ESPECIAL: Chinos, latinoamericanos y caribeños: acercarse para entenderse

Spanish.xinhuanet.com   2016-03-24 21:53:51

Por Zhu Wanjun y Zhao Hui

BEIJING, 24 mar (Xinhua) -- A ojos de la bailarina colombiana Jenny Durán, China estaba muy lejana y los chinos eran tan diferentes como seres de otro planeta. Al menos, esto es lo que pensaba cuando, hace tan sólo unos días, pisó por primera vez la capital del país asiático.

"No pensábamos que Beijing fuera tan avanzada y tan inmensa, ni que la gente fuera tan cálida. Como el picante. Nosotros bailamos mucho y necesitamos mucho calor", cuenta a Xinhua.

Durán es una de los ocho bailarines del conjunto colombiano Pasión Caribe que, junto con cerca de otros 100 artistas provenientes de unos diez países, protagonizó en la noche de hoy, jueves, la gala de apertura del Año de Intercambio Cultural China-América Latina y el Caribe.

En la ceremonia, "Momento de China y América Latina y el Caribe", se presentaron tesoros artísticos de la región, tales como el mariachi mexicano, el tango argentino, la danza de las tijeras peruana y el bullerengue caribeño. Además de sus repertorios, los artistas también interpretaron obras chinas a su manera.

"Nunca he tenido la oportunidad de visitar América Latina. Me encanta la salsa y, después de ver este espectáculo, tengo todavía más ganas de viajar allí", dijo a Xinhua esta noche la joven Sui Yuhan una vez terminado el acto.

Como preludio al arranque del año, el distinguido artista colombiano Fernando Botero llegó a finales del año pasado a Beijing con sus pinturas inconfundibles al Museo Nacional de China, donde recibió una buena acogida.

Casi simultáneamente a la inauguración de este año de intercambio, en Bogotá se abrió una muestra de linternas de unos 2 metros en forma de guerreros de terracota en el Parque de la 93 y la Plaza de Bolívar, donde se están dando cita multitud de personas deseosas de ver las figuras del país asiático.

"Tenemos muchas similitudes", indicó la embajadora colombiana en China, Carmenza Jaramillo, tomando como ejemplo la pasión semejante por la música y la parecida valoración de la familia por parte de los colombianos y los chinos.

A su juicio, "lo que tenemos que hacer es encontrar en qué hay similitudes, para continuar en el proceso de conocernos; y en qué hay diferencias, para tratar de entendernos".

La iniciativa de fijar 2016 como Año de Intercambio Cultural China-América Latina y el Caribe fue planteada por el presidente chino, Xi Jinping, durante su visita a la región en julio de 2014, y se hizo realidad tras la buena acogida que recibió en esos países.

Anteriormente, China había organizado en ocasiones separadas años de intercambio cultural con distintos países y regiones del mundo, pero con América Latina y el Caribe aún no lo había hecho.

A lo largo de todo 2016, de forma paralela en China y en diversos países de la región, se celebrarán cientos de actividades de intercambio cultural de gran riqueza y relevancia en áreas como cultura, arte, literatura, cine, turismo o prensa.

Para Chen Yuanting, investigadora asociada del Instituto de Estudios Latinoamericanos de la Academia de Ciencias Sociales de China, la celebración de este evento "marca un antes y un después para las relaciones chino-latinoamericanas, que entran en una nueva etapa de desarrollo, superando los lazos comerciales y extendiéndose hacia el intercambio cultural".

De acuerdo con las cifras oficiales, China ha firmado acuerdos culturales con 19 países latinoamericanos, de los cuales 11 han rubricado con el país asiático un programa especial para este año, con el propósito de organizar eventos de mayor originalidad y calidad.

Según la agenda, en el primer semestre será China la que acoja las distintas actividades culturales, que cruzarán el Atlántico el segundo semestre. Entre otros, el conocido pianista chino Lang Lang tiene planeado hacer una gira de conciertos por Argentina, Chile, Perú y México durante el verano, iniciando el traslado de sede desde China hasta América Latina y el Caribe.

No es la primera vez que el artista pisa la "misteriosa" tierra latinoamericana. "La he visitado en múltiples ocasiones y siempre me sorprende con nuevas vivencias y experiencias muy enriquecedoras que me hacen sentir el arte y la belleza tan estrechamente ligadas a esa pródiga tierra", confesó.

En opinión de Chen, la principal meta del lanzamiento de esta celebración es aprovechar el intercambio cultural para reducir la distancia, pero eso no requiere solamente los esfuerzos gubernamentales, sino también de los promotores particulares y de las personas.

El colombiano Andrés Mora es uno de esos promotores que trabaja para alentar el conocimiento mutuo entre China y América Latina.

Viajó por primera vez al país asiático en 1997, acompañando a su padre, el periodista colombiano de viajes Héctor Mora, para filmar el retorno de Hong Kong a China. En 2002 volvió para hacer un máster de cine becado por el gobierno chino y, desde entonces, vive en Beijing.

Con la idea de "compartir" lo que conoce de China, Andrés organizó en 2004 y 2005 el Festival Internacional de Cine de Bogotá, en el que exhibió películas chinas con subtítulos traducidos por sí mismo y otros amigos.

Divide su trabajo entre una parte comercial y otra de intercambio cultural y, cuando se trata de la segunda, "voy con todo el tiempo que sea necesario".

Está convencido de que la distancia geográfica ya no es un obstáculo que separa a la gente de dos continentes, pero también de que, a menos que la gente se conozca y se entienda bien, la distancia psicológica no se verá reducida.

La senda de Andrés no es ni mucho menos excepcional.

La propia Jenny Durán, tras una estancia de apenas una semana en Beijing, impactada por la mezcla de lo tradicional y lo moderno en la arquitectura, quiere también impulsar el entendimiento mutuo y afirma que volvería a China "con los ojos cerrados" si tuviera la oportunidad, ya que "me gustaría enseñar más de mi cultura". Fin

  
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ESPECIAL: Chinos, latinoamericanos y caribeños: acercarse para entenderse

Spanish.xinhuanet.com 2016-03-24 21:53:51

Por Zhu Wanjun y Zhao Hui

BEIJING, 24 mar (Xinhua) -- A ojos de la bailarina colombiana Jenny Durán, China estaba muy lejana y los chinos eran tan diferentes como seres de otro planeta. Al menos, esto es lo que pensaba cuando, hace tan sólo unos días, pisó por primera vez la capital del país asiático.

"No pensábamos que Beijing fuera tan avanzada y tan inmensa, ni que la gente fuera tan cálida. Como el picante. Nosotros bailamos mucho y necesitamos mucho calor", cuenta a Xinhua.

Durán es una de los ocho bailarines del conjunto colombiano Pasión Caribe que, junto con cerca de otros 100 artistas provenientes de unos diez países, protagonizó en la noche de hoy, jueves, la gala de apertura del Año de Intercambio Cultural China-América Latina y el Caribe.

En la ceremonia, "Momento de China y América Latina y el Caribe", se presentaron tesoros artísticos de la región, tales como el mariachi mexicano, el tango argentino, la danza de las tijeras peruana y el bullerengue caribeño. Además de sus repertorios, los artistas también interpretaron obras chinas a su manera.

"Nunca he tenido la oportunidad de visitar América Latina. Me encanta la salsa y, después de ver este espectáculo, tengo todavía más ganas de viajar allí", dijo a Xinhua esta noche la joven Sui Yuhan una vez terminado el acto.

Como preludio al arranque del año, el distinguido artista colombiano Fernando Botero llegó a finales del año pasado a Beijing con sus pinturas inconfundibles al Museo Nacional de China, donde recibió una buena acogida.

Casi simultáneamente a la inauguración de este año de intercambio, en Bogotá se abrió una muestra de linternas de unos 2 metros en forma de guerreros de terracota en el Parque de la 93 y la Plaza de Bolívar, donde se están dando cita multitud de personas deseosas de ver las figuras del país asiático.

"Tenemos muchas similitudes", indicó la embajadora colombiana en China, Carmenza Jaramillo, tomando como ejemplo la pasión semejante por la música y la parecida valoración de la familia por parte de los colombianos y los chinos.

A su juicio, "lo que tenemos que hacer es encontrar en qué hay similitudes, para continuar en el proceso de conocernos; y en qué hay diferencias, para tratar de entendernos".

La iniciativa de fijar 2016 como Año de Intercambio Cultural China-América Latina y el Caribe fue planteada por el presidente chino, Xi Jinping, durante su visita a la región en julio de 2014, y se hizo realidad tras la buena acogida que recibió en esos países.

Anteriormente, China había organizado en ocasiones separadas años de intercambio cultural con distintos países y regiones del mundo, pero con América Latina y el Caribe aún no lo había hecho.

A lo largo de todo 2016, de forma paralela en China y en diversos países de la región, se celebrarán cientos de actividades de intercambio cultural de gran riqueza y relevancia en áreas como cultura, arte, literatura, cine, turismo o prensa.

Para Chen Yuanting, investigadora asociada del Instituto de Estudios Latinoamericanos de la Academia de Ciencias Sociales de China, la celebración de este evento "marca un antes y un después para las relaciones chino-latinoamericanas, que entran en una nueva etapa de desarrollo, superando los lazos comerciales y extendiéndose hacia el intercambio cultural".

De acuerdo con las cifras oficiales, China ha firmado acuerdos culturales con 19 países latinoamericanos, de los cuales 11 han rubricado con el país asiático un programa especial para este año, con el propósito de organizar eventos de mayor originalidad y calidad.

Según la agenda, en el primer semestre será China la que acoja las distintas actividades culturales, que cruzarán el Atlántico el segundo semestre. Entre otros, el conocido pianista chino Lang Lang tiene planeado hacer una gira de conciertos por Argentina, Chile, Perú y México durante el verano, iniciando el traslado de sede desde China hasta América Latina y el Caribe.

No es la primera vez que el artista pisa la "misteriosa" tierra latinoamericana. "La he visitado en múltiples ocasiones y siempre me sorprende con nuevas vivencias y experiencias muy enriquecedoras que me hacen sentir el arte y la belleza tan estrechamente ligadas a esa pródiga tierra", confesó.

En opinión de Chen, la principal meta del lanzamiento de esta celebración es aprovechar el intercambio cultural para reducir la distancia, pero eso no requiere solamente los esfuerzos gubernamentales, sino también de los promotores particulares y de las personas.

El colombiano Andrés Mora es uno de esos promotores que trabaja para alentar el conocimiento mutuo entre China y América Latina.

Viajó por primera vez al país asiático en 1997, acompañando a su padre, el periodista colombiano de viajes Héctor Mora, para filmar el retorno de Hong Kong a China. En 2002 volvió para hacer un máster de cine becado por el gobierno chino y, desde entonces, vive en Beijing.

Con la idea de "compartir" lo que conoce de China, Andrés organizó en 2004 y 2005 el Festival Internacional de Cine de Bogotá, en el que exhibió películas chinas con subtítulos traducidos por sí mismo y otros amigos.

Divide su trabajo entre una parte comercial y otra de intercambio cultural y, cuando se trata de la segunda, "voy con todo el tiempo que sea necesario".

Está convencido de que la distancia geográfica ya no es un obstáculo que separa a la gente de dos continentes, pero también de que, a menos que la gente se conozca y se entienda bien, la distancia psicológica no se verá reducida.

La senda de Andrés no es ni mucho menos excepcional.

La propia Jenny Durán, tras una estancia de apenas una semana en Beijing, impactada por la mezcla de lo tradicional y lo moderno en la arquitectura, quiere también impulsar el entendimiento mutuo y afirma que volvería a China "con los ojos cerrados" si tuviera la oportunidad, ya que "me gustaría enseñar más de mi cultura". Fin

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