QUITO, 18 abr (Xinhua) -- El presidente ecuatoriano Rafael Correa atribuyó hoy a la "mala construcción", el desplome de varios edificios durante el devastador terremoto de 7,8 grados de magnitud que sacudió la zona costera el sábado anterior.
"Muchos edificios se derrumban por mala construcción, nadie quiere evadir responsabilidades, pero eso es responsabilidad de los gobiernos locales", dijo el mandatario a periodistas.
Agregó sin embargo que de esta experiencia se pueden aprender lecciones para el futuro, por lo cual pidió ser mucho más rigurosos en las normas de construcción.
"En un terremoto de casi 8 grados en la escala Richter, aquí, en Japón y Estados Unidos van a derrumbarse edificios, pero probablemente menos edificios y de forma menos catastrófica. Aquí hay edificios que se fueron compactando, achatando, y eso es falla estructural", expuso.
El mandatario observó que después del terremoto que devastó Haití en 2010 se empezaron a estudiar normas de construcción más exigentes, las cuales se aplican desde 2014.
"Antes de eso realmente había construcciones tremendamente precarias y por eso tal vez los daños son mayores", indicó.
Correa recorrió y realizó un sobrevuelo por las zonas más afectadas de la provincia de Manabí (oeste), entre ellas, el cantón Pedernales, epicentro del terremoto, que hasta ahora deja al menos 350 muertos y más de 2.000 heridos.
Pedernales es un popular balneario de la costa ecuatoriana, es el más devastado por la catástrofe con casas destruidas, edificios reducidos a escombros y destrucción de carreteras.
Además, de Pedernales, las poblaciones de Jama y Canoa, también registran destrucción.
Expertos sostienen que la mayoría de construcciones en Ecuador no cumplen con las normas indicadas y los materiales adecuados, tampoco los municipios ejercen un estricto control.
Además, por abaratar costos existen deficiencias en algunas obras, lo cual se pone a prueba durante eventos sísmicos.
El presidente ecuatoriano agregó que existen personas que se rehúsan alejarse de sus viviendas agrietadas por la catástrofe y rechazan ir a un albergue.
"Entendemos esa situación, pero no puede perdurar en el tiempo. Después de algunos días tendrán que dirigirse a los refugios que, insisto, son temporales, pero de mediano plazo, ocho meses, un año", apuntó.
El jefe de Estado indicó que habrá que derrumbar las estructuras que están en mal estado y reconstruir nuevas viviendas, tal vez nuevos barrios para las familias que perdieron sus casitas, sus departamentos".
Por ahora, el orden público en las zonas afectadas está controlado por más de 14.000 efectivos de la Fuerza Pública movilizados por la emergencia.