TOKIO, 15 abr (Xinhua) -- Japón y Rusia acordaron hoy programar una fecha para que el primer ministro japonés, Shinzo Abe, se reúna con el presidente Vladimir Putin, en una acción que Tokio espera ayude a mejorar las relaciones bilaterales con Moscú y a que ambas partes se acerquen a una solución de su prolongada disputa territorial.
"Redactamos una solución aceptable para ambas partes. Sostuvimos un debate positivo que impulsará el avance de las negociaciones", dijo el ministro de Relaciones Exteriores de Japón, Fumio Kishida, en una conferencia de prensa luego de sus conversaciones con su homólogo ruso, Sergei Lavrov.
Los funcionarios aquí señalaron que es casi seguro que el próximo mes Abe visite Sochi, en el Mar Negro y sede de los Juegos Olímpicos de Invierno 2014 en Rusia, para conversar con Putin, y que Putin podría corresponder visitando Japón posteriormente.
Kishida y Lavrov acordaron que después de la reunión de Abe con Putin, se sostendrían reuniones adicionales de altos funcionarios para discutir la disputa territorial entre ambas naciones, aunque continúan diferencias fundamentales sobre el asunto.
A pesar de que surgieron señales de mejoramiento luego de la última reunión de ministros, las relaciones bilaterales entre Tokio y Moscú se tensaron después de que Japón aplicara nuevas sanciones contra Rusia en respuesta a la anexión de Crimea y por la crisis en el este de Ucrania, junto con las acciones similares tomadas por Estados Unidos y la Unión Europea.
La acción en 2014 generó tensiones en las relaciones diplomáticas entre ambos países y una visita programada de Putin a Japón se aplazó. Sin embargo, en octubre de 2015 se reanudaron las conversaciones de alto nivel entre Tokio y Moscú, particularmente en relación con la disputa territorial.
Abe se ha mostrado dispuesto a resolver la disputa con Rusia y declaró que las dos partes podrían "desbloquear el potencial sin explotar" de las relaciones entre Japón y Rusia, si se resuelven los pleitos de décadas.
El asunto en parte se deriva de una declaración conjunta de 1956 emitida por Japón y la entonces Unión Soviética en la que los rusos acordaron devolver a Japón dos de cuatro islas ubicadas al norte de Hokkaido, que Japón considera como parte de la subprefectura de Nemuro en Hokkaido y que llama Territorios Norteños.
No obstante, Rusia, sostiene que las mismas islas, a las que ellos llaman Kuriles del Sur, son su territorio, y los líderes rusos a menudo se refieren a las islas como una "región estratégica" de Rusia, las cuales actualmente son administradas por Rusia, aunque reclamadas por Japón.
La Declaración Irkutsk 2001, que confirma que la Declaración Conjunta Japón-Soviética de 1956 es un documento legal básico, es considerada por muchos expertos en el tema como la base sobre la cual se puede construir un tratado de paz entre las dos naciones.
Rusia cree, sin embargo, que su soberanía sobre las islas estaba reconocida mucho antes de que los tratados fueran firmados en la década de los 50, mientras Japón sostiene que Rusia ha ocupado ilegalmente las islas desde finales de la Segunda Guerra Mundial.
La disputa territorial ha impedido que los dos países firmen un tratado de paz de posguerra ya que Japón señala que las islas son parte inherente de su territorio y viceversa.
Abe ha señalado que quiere que se aceleren las conversaciones sobre el asunto para que "los Territorios Norteños vuelvan y se firme un tratado de paz". Sin embargo, Rusia, como reiteró Lavrov durante su visita a Japón, ha sugerido que firmará un tratado de paz y que el asunto territorial podría no estar vinculado inextricablemente, y pide a Japón que reconozca los hechos históricos.