BUENOS AIRES, 18 mar (Xinhua) -- La visita del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, a Argentina los días 23 y 24 de marzo representará un hipotético "realineamiento" político en la región, afirmó el especialista Patricio Giusto.
El director de la consultoría Diagnóstico Político explicó a la agencia Xinhua que el encuentro ratificará también la "estrecha" relación que Washington impulsa con el gobierno del mandatario argentino, Mauricio Macri.
Dijo, no obstante, que además "reaviva" la polémica sobre el verdadero papel de Estados Unidos en los regimenes militares en América Latina, al cumplirse 40 años del golpe de Estado en Argentina (24 de marzo de 1976).
"Estados Unidos le presta especial atención a la nueva presidencia de Macri con la esperanza de que no sea un caso aislado y pueda significar el inicio de un nuevo ciclo político de centro-derecha en la región, más aperturista y afín a los intereses norteamericanos", dijo.
El directivo comentó que en Venezuela y Brasil, a su vez, "los oficialismos tambalean, sumidos en profundas crisis".
"En menor medida sucede lo mismo en Chile y en Bolivia, (donde) Evo Morales acaba de sufrir una derrota que puso fin a su sueño reeleccionista", comentó.
El representante de Diagnóstico Político expresó que esta "ola de cambio político" puede extenderse a Centroamérica, donde existe la posibilidad de que el presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, "sea derrotado a fin de año".
"Es por todo ello que el desembarco de Obama en Argentina requiere ser analizado con la proyección política regional, que sin duda posee", sostuvo Giusto.
A su vez, el profesor cubano de Relaciones Internacionales, Leyde Rodríguez Hernández, sostuvo para Xinhua una mirada más crítica, al señalar que la política exterior de Argentina "se aleja de Nuestra América".
Dijo que ello significa estrechar "vínculos con centros de poder dominantes como Estados Unidos", por lo que "representa un retroceso histórico para los intereses populares" en la región.
"Es evidente el nuevo acercamiento y penetración de los Estados Unidos en América Latina, en su creencia o percepción de que la región cambia hacia la derecha y que los procesos de izquierda se debilitan o desaparecerán en los próximos años", argumentó.
Hernández comentó que en ese sentido, Argentina vuelve a cobrar especial importancia geopolítica para Washington en el contexto de "una declarada contraofensiva política y mediática".
El académico cubano expresó, no obstante, que la presencia de Obama en Argentina "cerrará un período de enfriamiento" que comenzó con el "No al ALCA (Area de Libre Comercio de las Américas)" en 2005.
Este "enfriamiento" continuó con la política exterior "multipolar" del ex presidente argentino, Néstor Kirchner (2003-2007).
En tanto, el analista internacional Juan Manuel Karg coincidió en que habrá una "firme ofensiva" para modificar las relaciones políticas y económicas en América Latina.
"El presidente de Estados Unidos buscará un realineamiento de Argentina con el bloque de países que conformaron en 2011 la Alianza del Pacífico (México, Colombia, Perú y Chile)", expuso.
Se trata de las mismas naciones que firmaron recientemente el acuerdo de Asociación Económica Transpacífico (TPP, siglas en inglés) liderado por Estados Unidos y Japón.
El TPP lo integran 12 naciones, entre ellas además de las mencionadas Australia, Brunei, Canadá, Chile, Malasia, México, Nueva Zelanda, Perú, Singapur y Vietnam.
El analista sostuvo que se trata de un claro "contrapunto" de países como Brasil, Bolivia, Ecuador, Venezuela, Nicaragua y Uruguay.
Más allá de la situación regional y la implicación política de la llegada de Obama al Cono Sur, la fecha elegida resulta especialmente importante y controvertida en Argentina.
El 24 de marzo se cumplirán 40 años del golpe de Estado que dio inicio a un gobierno militar sostenido hasta diciembre de 1983.
En Argentina es extendida la convicción de que Washington apoyó abiertamente o "al menos se hizo de la vista gorda", en torno a los gobiernos militares que en la década de 1970 se hicieron del poder en la región.
En ese contexto se explica la solicitud hecha por Adolfo Pérez Esquivel, el argentino que recibió el Premio Nobel de la Paz en 1980, para que el mandatario estadounidense admita la complicidad de su nación con la dictadura militar.
Esquivel expresó en una misiva pública dirigida a Obama: "Tú vendrás a mi país el mismo día en que se cumplen 40 años de la última dictadura genocida de Argentina y en el año en que se cumplen 200 años de nuestra independencia nacional".
"Ciertamente no puedes desconocer que tu país tiene muchas deudas pendientes con el nuestro y con muchos otros", escribió el Premio Nobel de la Paz.