BUENOS AIRES 30 mar (Xinhua) -- La reciente visita que realizó a Cuba y Argentina el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, responde a la intención de Washington de reposicionarse en la región, a partir de un alineamiento de gobiernos de derecha que implica una restauración conservadora.
Así lo explicó, en entrevista exclusiva con Xinhua, el experto argentino Leandro Morgenfeld, doctor en Historia y profesor de la Universidad de Buenos Aires.
El analista, investigador adjunto del CONICET, el principal organismo científico del país y autor de obras que abordan el vínculo entre Estados Unidos y la Argentina, consideró que la reciente visita de Obama a La Habana y Buenos Aires "responde a objetivos geoestratégicos de Estados Unidos".
"La Casa Blanca apuesta a reposicionarse en la región, después de una década de relativo relajamiento de su hegemonía. Procura debilitar a los países bolivarianos y también debilitar las iniciativas autónomas que impulsó el eje Brasil-Argentina.
"Apuesta a un realineamiento del continente y busca debilitar las iniciativas de coordinación y cooperación política, como la Unasur (Unión de Naciones Suramericanas) y la Celac (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños), reposicionando a la OEA", subrayó Morgenfeld.
El historiador sostuvo que "todos los países de la región criticaron las políticas agresivas de Estados Unidos contra Cuba en las últimas Cumbres de las Américas, y Obama buscó que la distensión con La Habana quite argumentos a los críticos del imperialismo estadounidense. En el caso de la visita a Argentina, Obama vino a respaldar al presidente Mauricio Macri".
"El triunfo del líder del PRO impulsó una restauración conversadora en Nuestra América, que continuó con la derrota del chavismo en las elecciones legislativas en Venezuela, la nueva ofensiva destituyente contra el gobierno de Dilma Rousseff en Brasil y la reciente derrota de Evo Morales en su intento de habilitar una nueva reelección en Bolivia.
"Hasta ahora la derecha sólo logró recapturar un gobierno, en la Argentina, y Obama busca impulsar a Macri como un líder que termine de inclinar el tablero político regional, atacando a los adversarios de Washington, como lo hizo el líder del PRO en la cumbre del Mercosur de diciembre, cuando acusó a Venezuela de no respetar los derechos humanos", enfatizó.
En esa línea, recordó que "cuando asumió en 2009, Obama generó ciertas expectativas en la región, que luego se vieron defraudadas. Una vez que consiguió la reelección, decidió avanzar en América Latina nuevamente, con otra estrategia.
"En los últimos años, la crisis internacional afectó el precio de las materias primas, generando estancamiento y recesión en la región, luego de una década de acelerado crecimiento y, en marzo de 2013, con la muerte de Hugo Chávez, se frenó el proceso de integración alternativa. Así, Obama aprovecha esta nueva coyuntura para favorecer una restauración conservadora en el continente".
Al referirse al panorama político de América del Sur, advirtió que "hay una clara ofensiva de las nuevas derechas, alineadas con Estados Unidos. El objetivo es derrotar las iniciativas tanto del eje bolivariano como de los países del Cono Sur, fundamentalmente Argentina y Brasil. La llegada al poder de Macri impulsó a las oposiciones en Brasil, Venezuela y Bolivia.
"Pero no está dicha la última palabra sobre el llamado ciclo progresista. Dependerá de la reacción de las organizaciones populares, que se resisten a volver a soportar políticas neoliberales como las que asolaron el continente en las últimas décadas".
En cuanto a si el cambio de postura de Estados Unidos es contingente o una estrategia a largo plazo, Morgenfeld se inclinó por la segunda opción: "Es parte de una estrategia de largo plazo relacionarse con cada país de la región por separado, y no como bloque. Sin embargo, esa estrategia utilizó distintas tácticas y herramientas a lo largo de la historia.
"Dependerá del resultado de las elecciones de noviembre. Un triunfo de Hillary Clinton mantendrá una política hacia la región similar a la de Obama. Si ganara Donald Trump, en cambio, podría volver a crecer un rechazo a las políticas unilaterales de Estados Unidos, como ocurrió con George W. Bush, tan repudiado en América Latina".
En ese contexto, el analista también se refirió a las relaciones entre Estados Unidos, China y América Latina.
"China es hoy un socio comercial clave de la mayoría de los países, un importante inversor y prestamista, desafiando la posición que ocupó Estados Unidos en el último siglo", dijo.
Y añadió que "la crisis económica internacional impulsa a las potencias a intensificar las disputas para mantener o modificar la configuración del poder mundial.
"En ese contexto, América Latina, con un creciente mercado de consumo y una disponibilidad de bienes naturales renovables y no renovables, está en el centro de las luchas entre Estados Unidos, Europa y China, sean éstas comerciales, financieras, políticas o militares".
¨Estados Unidos se resiste a la concreción de un sistema mundial más multilateral. América Latina debería impulsar grupos como el BRICS, que limiten esa hegemonía comandada por Washington", instó.