MEXICO, 5 may (Xinhua)-- No existe una solución de corto plazo para los problemas de movilidad, transporte y contaminación en la Zona Metropolitana de la Ciudad de México (capital), afirmó el académico mexicano Manuel Suárez Lastra.
El director del Instituto de Geografía de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) aseguró en un comunicado que las verdaderas respuestas a estos fenómenos son de mediano y largo plazos.
El también coautor del libro "Entre mi casa y mi destino: Movilidad y transporte en México" editado por la UNAM en 2015, señaló no obstante que es factible aplicar medidas de emergencia que pueden funcionar o no.
El especialista hizo estas declaraciones en referencia a la severa contingencia ambiental que enfrenta la Ciudad de México y sus alrededores.
Esta situación ha obligado en los últimos dos meses a activar en más de una ocasión la Fase 1 de Contingencia Ambiental Atmosférica por ozono, programa que prohíbe la circulación de determinado número de vehículos conforme a su terminación de placas.
Lastra comentó que ante esta situación, lo que se debe hacer son planes locales de ordenamiento territorial basados en problemas regionales y no sólo de contingencia.
Sostuvo que el transporte en la metrópolis es caótico, pues la mayoría de los viajes se realizan en "colectivos" (camiones y microbuses).
Dijo que la Ciudad de México ha crecido sin planeación, lo que es su principal problema.
En esta megalópolis toma aproximadamente una hora llegar al trabajo o a la escuela, "aunque hay gente que pasa hasta cuatro horas en el transporte", precisó Suárez Lastra.
"Lo más importante son los planes de ordenamiento territorial y crecimiento urbano", expuso Suárez.
De acuerdo con el académico, es difícil cuantificar los autos que existen en la zona metropolitana de la capital mexicana porque los registros no son claros.
"Las estimaciones para la zona metropolitana son de entre 3 y 4 millones de automóviles, aunque hay diferencias entre el número de carros, los registrados y los que circulan", dijo Lastra.
De acuerdo con la Encuesta Nacional de Movilidad y Transporte realizada por la UNAM, 60 por ciento de los vehículos es usado por 25 por ciento de la población con más ingresos, mientras que la de menores recursos utiliza transporte público.
Según el estudio, sólo 6 por ciento de quienes manejan acepta que puede dejar su auto si hubiera un transporte público eficiente y calificado de sucio, lento, caro, ineficiente y peligroso.