WASHINGTON, 23 mar (Xinhua) -- El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, concluyó este martes una histórica visita a Cuba que abre un nuevo capítulo en las relaciones bilaterales pero, a la vez, deja al descubierto los prolongados impedimentos al deshielo total entre los antiguos rivales durante la Guerra Fría.
La visita de tres días, una culminación simbólica de un proceso de normalización que se inició a finales de 2014, se considera como una maniobra audaz del presidente norteamericano para consolidar su legado político, a pesar de las críticas en su país, y como parte de sus esfuerzos para mejorar las relaciones con América Latina.
AFIANZAR SU LEGADO
En cuanto Obama pisó Cuba en la primera visita de un presidente estadounidense en ejercicio en casi 90 años, los candidatos presidenciales republicanos, Donald Trump y Ted Cruz, rechazaron inmediatamente la visita por considerarla una equivocada política exterior.
Trump tuiteó que el líder cubano, Raúl Castro, "no tenía respeto" por el presidente y su familia, porque no los recibió cuando el avión presidencial "Air Force One" aterrizó en la isla la tarde del domingo.
Cruz, de origen cubano, también criticó el viaje, y argumentó que Estados Unidos está enviando un mensaje peligroso a los "presos políticos que languidecen en calabozos de toda la isla".
Otros críticos, incluyendo varios en el propio partido de Obama, han tachado la aproximación del presidente de ingenua y peligrosa.
"Yo comprendo el deseo de hacer de esto el tema de su legado, pero todavía existe un problema fundamental con la libertad y la democracia en juego", apuntó el senador demócrata Robert Menendez.
La visita de Obama es "sobre algo más que las políticas estadounidenses u oportunidades comerciales en la isla", indicó Richard Feinberg, experto de la Institución Brookings, centro de análisis con sede en Washington. "Se trata de una apuesta audaz que la diplomacia presidencial pueda asegurar una nueva normalidad en las relaciones EEUU-Cuba después de cinco décadas de hostilidades, embargos y paralización".
Dada la prolongada enemistad entre los dos países, sin embargo, llevará más de un año o dos desenmarañar la desconfianza acumulada y construir el respaldo por esa nueva normalidad, reflexionó Feinberg.
MIRANDO HACIA LA REGION
Harold Trinkunas, investigador superior en Brookings, dijo que la normalización de las relaciones con Cuba se trata de, entre otros asuntos, eliminar un "obstáculo" para mejorar las relaciones de Washington con América Latina.
El aislamiento político y el embargo comercial aplicados por Estados Unidos han causado grandes daños a Cuba y su pueblo. En cuanto al resto de este hemisferio, su descontento hacia EEUU también ha aumentado.
En las décadas pasadas, muchos líderes de los países latinoamericanos han expresado la oposición a las políticas estadounidenses hacia Cuba, y consideraron el embargo como una molestia en las relaciones con Washington, así como un símbolo del imperialismo estadounidense.
Además, las relaciones de EEUU con varios países latinoamericanos se mantienen tensas, y la administración de Obama ha impuesto duras sanciones contra Venezuela por las supuestas violaciones de derechos humanos y la corrupción pública.
Tras la visita a Cuba, Obama partió la tarde del martes hacia Argentina para reunirse con el nuevo presidente, Mauricio Macri. Han transcurrido dos décadas desde que un presidente estadounidense no realiza una visita bilateral centrada en Argentina, según la Casa Blanca.
Trinkunas apuntó que mientras la visita de Obama a Cuba es, sin duda, trascendental y ha captado mucha atención, su visita a Argentina y la reunión con Macri también son cruciales por una razón muy diferente.
"El acercamiento a Argentina ofrece la perspectiva de construir una relación de trabajo madura con un país que en el pasado fue uno de los más importantes socios de EEUU en este hemisferio", señaló Trinkunas.
El viaje de Obama a Argentina se produce también en un momento decisivo del cambio político en América del Sur, donde la caída de las materias primas y los errores en la política doméstica han causado la creciente insatisfacción de los votantes, provocando que varios países giren de la izquierda al centro.
La visita de Obama a Argentina, en opinión de Trinkunas, es un buen ejemplo de cómo EEUU se inclina a aprovechar las nuevas oportunidades para construir mejores relaciones en la región en lugar de reaccionar ante los eventos.