El lama pájaro que trabaja por la protección de la naturaleza

Spanish.xinhuanet.com   2016-05-29 16:26:40

Por Yuan Quan y Li Yan

XINING, 29 may (Xinhua) -- La mayor parte de los monjes encuentran la paz interior mediante la meditación, pero Tashi Sangpo, de 46 años de edad, recurre a la naturaleza.

Este "khenpo", o preceptor monástico tibetano, pasa mucho tiempo del año en la vasta naturaleza de la meseta Qinghai-Tíbet para observar pájaros con sus pesados prismáticos y cámaras.

Ha tomado fotos de cerca de 400 especies de aves y pinta pájaros en las tradicionales pinturas "thankga" (obras típicas de la zona tibetana que se pueden enrrollar).

Le apasiona tratar de aumentar la concienciación de los jóvenes sobre el medio ambiente y está escribiendo un libro de ilustraciones para enseñar a los niños cómo proteger la vida salvaje.

De acuerdo con Tashi, la conservación de la naturaleza es la práctica de la doctrina de la misericordia del budismo.

Tashi nació en una familia pobre de pastores a los pies del Nyanpo Yuzee, una montaña cubierta de nieve ubicada en el este de la meseta Qinghai-Tíbet, a 900 kilómetros de la ciudad de Xining, capital de la provincia noroccidental china de Qinghai.

Es el segundo hijo de la familia, que se adhirió a la tradición tibetana de enviar al segundo hijo a convertirse en monje para aliviar la presión de las cargas familiares.

A los 13 años de edad, el padre de Tashi lo mandó al templo Baiyu, a 40 kilómetros de su casa. El chico, solitario y echando de menos su hogar, comenzó a observar los pájaros en su tiempo libre.

Las aves le recordaban su infancia, cuando jugaba alrededor de un lago al que acudían muchos animales. De acuerdo con Tashi, el lago parecía una mariposa azul y su casa se encontraba en una de las alas.

En 1985, el templo fue reconstruido y dos artistas llegaron para decorarlo con pinturas. Tashi fue uno de los 20 monjes varones elegidos para ayudar a moler y mezclar las pinturas. Al terminar la tarea, recibió un pincel y unas clases de pintura como premio.

Se aplicó a la tarea, pero al principio los pájaros que pintaba resultaban poco realistas.

La vida era dura y su familia no se podía permitir comprarle una cámara, así que el joven llevaba una grabadora encima para ayudarse a memorizar las características de los pájaros que observaba. Así, iba narrando a la máquina los colores de las plumas, el tamaño de las alas y la manera de volar.

Al regresar al templo, escribía las observaciones en libretas y, gradualmente, sus trabajos comenzaron a mostrar atención a los detalles.

Tashi comenzó a recibir elogios por sus pinturas a los 19 años de edad. Los monjes mayores dijeron que podría ser la "reencarnación" de un pájaro. Algunos le llamaron "el lama pájaro".

Al mismo tiempo, los vecinos de la zona comenzaron a llevarle pájaros heridos para que Tashi pudiera curarlos.

A los 27 años de edad, Tashi se graduó en el templo Baiyu y se convirtió en un joven "khenpo". Sus padres le instaron a continuar los estudios en el templo pero decidió vivir en la naturaleza.

Para observar más especies de pájaros, cruzaba montañas y ríos a pesar del frío intenso y otras condiciones meteorológicas extremas y, con el apoyo financiero de su hermana y sus amigos, Tashi logró más equipo para registrar especies, incluidas algunas que rara vez se avistan.

En 2005, descubrió una pareja de sixu, especie de pájaro amenazada que sólo habita en la meseta y ha sido observada solo diez veces desde la década de los 90.

Tashi comenzó a pintar a los sixu y comenzó a trabajar con grupos no gubernamentales de protección de la fauna para conocer más sobre la especie.

Su investigación fue publicada en revistas zoológicas extranjeras y atrajo la atención global sobre la vida salvaje en el "techo del mundo".

Logró fondos de organizaciones científicas de dentro y fuera del país para crear una reserva natural y compensar a los pastores que acordaron suspender sus actividades de pastoreo durante la temporada de cría del ave.

Tashi se preocupa por las amenazas sobre las poblaciones de aves en la meseta.

Los residentes locales llevan a cabo "entierros celestiales", una práctica tradicional en la que el cadáver se sitúa en lo alto de una montaña para que se descomponga y se lo coman los buitres.

Aunque la incineración se está haciendo cada vez más popular, para los mayores y los budistas tibetanos los entierros celestiales son un camino hacia el cielo y los buitres son animales sagrados.

"Pero la población de buitres está cayendo", alerta Tashi. La especie, que se enfrenta a la contaminación y la reducción de su hábitat, también tiene dificultades para encontrar comida.

Los buitres se alimentan generalmente de yaks muertos. Pero Tashi descubrió que cada vez menos pastores dejaban los animales muertos en los campos porque preferían venderlos a restaurantes.

Al mismo tiempo, como las generaciones jóvenes evitan los entierros celestiales, los buitres tienen poco para comer.

Tashi decidió ayudar a la especie. Pidió a sus amigos que atasen una cuerda a su cintura para bajar cientos de metros por un precipicio y dejar carne en los nidos de buitres.

En 2007, Tashi pidió a los lamas que trabajasen juntos para informar a los locales de las amenazas para este pájaro sagrado y fundó la Asociación de Protección Ambiental de Nyanpo Yuzee.

Siempre hace a sus alumnos una pregunta: Los buitres ayudan a la gente a ir al cielo, pero ¿quién ayuda a los buitres a sobrevivir?

"Deseamos que la gente se acerque a la naturaleza; deseamos que la protección ambiental sea parte de nuestra cultura. Si lo hacemos, la meseta tendrá un futuro prometedor", defiende.

"El Buda Sakyamuni dijo una vez que los humanos y los animales desean vivir y no morir. Ante la muerte, los humanos y los animales son iguales", afirma Tashi.

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El lama pájaro que trabaja por la protección de la naturaleza

Spanish.xinhuanet.com 2016-05-29 16:26:40

Por Yuan Quan y Li Yan

XINING, 29 may (Xinhua) -- La mayor parte de los monjes encuentran la paz interior mediante la meditación, pero Tashi Sangpo, de 46 años de edad, recurre a la naturaleza.

Este "khenpo", o preceptor monástico tibetano, pasa mucho tiempo del año en la vasta naturaleza de la meseta Qinghai-Tíbet para observar pájaros con sus pesados prismáticos y cámaras.

Ha tomado fotos de cerca de 400 especies de aves y pinta pájaros en las tradicionales pinturas "thankga" (obras típicas de la zona tibetana que se pueden enrrollar).

Le apasiona tratar de aumentar la concienciación de los jóvenes sobre el medio ambiente y está escribiendo un libro de ilustraciones para enseñar a los niños cómo proteger la vida salvaje.

De acuerdo con Tashi, la conservación de la naturaleza es la práctica de la doctrina de la misericordia del budismo.

Tashi nació en una familia pobre de pastores a los pies del Nyanpo Yuzee, una montaña cubierta de nieve ubicada en el este de la meseta Qinghai-Tíbet, a 900 kilómetros de la ciudad de Xining, capital de la provincia noroccidental china de Qinghai.

Es el segundo hijo de la familia, que se adhirió a la tradición tibetana de enviar al segundo hijo a convertirse en monje para aliviar la presión de las cargas familiares.

A los 13 años de edad, el padre de Tashi lo mandó al templo Baiyu, a 40 kilómetros de su casa. El chico, solitario y echando de menos su hogar, comenzó a observar los pájaros en su tiempo libre.

Las aves le recordaban su infancia, cuando jugaba alrededor de un lago al que acudían muchos animales. De acuerdo con Tashi, el lago parecía una mariposa azul y su casa se encontraba en una de las alas.

En 1985, el templo fue reconstruido y dos artistas llegaron para decorarlo con pinturas. Tashi fue uno de los 20 monjes varones elegidos para ayudar a moler y mezclar las pinturas. Al terminar la tarea, recibió un pincel y unas clases de pintura como premio.

Se aplicó a la tarea, pero al principio los pájaros que pintaba resultaban poco realistas.

La vida era dura y su familia no se podía permitir comprarle una cámara, así que el joven llevaba una grabadora encima para ayudarse a memorizar las características de los pájaros que observaba. Así, iba narrando a la máquina los colores de las plumas, el tamaño de las alas y la manera de volar.

Al regresar al templo, escribía las observaciones en libretas y, gradualmente, sus trabajos comenzaron a mostrar atención a los detalles.

Tashi comenzó a recibir elogios por sus pinturas a los 19 años de edad. Los monjes mayores dijeron que podría ser la "reencarnación" de un pájaro. Algunos le llamaron "el lama pájaro".

Al mismo tiempo, los vecinos de la zona comenzaron a llevarle pájaros heridos para que Tashi pudiera curarlos.

A los 27 años de edad, Tashi se graduó en el templo Baiyu y se convirtió en un joven "khenpo". Sus padres le instaron a continuar los estudios en el templo pero decidió vivir en la naturaleza.

Para observar más especies de pájaros, cruzaba montañas y ríos a pesar del frío intenso y otras condiciones meteorológicas extremas y, con el apoyo financiero de su hermana y sus amigos, Tashi logró más equipo para registrar especies, incluidas algunas que rara vez se avistan.

En 2005, descubrió una pareja de sixu, especie de pájaro amenazada que sólo habita en la meseta y ha sido observada solo diez veces desde la década de los 90.

Tashi comenzó a pintar a los sixu y comenzó a trabajar con grupos no gubernamentales de protección de la fauna para conocer más sobre la especie.

Su investigación fue publicada en revistas zoológicas extranjeras y atrajo la atención global sobre la vida salvaje en el "techo del mundo".

Logró fondos de organizaciones científicas de dentro y fuera del país para crear una reserva natural y compensar a los pastores que acordaron suspender sus actividades de pastoreo durante la temporada de cría del ave.

Tashi se preocupa por las amenazas sobre las poblaciones de aves en la meseta.

Los residentes locales llevan a cabo "entierros celestiales", una práctica tradicional en la que el cadáver se sitúa en lo alto de una montaña para que se descomponga y se lo coman los buitres.

Aunque la incineración se está haciendo cada vez más popular, para los mayores y los budistas tibetanos los entierros celestiales son un camino hacia el cielo y los buitres son animales sagrados.

"Pero la población de buitres está cayendo", alerta Tashi. La especie, que se enfrenta a la contaminación y la reducción de su hábitat, también tiene dificultades para encontrar comida.

Los buitres se alimentan generalmente de yaks muertos. Pero Tashi descubrió que cada vez menos pastores dejaban los animales muertos en los campos porque preferían venderlos a restaurantes.

Al mismo tiempo, como las generaciones jóvenes evitan los entierros celestiales, los buitres tienen poco para comer.

Tashi decidió ayudar a la especie. Pidió a sus amigos que atasen una cuerda a su cintura para bajar cientos de metros por un precipicio y dejar carne en los nidos de buitres.

En 2007, Tashi pidió a los lamas que trabajasen juntos para informar a los locales de las amenazas para este pájaro sagrado y fundó la Asociación de Protección Ambiental de Nyanpo Yuzee.

Siempre hace a sus alumnos una pregunta: Los buitres ayudan a la gente a ir al cielo, pero ¿quién ayuda a los buitres a sobrevivir?

"Deseamos que la gente se acerque a la naturaleza; deseamos que la protección ambiental sea parte de nuestra cultura. Si lo hacemos, la meseta tendrá un futuro prometedor", defiende.

"El Buda Sakyamuni dijo una vez que los humanos y los animales desean vivir y no morir. Ante la muerte, los humanos y los animales son iguales", afirma Tashi.

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