Por Elena Chuquimarca
QUITO, 23 abr (Xinhua) -- El presidente ecuatoriano, Rafael Correa, llamó hoy sábado a la población a mantener en alto la esperanza y superar el "inmenso dolor" que dejó el devastador terremoto de 7,8 grados ocurrido el pasado 16 de abril, con un saldo de al menos 646 muertos.
"La esperanza no la podemos perder, hoy más que nunca la esperanza en alto, la voluntad de superar estos momentos más difíciles", dijo Correa en su informe semanal de labores desde el Servicio Integrado de Seguridad ECU 911 en Quito (capital).
El terremoto afectó principalmente los balnearios costeros de Cojimíes y de Pedernales (norte), en la provincia de Manabí, además de las provincias de Esmeraldas (norte), Santa Elena (oeste), Guayas (Suroeste), Los Ríos (suroeste) y Santo Domingo (noroeste).
El último balance oficial difundido por el mandatario elevó a 646 la cifra de víctimas mortales y a 12.499 la de heridos, además, existen 130 desaparecidos y 26.091 personas albergadas.
Correa, quien durante toda esta semana recorrió las zonas afectadas para constatar los daños y canalizar la ayuda a los damnificados, afirmó que el país "está en crisis" y la "situación que se vive es dura".
"Estamos enfrentando lo más triste, fuerte, que fue el rescate de las víctimas, los heridos, pero recién es el inicio, después viene toda la etapa de reconstrucción, reactivación, y mientras tanto, habrá angustia, sufrimiento, de la gente sin trabajo, de los que perdieron sus cositas", indicó.
El presidente ecuatoriano se solidarizó con las familias de las víctimas y heridos, además agradeció la solidaridad del país entero y del mundo, que ha enviado ayuda humanitaria y equipos de rescate.
"Para las familias de esas víctimas fatales y heridos graves todo nuestro apoyo, cuenten con nosotros cada instante, estaremos ahí haciendo lo humanamente posible, e incluso, lo imposible para acompañarlos para superar estos momentos tan graves para el país", apuntó.
Afirmó que el país y el Estado funcionaron "bastante bien" horas después de la tragedia, aunque admitió que hubo fallas por cuestiones de improvisación.
"El país reaccionó de forma eficaz, el balance es positivo, hay cosas extraordinarias como la labor de los rescatistas", de al menos 27 países que colaboran en la búsqueda de sobrevivientes, añadió.
Correa afirmó que las diversas instituciones del Estado y la Fuerza Pública, que movilizó a más 14.000 efectivos, reaccionaron positivamente.
"El país se ha comportado de manera maravillosa" , insistió.
Expuso que 72 horas después de la tragedia se garantizó la cobertura de salud en las zonas afectadas, se estabilizó la repartición de agua, víveres y la seguridad pública ante los cortes de energía que causó el terremoto.
El presidente afirmó que en el país, en particular, en las zonas costeras afectadas, persiste una sensación de inseguridad por las constantes réplicas del terremoto.
"Ya van casi 800 réplicas, cuatro de mayor tamaño de más de 6,0 (grados Richter)", dijo Correa, al explicar que se espera ocurran 10 eventos de esa magnitud, según técnicos del Instituto Geofísico.
"Faltan seis (sismos) y eso genera temor, se siente durísimo, asusta a todos y más para los que ya pasaron por la prueba tan dura del terremoto", apuntó tras apelar a la calma.
El mandatario dijo que el país deberá encarar una segunda etapa, la de la reconstrucción de las zonas devastadas, la cual afirmó costará miles de millones de dólares.
"Por eso sensatamente, organizadamente, a trabajar para reconstruir la patria", subrayó.
La reconstrucción durará varios meses, entre tanto se construirán albergues, los cuales serán "campamentos de buena calidad", además se propuso pagar a familias que puedan acoger a los damnificados temporalmente, añadió el presidente Correa.