ENTREVISTA: Sismólogo destaca evolución de cultura sísmica en Chile

Spanish.xinhuanet.com   2016-05-17 05:39:43

Por Roberto Manríquez y Leng Tong

SANTIAGO, 16 may (Xinhua) -- El director del Centro Sismológico Nacional de Chile, Sergio Barrientos, destacó la cultura sísmica de los chilenos, lo que se traduce en una baja mortalidad ante terremotos, aunque es producto de dramáticos aprendizajes en el pasado.

"No hay que ir muy lejos en la historia de Chile para constatar que los terremotos causaron mucho daño en el pasado. Hemos aprendido de la manera difícil", expresó el sismólogo a Xinhua.

En 1906, fallecieron en el país sudamericano 20.000 personas a consecuencia del terremoto que afectó el litoral de Valparaíso (centro), al tiempo que casi 30.000 murieron por el sismo en Chillán (sur) en 1939, "el más letal en la historia de Chile".

"Especialmente este último (1939) generó un cambio y comenzó a tomar forma un estricto código de reconstrucción. Con cada terremoto ha cambiado la manera que adopta el código de construcción, cómo se diseña y construye, y la población está mas educada", sostuvo.

Barrientos dirige a una docena de científicos en un edificio dentro de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Chile.

Explicó que el Centro Sismológico Nacional es "el órgano oficial que emite antecedentes sobre la sismicidad que ocurre en el país. Tenemos la obligación de indicar donde se han producido sismos dentro de los cinco minutos siguientes y entregar esos datos a las autoridades".

Los chilenos saben desde pequeños que viven en uno de los países con mayor sismicidad del planeta, donde no pocos tienen aún el recuerdo del terremoto de 9,5 grados Richter en Valdivia en 1960, el de mayor magnitud del que se tenga registro.

En los últimos seis años, el país ha sido sacudido por tres eventos de magnitud sobre 8 grados, razón por la que existe un recordatorio latente en una nación cuya costa coincide con el denominado "cinturón de fuego del Pacífico".

Existe un recuerdo permanente de esta situación, con eventos sísmicos en el pasado de gran magnitud, como el de Concepción (2010) de 8,8 grados, Iquique (2014) de 8,2 grados y Coquimbo (2015) de 8,4 grados.

A pesar de la intensidad de los sismos, el país registra una baja mortalidad con relación a las magnitudes, lo que suele sorprender al observador internacional.

"Es cierto, resulta llamativo si uno compara con experiencias en otros lugares en el mundo, pero la misma periodicidad de los eventos sísmicos nos ha llevado a afrontarlos de una manera constructiva", indicó Barrientos.

El Servicio Sismológico Nacional surgió en 1908 como resultado del terremoto de 1906, fruto del esfuerzo del intelectual francés Fernan Montessus, quien instaló las primeras estaciones de monitoreo.

En 1950, las estaciones de monitoreo se unieron a la red mundial y para 2007 se instalaron en todo el país.

"En este momento tenemos unas 100 estaciones en todo el país, a esto estamos sumando estaciones que miden las deformación del sistema geodésico a través del satélite. Esta red nos permite poseer la tecnología más avanzada disponible", señaló el sismólogo.

La costa oeste de Sudamérica coincide con la zona de subducción de la placa de Nazca bajo la placa sudamericana, lo que genera un área susceptible de sismos de gran magnitud, como el ocurrido en Ecuador hace un mes.

El entrevistado comentó que el conocimiento científico de lo ocurrido en la historia reciente en el continente ha permitido a los expertos no responder con asombro ante el evento en Ecuador.

"Sabemos que el terremoto en Ecuador (de 7,8 grados) se produjo en la zona de contacto entre las placas de Nazca y la sudamericana (...) un terremoto de magnitud 8 grados era un terremoto esperable, donde ha ocurrido antes fue parte de la zona de ruptura en 1906", dijo.

Señaló el especialista que "cada 100 años se mueve siete metros, y siete metros corresponde un sismo de magnitud de 8 o sobre 8 (grados) en algún lugar de la convergencia de las placas, como en el caso de Ecuador".

De acuerdo con el sismólogo, es lo más cerca que se puede estar por ahora de predecir sismos, es decir, identificar zonas susceptibles de movimientos telúricos relevantes.

Precisó, no obstante, que al menos se puede caracterizar y en algunos casos actuar en una zona donde parece probable la ocurrencia de un evento mayor, mientras que en otros más bien hay que estar siempre conscientes de la posibilidad de uno.

"Al parecer, existen sismos en los cuales se presentan estos factores premonitorios y en otros no. En abril de 2014, en Chile ocurrió una seguidilla de temblores y el gran evento", expresó el entrevistado.

Reiteró no saber si algún día "se podrá predecir, no la hora, pero quizás en estos casos se podría advertir el área donde ocurrirá y una estimación del tamaño del sismo. Esto uno podría comenzar a decirlo con la brecha sísmica, de lo cual ya tenemos conocimiento".

El científico insistió en que la periodicidad de temblores explica la cultura sísmica a nivel nacional en el país sudamericano.

"Si uno examina la historia en Chile desde la llegada de los europeos, se ha podido constatar más o menos un sismo superior a los 8 grados cada 10 o 12 años; eso genera cierto grado de cultura sísmica y resiliencia", destacó.

Respecto a otros países que registran de una forma más acentuada movimientos sísmicos, el académico recomendó "educación" mediante simulacros y conocimiento de la amenaza.

"Tomar medidas preventivas, códigos de construcción y determinar cuáles son los lugares del territorio amenazados, ayudan a una sociedad resiliente", afirmó el titular del Centro Sismológico Nacional de Chile.

  
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ENTREVISTA: Sismólogo destaca evolución de cultura sísmica en Chile

Spanish.xinhuanet.com 2016-05-17 05:39:43

Por Roberto Manríquez y Leng Tong

SANTIAGO, 16 may (Xinhua) -- El director del Centro Sismológico Nacional de Chile, Sergio Barrientos, destacó la cultura sísmica de los chilenos, lo que se traduce en una baja mortalidad ante terremotos, aunque es producto de dramáticos aprendizajes en el pasado.

"No hay que ir muy lejos en la historia de Chile para constatar que los terremotos causaron mucho daño en el pasado. Hemos aprendido de la manera difícil", expresó el sismólogo a Xinhua.

En 1906, fallecieron en el país sudamericano 20.000 personas a consecuencia del terremoto que afectó el litoral de Valparaíso (centro), al tiempo que casi 30.000 murieron por el sismo en Chillán (sur) en 1939, "el más letal en la historia de Chile".

"Especialmente este último (1939) generó un cambio y comenzó a tomar forma un estricto código de reconstrucción. Con cada terremoto ha cambiado la manera que adopta el código de construcción, cómo se diseña y construye, y la población está mas educada", sostuvo.

Barrientos dirige a una docena de científicos en un edificio dentro de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Chile.

Explicó que el Centro Sismológico Nacional es "el órgano oficial que emite antecedentes sobre la sismicidad que ocurre en el país. Tenemos la obligación de indicar donde se han producido sismos dentro de los cinco minutos siguientes y entregar esos datos a las autoridades".

Los chilenos saben desde pequeños que viven en uno de los países con mayor sismicidad del planeta, donde no pocos tienen aún el recuerdo del terremoto de 9,5 grados Richter en Valdivia en 1960, el de mayor magnitud del que se tenga registro.

En los últimos seis años, el país ha sido sacudido por tres eventos de magnitud sobre 8 grados, razón por la que existe un recordatorio latente en una nación cuya costa coincide con el denominado "cinturón de fuego del Pacífico".

Existe un recuerdo permanente de esta situación, con eventos sísmicos en el pasado de gran magnitud, como el de Concepción (2010) de 8,8 grados, Iquique (2014) de 8,2 grados y Coquimbo (2015) de 8,4 grados.

A pesar de la intensidad de los sismos, el país registra una baja mortalidad con relación a las magnitudes, lo que suele sorprender al observador internacional.

"Es cierto, resulta llamativo si uno compara con experiencias en otros lugares en el mundo, pero la misma periodicidad de los eventos sísmicos nos ha llevado a afrontarlos de una manera constructiva", indicó Barrientos.

El Servicio Sismológico Nacional surgió en 1908 como resultado del terremoto de 1906, fruto del esfuerzo del intelectual francés Fernan Montessus, quien instaló las primeras estaciones de monitoreo.

En 1950, las estaciones de monitoreo se unieron a la red mundial y para 2007 se instalaron en todo el país.

"En este momento tenemos unas 100 estaciones en todo el país, a esto estamos sumando estaciones que miden las deformación del sistema geodésico a través del satélite. Esta red nos permite poseer la tecnología más avanzada disponible", señaló el sismólogo.

La costa oeste de Sudamérica coincide con la zona de subducción de la placa de Nazca bajo la placa sudamericana, lo que genera un área susceptible de sismos de gran magnitud, como el ocurrido en Ecuador hace un mes.

El entrevistado comentó que el conocimiento científico de lo ocurrido en la historia reciente en el continente ha permitido a los expertos no responder con asombro ante el evento en Ecuador.

"Sabemos que el terremoto en Ecuador (de 7,8 grados) se produjo en la zona de contacto entre las placas de Nazca y la sudamericana (...) un terremoto de magnitud 8 grados era un terremoto esperable, donde ha ocurrido antes fue parte de la zona de ruptura en 1906", dijo.

Señaló el especialista que "cada 100 años se mueve siete metros, y siete metros corresponde un sismo de magnitud de 8 o sobre 8 (grados) en algún lugar de la convergencia de las placas, como en el caso de Ecuador".

De acuerdo con el sismólogo, es lo más cerca que se puede estar por ahora de predecir sismos, es decir, identificar zonas susceptibles de movimientos telúricos relevantes.

Precisó, no obstante, que al menos se puede caracterizar y en algunos casos actuar en una zona donde parece probable la ocurrencia de un evento mayor, mientras que en otros más bien hay que estar siempre conscientes de la posibilidad de uno.

"Al parecer, existen sismos en los cuales se presentan estos factores premonitorios y en otros no. En abril de 2014, en Chile ocurrió una seguidilla de temblores y el gran evento", expresó el entrevistado.

Reiteró no saber si algún día "se podrá predecir, no la hora, pero quizás en estos casos se podría advertir el área donde ocurrirá y una estimación del tamaño del sismo. Esto uno podría comenzar a decirlo con la brecha sísmica, de lo cual ya tenemos conocimiento".

El científico insistió en que la periodicidad de temblores explica la cultura sísmica a nivel nacional en el país sudamericano.

"Si uno examina la historia en Chile desde la llegada de los europeos, se ha podido constatar más o menos un sismo superior a los 8 grados cada 10 o 12 años; eso genera cierto grado de cultura sísmica y resiliencia", destacó.

Respecto a otros países que registran de una forma más acentuada movimientos sísmicos, el académico recomendó "educación" mediante simulacros y conocimiento de la amenaza.

"Tomar medidas preventivas, códigos de construcción y determinar cuáles son los lugares del territorio amenazados, ayudan a una sociedad resiliente", afirmó el titular del Centro Sismológico Nacional de Chile.

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