Por Noemí Galbán
LA HABANA, 25 mar (Xinhua) -- Al no pertenecer a la generación que creció escuchando a los Rolling Stones, las referencias de mis padres y algún que otro acercamiento a fin de adquirir cierta cultura general supusieron mis únicos contactos con la música de la legendaria banda británica.
Sin embargo, no hizo falta que tarareara las letras de sus temas antológicos para sentir una atracción indescriptible por los Rolling.
Encanto que rápidamente se tornó en simpatía y luego en admiración, al comprender la grandeza de lo que representó el concierto gratuito celebrado al aire libre en la Ciudad Deportiva de La Habana este viernes 25 de marzo.
Al igual que yo, cientos de miles de jóvenes y no tan jóvenes acudieron a empaparse de la energía, el ritmo y el ímpetu que transmiten Mick Jagger, Keith Richards, Ronnie Wood y Charlie Watts.
"Son geniales, podrían ser mis abuelos pero me dejó sin palabras el tremendo espíritu que tienen, hicieron retumbar La Habana y transmitieron una vibra que jamás había sentido con ningún otro artista", afirmó Liván Oropeza, un joven estudiante universitario.
En cambio a María González, una adolescente habanera, lo que más le impactó fue la autenticidad de la banda británica, que logró convertirse en una industria cultural propia, alejada de las construcciones y los estándares que muchas veces homogeneizan a los nuevos talentos musicales.
"Me encantó el baile excéntrico y a veces descoordinado de Jagger, el vestuario y qué decir de la escenografía. En fin, me llevo muchas enseñanzas de los Rolling; hoy aprendí que uno siempre debe estar orgulloso de sus gustos, ellos me demostraron que lo más importante no es encajar sino ser tú mismo", reflexionó.
Ya lo había anticipado el líder y vocalista de la banda al inicio del espectáculo: "Estamos seguros que esta será una noche inolvidable".
En perfecto castellano, Jagger se dirigió varias veces al más de medio millón de personas que asistieron al concierto y en cada ocasión, la adrenalina alcanzó niveles insospechados cuando un público enardecido agradecía a los Rolling por estar en Cuba.
Porque sin duda, como lo había dicho antes el septuagenario músico, La Habana fue su "mejor elección" para finalizar la gira por Latinoamérica que los llevó antes a Argentina, Brasil, Colombia, Uruguay, Chile, México y Perú.
Aunque no estaba contemplada en el diseño inicial de la gira, la visita de Jagger a Cuba el pasado año adelantaba que algo grande iba a ocurrir y, efectivamente, sucedió.
Los Rolling abrieron el concierto con su éxito "Jumpin' Jack Flash" y la siguiente pieza que interpretaron fue "It's only Rock and Roll", cuyo verso "but I like it" fue coreado por la multitud, que acompañó eufórica pero disciplinadamente a la banda hasta el vibrante cierre con su gran clásico, "Satisfaction".
Más de dos horas, como habían prometido, estuvieron los eléctricos músicos en el escenario protagonizando el concierto tecnológicamente más grande realizado en Cuba.
Un total de 65 contenedores trajeron a la isla el equipamiento necesario para la presentación, la cual contó con un escenario de 80 metros de frente, 24 de profundidad y 20 de altura.
Hasta 10 pantallas gigantes y 1.300 kilogramos de sonido con ocho repetidores permitierion a todos los presentes seguir y escuchar el espectáculo como si se tratara de un fonograma perfectamente grabado, mezclado y masterizado.
"Sabemos que años atrás era difícil escuchar nuestra música pero aquí estamos tocando en su linda tierra. Pienso que finalmente los tiempos están cambiando", comentó en otro momento Jagger, a tono también con los recientes acontecimientos acaecidos en la nación caribeña.
Los Rolling Stones estuvieron precedidos por la visita del presidente estadounidense, Barack Obama, a La Habana y sin ánimo de politizar un espectáculo musical, resulta el primer evento de la "nueva era" que se abrió recientemente para Cuba y su pueblo.
Así lo consideraron incluso algunos encuestados por Xinhua durante el concierto, quienes disfrutaron de la sonoridad y el derroche tecnológico propuestos por la banda británica.
"Este es el comienzo de muchos conciertos que están por venir. Cuba no es más una isla aislada y bloqueada en el Mar Caribe, hoy somos noticia y lo seguiremos siendo, porque tenemos mucho para ofrecer y son muchos más los artistas que por curiosidad, admiración o lo que sea, van a venir", opinó Rachel Montes de Oca.
La estudiante de nivel medio viajó con un grupo de amigos desde Camagüey, una provincia del oriente cubano a unos 500 kilómetros de La Habana, y se unió a los miles de jóvenes que desde toda la geografía antillana acudieron para ver a los Rolling y vivir un momento único de la historia cultural de la isla.
Al igual que ellos, cientos de visitantes de varias latitudes también llegaron a la capitalina Ciudad Deportiva para no perderse un segundo de uno de los eventos más trascendentales del siglo XXI en Cuba.
"Yo no pude verlos en México y le pedí a mi esposa que viniéramos para también ser parte de la historia. Son la banda de rock más antigua en activo, son una leyenda y la vimos de cerca en vivo, es una experiencia inolvidable", apuntó a Xinhua Carlos Malpica.
Residente en Ciudad de México, Malpica indicó que otro elemento determinante en su decisión de venir a La Habana fue el hecho de que las entradas en su país tenían un coste inasumible.
Sumando el boleto de avión, el alojamiento y la comida en Cuba, confesó que le resultaba incluso más económico que reservar un puesto en la misma zona donde disfrutó gratuitamente el concierto de los Rolling.
Aunque más allá de los números y las anécdotas, el trasfondo de la presentación es mucho más profundo y su significado de una connotación sin precedentes.
Los Rolling Stones tuvieron la audacia de romper el principal obstáculo para cualquier concierto de este nivel en la isla, el bloqueo impuesto por Estados Unidos contra Cuba.
Se trata de un aspecto que hace financiera y logísticamente muy complicada la iniciativa de cualquier tipo de espectáculo internacional en La Habana, porque a pesar de la condena del presidente Obama, lo cierto es que el bloqueo sigue siendo hoy una realidad.
Mientras en 1962 la mítica banda británica surgía, la también naciente Revolución Cubana tenía que sortear las constantes acciones violentas de Washington, que tuvieron como colofón precisamente la aprobación por el Congreso del bloqueo, convertido en ley ese mismo año.
Al unísono, tanto los Rolling como Cuba, se fueron abriendo paso en el mundo; los primeros cosechando triunfos y labrándose el camino a la fama, la segunda defendiendo su soberanía y esbozando un modelo socioeconómico que era considerado por aquel tiempo, al igual que el rock, casi un tabú en la política.
Y finalmente se encontraron los Rolling Stones y el pueblo cubano, y quizás sin proponérselo, hicieron historia.