COMENTARIO: Seguridad nuclear requiere conciencia de comunidad de destino común

Spanish.xinhuanet.com   2016-04-02 15:07:28

Por Zhu Wanjun

BEIJING, 2 abr (Xinhua) -- Tras la IV Cumbre de Seguridad Nuclear, concluida el 1 de april en la capital estadounidense, Washington, los líderes mundiales acordaron, en un comunicado conjunto acompañado por cinco planes de acción, seguir luchando contra el terrorismo nuclear.

Como el mayor país en desarrollo y segunda economía mundial, China no ha faltado a las cuatro cumbres celebradas y, en esta última, reiteró su disposición a unirse a otros miembros de la comunidad internacional para seguir reforzando la estructura global de seguridad nuclear.

Al igual que una moneda, la energía nuclear tiene dos caras.

Por una parte, tiene la ventaja, entre otras, de aliviar el consumo de combustibles fósiles para generar energía eléctrica, lo cual implica una reducción de las emisiones de gases contaminantes.

Por la otra, sin embargo, es susceptible de ser utilizada para fabricar armas de destrucción masiva, cuyos terribles daños quedaron demostrados en el único caso histórico en que fueron utilizadas: las dos bombas atómicas que Estados Unidos lanzó sobre Japón en 1945.

¿Cómo aprovechar de manera pacífica los materiales nucleares y neutralizar a la vez las amenazas bélicas que conllevan? Este se ha convertido en un tema de suma importancia para la comunidad internacional.

Bajo propuesta de EEUU, en 2010 se inició la bienal Cumbre de Seguridad Nuclear que, en esta última edición, ha contado con la participación de 52 países, las Naciones Unidas, el Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA), la Organización Internacional de Policía Criminal (INTERPOL) y la Unión Europea.

Su objetivo principal es combatir el robo y la transferencia ilegal de materiales nucleares, evitar accidentes nucleares y mitigar lo máximo posible sus consecuencias, así como fortalecer el papel de los institutos y tratados dedicados a controlar y supervisar estos problemas.

Durante las últimas décadas, la gobernanza mundial de la energía nuclear ha logrado avances en varios terrenos. Entre ellos, destaca el cierre, desde 1978, de más de 100 reactores de investigación de uranio altamente enriquecido y la conversión de otros 65 en lugares para generar uranio que no pueda de ser empleado en bombas atómicas.

En cuanto a lo jurídico, cabe señalar que la enmienda de 2005 de la Convención sobre la Protección Física de los Materiales Nucleares, aprobada por 93 países hasta el pasado marzo, está a punto de entrar en vigor con la adhesión de otros nueve Estados, lo que favorecerá el transporte internacional de materiales nucleares de uso pacífico.

No obstante, pese a los logros, las debilidades siguen siendo preocupantes.

El amplio uso de la energía y las tecnologías nucleares ha aumentado la pérdida y la proliferación de materiales nucleares que corren el riesgo de caer en manos de terroristas.

La tragedia del pasado 22 de marzo en Bruselas encendió otra vez las alarmas, cuando la prensa local informó de que los terroristas que atacaron el aeropuerto podrían haber tenido como objetivo original centrales nucleares de Bélgica.

Además, la opacidad de la información -debido a la delicadeza del tema- cuando suceden desastres nucleares, como el de Chernóbil en 1986 o el de Fukushima en 2011, dificulta la preparación y la respuesta ante emergencias nucleares.

Otro problema por abordar son las discrepancias entre los países desarrollados y los que están en desarrollo en cuanto al uso nuclear, lo cual entorpece la cooperación bilateral o multilateral en esta área.

En este sentido, China indica que todos los países, sobre la base del respeto mutuo en el desarrollo de la energía nuclear según las respectivas necesidades, deben fortalecer sus propias responsabilidaes para controlar los materiales e instalaciones nucleares, al tiempo que se esfuerzan por construir una comunidad de destino común sobre la seguridad nuclear.

Este argumento es coherente con la visión global de seguridad nuclear que el país asiático planteó por primera vez durante la III Cumbre de Seguridad Nuclear en 2014, donde pidió un sistema justo, cooperativo y beneficioso para todos.

De hecho, la seguridad nuclear es uno de los terrenos en los que China despliega una máxima actividad para reforzar la cooperación mundial, al tiempo que asume sus responsabilidades internacionales como país importante en este campo.

Además de mantener un excelente historial de seguridad nuclear, China apoya, junto con la mayoría de países, que el OIEA desempeñe un papel central en la cooperación mundial en este ámbito.

En su propia casa, China ha puesto en marcha, entre otros proyectos, un centro de seguridad nuclear con EEUU, el mayor de la región de Asia-Pacífico e inaugurado en Beijing el pasado 18 de marzo después de cinco años de construcción.

El objetivo de la instalación, que es fruto de un acuerdo logrado por ambas partes en la primera cumbre nuclear en 2010, es promover los intercambios y la cooperación en seguridad nuclear entre los dos países, el OIEA y otras naciones y organizaciones.

Se trata de uno de los hechos que demuestran que la seguridad y la protección nucleares no son una iniciativa que deban tomar sólo algunos países, sino toda la comunidad internacional.

La gobernanza de la energía nuclear supera las fronteras. Nadie puede confrontar el problema por su propia cuenta, ni puede quedarse al margen con los brazos cruzados.

La comunidad internacional ha de desarrollar una conciencia de ser una comunidad de destino compartido, mediante el fortalecimiento de la cooperación y coordinación internacional, para encauzar el proceso de la seguridad mundial nuclear a una trayectoria más sana y sostenible. Fin

  
FOTOS  >>
VIDEO  >>
  TEMAS ESPECIALES  >>
Presidente chino visita República Checa
WMS2016
Xinhuanet

COMENTARIO: Seguridad nuclear requiere conciencia de comunidad de destino común

Spanish.xinhuanet.com 2016-04-02 15:07:28

Por Zhu Wanjun

BEIJING, 2 abr (Xinhua) -- Tras la IV Cumbre de Seguridad Nuclear, concluida el 1 de april en la capital estadounidense, Washington, los líderes mundiales acordaron, en un comunicado conjunto acompañado por cinco planes de acción, seguir luchando contra el terrorismo nuclear.

Como el mayor país en desarrollo y segunda economía mundial, China no ha faltado a las cuatro cumbres celebradas y, en esta última, reiteró su disposición a unirse a otros miembros de la comunidad internacional para seguir reforzando la estructura global de seguridad nuclear.

Al igual que una moneda, la energía nuclear tiene dos caras.

Por una parte, tiene la ventaja, entre otras, de aliviar el consumo de combustibles fósiles para generar energía eléctrica, lo cual implica una reducción de las emisiones de gases contaminantes.

Por la otra, sin embargo, es susceptible de ser utilizada para fabricar armas de destrucción masiva, cuyos terribles daños quedaron demostrados en el único caso histórico en que fueron utilizadas: las dos bombas atómicas que Estados Unidos lanzó sobre Japón en 1945.

¿Cómo aprovechar de manera pacífica los materiales nucleares y neutralizar a la vez las amenazas bélicas que conllevan? Este se ha convertido en un tema de suma importancia para la comunidad internacional.

Bajo propuesta de EEUU, en 2010 se inició la bienal Cumbre de Seguridad Nuclear que, en esta última edición, ha contado con la participación de 52 países, las Naciones Unidas, el Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA), la Organización Internacional de Policía Criminal (INTERPOL) y la Unión Europea.

Su objetivo principal es combatir el robo y la transferencia ilegal de materiales nucleares, evitar accidentes nucleares y mitigar lo máximo posible sus consecuencias, así como fortalecer el papel de los institutos y tratados dedicados a controlar y supervisar estos problemas.

Durante las últimas décadas, la gobernanza mundial de la energía nuclear ha logrado avances en varios terrenos. Entre ellos, destaca el cierre, desde 1978, de más de 100 reactores de investigación de uranio altamente enriquecido y la conversión de otros 65 en lugares para generar uranio que no pueda de ser empleado en bombas atómicas.

En cuanto a lo jurídico, cabe señalar que la enmienda de 2005 de la Convención sobre la Protección Física de los Materiales Nucleares, aprobada por 93 países hasta el pasado marzo, está a punto de entrar en vigor con la adhesión de otros nueve Estados, lo que favorecerá el transporte internacional de materiales nucleares de uso pacífico.

No obstante, pese a los logros, las debilidades siguen siendo preocupantes.

El amplio uso de la energía y las tecnologías nucleares ha aumentado la pérdida y la proliferación de materiales nucleares que corren el riesgo de caer en manos de terroristas.

La tragedia del pasado 22 de marzo en Bruselas encendió otra vez las alarmas, cuando la prensa local informó de que los terroristas que atacaron el aeropuerto podrían haber tenido como objetivo original centrales nucleares de Bélgica.

Además, la opacidad de la información -debido a la delicadeza del tema- cuando suceden desastres nucleares, como el de Chernóbil en 1986 o el de Fukushima en 2011, dificulta la preparación y la respuesta ante emergencias nucleares.

Otro problema por abordar son las discrepancias entre los países desarrollados y los que están en desarrollo en cuanto al uso nuclear, lo cual entorpece la cooperación bilateral o multilateral en esta área.

En este sentido, China indica que todos los países, sobre la base del respeto mutuo en el desarrollo de la energía nuclear según las respectivas necesidades, deben fortalecer sus propias responsabilidaes para controlar los materiales e instalaciones nucleares, al tiempo que se esfuerzan por construir una comunidad de destino común sobre la seguridad nuclear.

Este argumento es coherente con la visión global de seguridad nuclear que el país asiático planteó por primera vez durante la III Cumbre de Seguridad Nuclear en 2014, donde pidió un sistema justo, cooperativo y beneficioso para todos.

De hecho, la seguridad nuclear es uno de los terrenos en los que China despliega una máxima actividad para reforzar la cooperación mundial, al tiempo que asume sus responsabilidades internacionales como país importante en este campo.

Además de mantener un excelente historial de seguridad nuclear, China apoya, junto con la mayoría de países, que el OIEA desempeñe un papel central en la cooperación mundial en este ámbito.

En su propia casa, China ha puesto en marcha, entre otros proyectos, un centro de seguridad nuclear con EEUU, el mayor de la región de Asia-Pacífico e inaugurado en Beijing el pasado 18 de marzo después de cinco años de construcción.

El objetivo de la instalación, que es fruto de un acuerdo logrado por ambas partes en la primera cumbre nuclear en 2010, es promover los intercambios y la cooperación en seguridad nuclear entre los dos países, el OIEA y otras naciones y organizaciones.

Se trata de uno de los hechos que demuestran que la seguridad y la protección nucleares no son una iniciativa que deban tomar sólo algunos países, sino toda la comunidad internacional.

La gobernanza de la energía nuclear supera las fronteras. Nadie puede confrontar el problema por su propia cuenta, ni puede quedarse al margen con los brazos cruzados.

La comunidad internacional ha de desarrollar una conciencia de ser una comunidad de destino compartido, mediante el fortalecimiento de la cooperación y coordinación internacional, para encauzar el proceso de la seguridad mundial nuclear a una trayectoria más sana y sostenible. Fin

010020070760000000000000011100001352460201