ESTRASBURGO, 11 may (Xinhua) -- Mientras el Parlamento Europeo debate hoy una vez más la necesidad de reformar y de armonizar los derechos europeos de asilo, el número de refugiados varados en Grecia sigue aumentando y se acerca a los 55.000, indicaron cifras del gobierno.
Más de dos meses después de concluir el acuerdo entre Ankara y Bruselas encaminado a lograr "un mejor manejo de la crisis migratoria", el pacto ya parece nulo y sin valor.
La Unión Europea (UE) y Turquía cancelaron una reunión bilateral de alto nivel programada para el 13 de mayo en la cual debía discutirse sobre todo la liberalización de visas para los ciudadanos turcos.
Muchos han cuestionado el acuerdo del 18 de marzo entre la UE y Turquía.
Para empezar, los procedimientos para el derecho de asilo tienen más que ver con la teoría que con la práctica. En Tesalónika, por ejemplo, las autoridades griegas sólo han podido procesar entre 25 y 30 solicitudes diarias.
En relación con el plan adoptado en septiembre de 2015 para reubicar en dos años a 160.000 personas provenientes sobre todo de Grecia e Italia, ocho meses después se han reubicado 1.441 personas (565 provenientes de Italia y 876 provenientes de Grecia), se indicó en cifras oficiales.
Tomas Bocek, representante especial del secretario general del Consejo de Europa para migraciones y refugiados, dijo hoy que está preocupado por información en el sentido de que se han tomado medidas para expulsiones masivas y de que guardias fronterizos macedonios han maltratado a los refugiados.
"No podemos entender la situación sin estar en el lugar. Nos enfrentamos a una crisis migratoria", dijo a Xinhua Daniel Esdras, jefe de la oficina de Atenas de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).
En Bruselas o Estrasburgo, las personas se sumergen en batallas lingüísticas sobre el uso de los términos "migrante" o "refugiado". En el campamento de Idomeni, en el norte de Grecia, el personal humanitario está alarmado por el riesgo de "una bomba de tiempo sanitaria" al acercarse el verano y las altas temperaturas.
En un continente que de forma gradual se ha transformado en una fortaleza, la búsqueda de un endurecimiento de la política migratoria por parte de muchos Estados miembros no es sorpresa.
Lo que se ha revelado con la llegada de los refugiados no son problemas reales en términos de logística o finanzas, sino más bien consideraciones políticas guiadas por presiones internas y egos nacionales dentro de los países de la UE.
Esto afecta a los refugiados, ciertamente, pero también los valores de la UE y el derecho internacional.
De acuerdo con cifras oficiales, 135 personas procedentes de Turquía han sido reubicadas en países europeos desde el acuerdo UE-Turquía.
La mayoría fueron reubicados en cuatro países: 54 en Alemania, 34 en Suecia, 31 en Holanda y 11 en Finlandia. Cinco refugiados fueron reubicados en Lituania, el único país de Europa oriental que ha emprendido la reubicación.
Los medios y el personal desplegados no están al nivel de la urgencia de la situación. Sólo 63 intérpretes de los 470 solicitados y 67 expertos en asilo de los 472 solicitados han sido enviados a Grecia. De los 30 jueces solicitados no se ha enviado ninguno.
Para remediar la situación, la UE debe reconocer primero que se enfrenta a una crisis de refugiados, no a una crisis de migrantes, y respetar sus compromisos y responsabilidades.
