QUITO, 2 jun (Xinhua) -- El presidente de Ecuador, Rafael Correa, consideró que los problemas que enfrenta Venezuela se deben a la histórica dependencia del petróleo y al "boicot" de empresas transnacionales estadounidenses instaladas en el país sudamericano.
"Es impresionante el permanente boicot económico y mediático que tiene Venezuela", dijo Correa la víspera por la noche en entrevista a un programa de la Televisión Pública, según recoge hoy jueves la prensa local.
El mandatario sostuvo que en Venezuela "sin lugar a dudas ha habido problemas", pero la situación que difunden los medios de comunicación no es real.
"Muchas fotos que sacan de gente hurgando en la basura no son reales, son montajes. Hay transnacionales norteamericanas que producen y acaparan toda la producción para generar artificialmente escasez", apuntó Correa.
El jefe de Estado ecuatoriano recalcó, como ya lo ha hecho en ocasiones anteriores, que en América Latina existe una restauración conservadora de la derecha contra los gobiernos que llamó progresistas de la región.
Hay una "restauración conservadora que se la anunció hace dos años atrás. Existen estrategias concertadas para desgastar a los gobiernos progresistas, ya no con botas ni fusibles, pero sí con los medios de comunicación y el boicot económico para que la derecha trate de retornar al poder", señaló.
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, enfrenta actualmente una oposición que exige la realización de un referendo revocatorio de su mandato con marchas en las calles y acciones políticas contra su gobierno.
En ese contexto, Correa reiteró su apoyo a Maduro, así como a sus homólogos Dilma Rousseff (Brasil) y Evo Morales (Bolivia), quienes también enfrentan estrategias de desestabilización, según dijo el mandatario ecuatoriano.
Al referir la situación política de Brasil, Correa afirmó que "lo que sucede en Brasil es funesto, aún no han podido encontrar algo en contra de Dilma".
Rousseff fue apartada del cargo en mayo pasado por hasta 180 días, luego de que el Senado aprobó someterla a un juicio político y asumió interinamente la presidencia el vicepresidente Michel Temer, del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB).
La mandataria brasileña, sobre quien no pesan acusaciones de ningún acto de corrupción, es juzgada por haber firmado decretos presupuestarios sin previsión de recursos en caja y por atrasos en pagos a bancos públicos, el llamado "pedaleo fiscal".
