales de Filadelfia.
Sin embargo, la presidenta de la FED evitó dar una fecha para una próxima subida de la tasa, diciendo que pensaba que quizás sería necesario que la tasa de fondos federales se incrementara gradualmente con el tiempo para garantizar la estabilidad de los precios y la máxima sostenibilidad del empleo a largo plazo.
Esta posición contrasta con sus declaraciones del 27 de mayo, cuando dijo que la subida de la tasa en los próximos meses sería apropiada.
Para algunos inversores, la inexistencia de un calendario en el discurso del lunes significaría que la FED retrasaría su nueva subida de la tasa de interés más allá de la próxima semana, cuando los banqueros centrales estadounidenses se reúnen para establecer la política monetaria.
Economistas miran ahora a septiembre o quizás julio como las fechas más probables para la política de endurecimiento de un cuarto de punto, mientras que los operadores de los mercados de futuros apuestan por una incluso más lejana este año.
Algunos analistas consideran que la razón para las actuales declaraciones prudentes pudieran estar en los recientes datos decepcionantes sobre el empleo.
El informe del empleo en mayo, el peor en casi seis años en términos de creación de empleo mensual, ha provocado nuevas interrogantes y la situación tendrá que ser vigilada en caso de un mayor retroceso.
El total de las nóminas de empleos no agrícolas se incrementaron en apenas 38.000 en mayo, el desempeño más bajo desde septiembre de 2010.
Y aunque la tasa de desempleo cayó al 4,7 por ciento, la más baja desde noviembre de 2007, esto se debió principalmente a la salida del mercado laboral de las personas, y no a que encontraran un empleo.
Sin embargo, Yellen puntualizó en su discurso que nunca se le debería conceder demasiada relevancia a un único informe mensual, y que otros indicadores oportunos del mercado laboral han sido más positivos.
En su intervención, la presidenta de la Reserva Federal advirtió sobre una serie de incertidumbres a las que se enfrente el crecimiento estadounidense, entre ellas la fortaleza del gasto de consumo, el bajo crecimiento de la productividad en el país y la baja inflación.
Yellen subrayó que el crecimiento de la economía depende de la demanda doméstica, en especial de su principal motor, el gasto de consumo.
Y una cuestión clave es si la demanda estadounidense puede mantenerse fuerte "entre los bastante considerables altibajos globales", reflexionó, y añadió que una preocupación en concreto es la debilidad del gasto inversor de las empresas estadounidenses, una ralentización que, dijo, cree que será temporal.
En cuanto al problema de la baja productividad, Yellen señaló que incluso aunque el mercado laboral está mejorando, el crecimiento general del país ha sido tibio, lo que en parte se debe a que la productividad ha sido tan débil.
La productividad es un factor vital a la hora de sostener una mejora de las condiciones de vida y la presidenta de la Fed apuntó que los economistas están divididos sobre si la caída de la productividad se terminará pronto.
La Gran Recesión deprimió el gasto en investigación y desarrollo, que es necesario para garantizar el futuro crecimiento de la productividad, explicó Yellen, y agregó que una vez que este gasto rebote, las mejoras en este indicador podrían acelerarse.
Tras apuntar que la inflación estadounidense se ha mantenido por debajo de su objetivo del 2 por ciento durante cuatro años, la alta funcionaria aseguró que una razón para preocuparse es que algunas encuestas indican que las expectativas de inflación a largo plazo han declinado entre consumidores y empresarios.
Si esa tendencia continúa, dijo, podría dificultar que la inflación alcanzase el objetivo de la Fed. Cuando la inflación es demasiado baja puede deprimir el gasto, contener el crecimiento y hacer el coste de los préstamos más onerosos.
Sin embargo, pese a todas las incertidumbres que mencionó el lunes, Yellen aseveró que todavía espera que el mercado laboral siga fortaleciéndose, los salarios crezcan y la inflación suba hacia el objetivo de la Fed.