BEIJING, 19 may (Xinhua) -- Un avión militar de Estados Unidos realizó el martes operaciones de reconocimiento cerca de la isla china de Hainan (sur), en la provocación más reciente del país norteamericano contra los derechos e intereses legítimos de China.
En una muestra de desprecio total al llamamiento de Beijing a no enturbiar la paz en el Mar Meridional de China, Washington ha estado ocupado en exhibir su músculo militar en la misma puerta de entrada del país asiático.
La semana pasada, el buque de guerra estadounidense USS William P. Lawrence entró en las aguas territoriales de China cerca de las islas Nansha sin permiso del gobierno de Beijing.
Tales actos, llevados a cabo ora en el pretexto de "las patrullas rutinarias", ora en el de "la libertad de navegación", no son más que obvias provocaciones contra la seguridad marítima de China.
Este tipo de actividades peligrosas e irresponsables también aumentan significativamente el riesgo de equivocaciones militares en la región.
El Pentágono dijo que dos aviones de combate chinos interceptaron el martes un aparato estadounidense de forma "insegura".
Al tiempo que acusa de la interceptación "insegura" realizada por los aviones chinos, Washington parece olvidar que sus frecuentes y cercanas misiones de reconocimiento militares, que amenazan la seguridad marítima y aérea de China, son una verdadera fuente de preocupaciones, ya que podrían dar lugar a accidentes y poner en peligro la seguridad militar tanto de China como de EEUU.
Las medidas con las que responde China son razonables, necesarias y plenamente legítimas, debido a que los actos estadounidenses han supuesto amenazas serias a la soberanía y los intereses de seguridad de China.
Y, en comparación con esos países que envían sus aviones militares a la puerta de otros, China valora más la seguridad de su propio personal y de su equipamiento.
China tiene toda la razón para exigir a EEUU que ponga fin a su estrechísima supervisión aérea y naval sobre ella y que se abstenga de revolver las aguas de la región para tratar de pescar réditos políticos.
China, que mantiene "reclamaciones no excesivas" sobre la soberanía del Mar Meridional de China, confía en la comunicación y el diálogo. Ni la muestra de fuerza ni la intervención arbitraria alterarán su resolución de salvaguardar su soberanía y sus derechos marítimos.
Aparte de suspender sus acciones provocadoras, Washington está obligado a honrar sus compromisos de no posicionarse en la cuestión del Mar Meridional de China, si lo que realmente desea ver y conseguir en esta región es la paz y la estabilidad.
