Por Noemí Galbán
LA HABANA, 8 abr (Xinhua) -- La noche de este viernes en La Habana, Acosta Danza deslumbró al público presente, todos fueron testigos del nacimiento de la novel compañía que entró en el panorama dancístico cubano con ímpetu y frescura.
Una propuesta vibrante, novedosa y diversa mostró la agrupación de apenas seis meses de fundada y compuesta por 25 jóvenes intérpretes de diferentes formaciones y estilos, quienes aceptaron el reto de hacer historia en la isla y abrirse paso en los escenarios internacionales.
"Acosta Danza significa avance, evolución, significa que cuando hay buena vibra, entrega y emoción, el cielo es el límite", reconoció a la prensa tras finalizar la primera función, el director de la compañía, Carlos Acosta, uno de los bailarines cubanos más reconocidos mundialmente.
Primera figura del Royal Ballet de Londres y del Ballet Nacional de Cuba, Acosta de 42 años y en pleno auge de su carrera, decidió recientemente poner fin a sus días como bailarín y retornar a La Habana para materializar un viejo sueño postergado por las exigencias de su convulsa vida profesional en el exterior.
Es así que surge Acosta Danza, con el apoyo del Ministerio de Cultura de la nación caribeña y el entusiasmo, el empuje y la determinación que caracteriza a su fundador.
Al ser preguntado por Xinhua sobre la impronta que le va a imprimir la recién estrenada agrupación a la danza de la isla, Acosta puntualizó que pretende aportar modernidad con un "gancho muy cubano", ingrediente imprescindible para alcanzar la añorada autenticidad que busca cualquier creador caribeño.
"Acosta Danza abraza todas las tendencias, la punta de ballet, lo tradicional, lo moderno, postmoderno, el flamenco, todo. Es un reflejo del siglo XXI y de nuestro país, esa es la esencia de esta compañía. Es la voz que tenemos hoy en el escenario y que defenderemos en el futuro", señaló el también coreógrafo.
Una apuesta muy a tono con los nuevos tiempos que vive la isla y que agradece con creces el público cubano, amante y conocer del arte, especialmente la danza, al contar con prestigiosas compañías de renombre mundial como el Ballet Nacional, bajo la dirección de la Prima Ballerina Assoluta, Alicia Alonso.
No obstante el desafío es grande, sobre todo para los jóvenes integrantes de Acosta Danza, al ser imperativo dominar tanto el estilo clásico como el contemporáneo.
"Después de estar 8 años alejada del ballet, de repente apareció Carlos Acosta con esta oportunidad y me entusiasmé mucho, aunque representó un reto volver a bailar en puntas y retomar la técnica que exige el ballet clásico, un poco diferente a la danza contemporánea que era lo que yo hacía", confesó la bailarina Laura Treto.
Mientras que para el recién graduado, Javier Rojas, formar parte de una agrupación que se plantea romper esquemas y barreras preestablecidas desde hace décadas en la danza cubana, constituye una experiencia decisiva en su vida profesional.
"Estoy aprendiendo mucho. El trabajo ha sido muy duro para en tan poco tiempo lanzar al mundo la compañía pero entre todos nos hemos apoyado, los de danza contemporánea enseñándonos a los de ballet clásico y viceversa, eso nos ha unido mucho más y nos ha planteado nuevas pruebas a todos", indicó.
Tanto desde el punto de vista técnico, expresivo y de preparación física, estos meses han sido determinantes y difíciles, incluso para ex solistas del Ballet Nacional de Cuba como Ely Regina, quien forma parte ahora de Acosta Danza.
"Para mí ha sido un reto porque mi cuerpo no está adaptado a los movimientos en planos bajos, a cargar peso, el uso de la punta pero en función de la danza contemporánea. Es un trabajo que recién comienza pero estamos enfocados y sabemos a dónde queremos llegar para que nuestra danza entre en la modernidad pero siempre con un sello particularmente cubano", afirmó.
Lo cual se palpa en escena, señaló la coreógrafa caribeña, Marianela Bohán, creadora de "El cruce sobre el Niágara", uno de los clásicos de la danza contemporánea de la isla que repuso en su debut mundial Acosta Danza.
"Hay una verdad grande detrás de esta compañía, ellos tiene una razón de ser y un sueño muy claro que se está construyendo con mucha entrega y amor. Eso se aprecia y ese es el motivo por el cual le auguro muchos éxitos", adelantó.
Similar opinión compartió con Xinhua, Goyo Montero, coreógrafo español encargado de la obra "Alrededor no hay nada", parte del programa moderno que presentó este viernes la compañía en su primera puesta en escena.
Para Montero la versatilidad y el talento de los jóvenes bailarines que integran la agrupación, unido a la fama y el carisma de su director, Carlos Acosta, son una fórmula que le permitirá a Acosta Danza triunfar no sólo dentro del país sino en otras latitudes.
"Lo que está intentando hacer Carlos es acercar a Cuba la visión que hay en Europa y el resto del mundo de la danza, que ya no está tan encasillada en danza clásica o contemporánea, sino que es una mezcla de ambas. Es traer un aire fresco y una renovación", indicó.
Reflejo de una nación en constante cambio y evolución, Acosta Danza irrumpió ya en la escena cubana y mundial con una rica propuesta danzaria que promete llenar de orgullo a toda Cuba en el futuro.
La meta es ahora hacerse de una identidad propia, capaz de permitirle a la novel compañía apropiarse, tanto de coreografías emblemáticas como nuevas obras, a partir de interpretaciones que dejen una vez más sin aliento a los públicos más diversos y exigentes.
La suerte está echada, el provenir sólo lo determinará el empeño, la exquisitez técnica y expresiva, la creatividad y la autenticidad que transmita Acosta Danza en cada una de sus presentaciones.