Por Edgardo Loguercio
BRASILIA, 18 may (Xinhua) -- Con la designación del nuevo equipo económico, el gobierno brasileño del presidente interino, Michel Temer, precisará establecer una serie de acuerdos legislativos para que las medidas a ser tomadas puedan tener rápida ejecución, lo que no está garantizado en el horizonte inmediato.
El equipo encabezado por el ministro de Hacienda, Henrique Meirelles, y el presidente del Banco Central (BC), Ilan Goldfajn, fue recibido con beneplácito por el mercado financiero y el sector empresarial.
Aunque los nombres anunciados generaron una expectativa favorable entre los inversores, para el gobierno permanece el desafío de reafirmar las alianzas parlamentarias que propiciaron la llegada de Temer al poder.
La coalición de partidos que aprobaron el proceso de juicio político contra Rousseff en la Cámara de Diputados con más de dos tercios del cuerpo legislativo, no ofrece un apoyo automático a la política económica.
Por una parte, los partidos aliados presentan visiones divergentes en temas sensibles para la nueva administración, como las propuestas de reforma en seguridad social, laboral y reformulación de las políticas sociales.
Además, las fuerzas políticas que suspendieron a Rousseff, algunas de las cuales rompieron a última hora con el gobierno del Partido de los Trabajadores (PT) para votar a favor del "impeachment" (juicio político), exigen cobrar su precio en cargos y control de áreas de la administración pública, de acuerdo con algunos analistas locales.
El gobierno de Temer puso en el comando de la política económica a un "equipo de los sueños" del mercado financiero, con la intención de dar un "choque de confianza" y fortalecerse políticamente.
Como Rousseff fue apartada del cargo por 180 días, el gobierno del presidente interino tiene necesidad de generar resultados inmediatos y reunir la mayoría suficiente en el Congreso para implementar un plan económico que inicie una recuperación de la actividad económica.
Líderes de las bancadas aliadas al gobierno se reunieron la víspera
con el presidente interino en el Palacio de Planalto (sede del gobierno federal) en la ciudad de Brasilia (capital), donde revelaron disposición al diálogo pero sin garantizar apoyo irrestricto.
Tras la reunión, el jefe de la Secretaría de Gobierno, Geddel Vieira Lima, dijo que es necesaria "paciencia" para el anuncio de medidas, como la definición de metas y ajustes necesarios en la organización pública, en gran parte dependientes del Congreso Nacional.
"Precisamos de cautela en la presentación de esas medidas, incluso porque es fundamental mostrar a la sociedad, al mercado, a los inversores, sean nacionales o extranjeros, que hay un gobierno que va a actuar con responsabilidad", indicó.
Un gobierno que "cuando presente medidas, metas, parámetros, serán absolutamente ejecutables, en las cuales puedan creer", señaló Vieira.
Otra dificultad para el gobierno en la Cámara de Diputados deriva del presidente del cuerpo legislativo, Waldir Maranhao, quien asumió en vísperas de la suspensión de Rousseff tras la decisión de la Corte Suprema de separar del cargo a Eduardo Cunha, aliado de Temer y jefe de un amplio bloque conocido como el "bajo clero".
Maranhao intentó sin éxito anular el "impeachment" contra Rousseff y es blanco de fuertes presiones para que renuncie al cargo, pero no da señales de ceder.
La inestabilidad de una Cámara de Diputados en proceso de reacomodamiento tras la suspensión de la mandataria, indica que el gobierno interino tendrá dificultades para que reformas importantes puedan ser aprobadas, según los analistas locales.
Líderes de la coalición del "impeachment", como el diputado Paulinho, jefe de la central Fuerza Sindical y del partido Solidaridad, salió este fin de semana al cruce de Meirelles al rechazar la propuesta de la reforma de pensiones postulada como prioritaria por el ministro de Hacienda y que busca establecer una edad mínima para jubilación.
Las resistencias no sólo provienen del medio sindical, puesto que Meirelles adelantó su intención de desmontar una serie de exoneraciones y estímulos fiscales a las empresas "que representan valores sustancialmente mayores" que los gastos sociales.
Entidades empresariales que jugaron un rol activo en la salida de Rousseff, como la Federación de Industrias del Estado de Sao Paulo (Fiesp), son refractarias a la aprobación de nuevos impuestos para equilibrar las cuentas públicas.
La compleja ecuación que el gobierno precisa resolver se vincula a un importante desequilibrio fiscal, con trayectoria ascendente de la deuda pública, en medio de un cuadro recesivo con una caída del 3,8 por ciento del producto interno bruto (PIB) en 2015 y una previsión de nueva contracción de 3,88 por ciento en 2016.
Desde la asunción de Temer y su gabinete de ministros el pasado 12 de mayo, también hubo "ruidos" en el máximo escalón del Ejecutivo, con varios desmentidos y "roces" que mostraron un gobierno que aún deberá ajustar su discurso en temas clave.
El entrante ministro de Salud, Ricardo Barros, sugirió el pasado 16 de mayo que el Sistema Unico de Salud (SUS) que garantiza, según la Constitución, atención universal básica para todos los ciudadanos, debe ser reducido porque el Estado no tiene condiciones de cumplir con la exigencia constitucional.
El impacto negativo de las declaraciones hizo que el ministro se retractara rápidamente y apuntara la necesidad de reducir el déficit del sistema de previsión, para asegurar gastos en otras áreas sociales.
El episodio confirmó la necesidad, destacada por el propio ministro Meirelles, de que las principales medidas a ser anunciadas sean "consistentes y no deban ser revertidas".