BEIJING, 21 abr (Xinhua) -- Cuatro meses después de la aprobación del histórico acuerdo de París sobre la lucha global contra el cambio climático, representantes de más de 130 países van a firmarlo en la sede de las Naciones Unidos este viernes.
El referido pacto ha sido resultado de esfuerzos incansables de todas las partes involucradas.
A lo largo del proceso de negociaciones, China trabajó de forma estrecha con otras naciones y desempeñó un rol responsable y constructivo.
Pese a que es y será un país en vías de desarrollo durante un largo plazo de tiempo, China se ha convertido, con el paso del tiempo, en un defensor firme, contribuyente activo y actor constructivo en la campaña global y, actualmente, está a la cabeza del mundo en términos de la conservación de energías y del uso de energías nuevas y renovables.
En la ceremonia de apertura de la cumbre climática celebrada a finales del año pasado en París, el presidente chino, Xi Jinping, reiteró el compromiso de su país con el recorte de las emisiones de carbono por unidad del Producto Interno Bruto (PIB) en un 60-65 por ciento para 2030 con respecto a los niveles de 2005.
El mandatario chino también se comprometió a incrementar hasta alrededor del 20 por ciento el uso de combustibles de fuentes no fósiles en el consumo de energía primaria, y a alcanzar el nivel máximo de emisiones de carbono para 2030.
El anuncio de los objetivos programados para 2030 representa un gran paso adelante, en comparación con las anteriores metas establecidas por la segunda mayor economía del mundo sobre el control de emisiones contaminantes. China siempre está comprometida firmemente con la lucha contra el calentamiento global, incluso cuando se ha enfrentado a la presión impuesta por la ralentización económica.
Este anuncio también refleja la determinación china de seguir por la senda de un desarrollo ecológico y bajo en carbono. En realidad, hoy en día, el país está dando la lucha contra el cambio climático por iniciativa propia.
China, que cuenta con una gran población, está afrontando las crecientes limitaciones de recursos naturales, una contaminación cada vez más aguda y un ecosistema en deterioro.
El país, que sufre de los problemas medioambientales y considera como crucial el empeño por alterar su modelo de desarrollo, ha incluido los esfuerzos respecto al cambio climático en su programa de desarrollo económico y social a medio y largo plazo, en tanto que el empeño ecológico ocupa un lugar prominente en el XIII Plan Quinquenal de China (2016-2020).
Al adoptar medidas audaces y conseguir progresos en su propia lucha contra el cambio climático, China también ha participado activamente en la cooperación internacional y ha proporcionado asistencia dentro de su capacidad a otros países en vías de desarrollo.
China ha firmado una serie de acuerdos bilaterales sobre el cambio climático con los principales emisores: Estados Unidos, Francia, la India, Brasil y la Unión Europea.
Además, el país también ha cumplido, con seriedad, con su compromiso político sobre la Cooperación Sur-Sur con respecto al cambio climático.
En septiembre de 2015, Beijing anunció el establecimiento de un fondo independiente de la Cooperación Sur-Sur por valor de 20.000 millones de yuanes (3.100 millones de dólares estadounidenses) para ayudar a los países en vías de desarrollo afectados por el calentamiento global.
Ahora es imprescindible que todas las partes involucradas no pierdan el tiempo para transformar sus compromisos en acciones.
Y como ha destacado el presidente Xi en la conferencia de París, es necesario acomodar las condiciones nacionales de los distintos países y poner el énfasis en los resultados prácticos cuando se trata de la lucha contra el cambio climático. Todos los actores deben seguir asumiendo el principio de "responsabilidades comunes pero diferenciadas".
También se espera que los países ricos asuman sus debidas responsabilidades, respetando sus compromisos con la financiación de la lucha contra el cambio climático y con la transferencia de las tecnologías ecológicas y con bajas emisiones de carbono a los países en vías de desarrollo.