EEUU encubre su intervencionismo en Latinoamérica bajo capa de invisibilidad

Spanish.xinhuanet.com   2016-03-18 20:12:09

Por Zhao Hui

BEIJING, 18 mar (Xinhua) -- Barack Obama pisará la próxima semana el territorio cubano, convirtiéndose así en el primer presidente estadounidense en activo en 88 años que visite la isla, aún bajo el bloqueo norteamericano.

Algunos medios consideran su viaje a Cuba, junto a los acercamientos previos bajo su administración, como una señal del mejoramiento de las relaciones entre el "Tío Sam" y su tradicional "patio trasero".

Esta mejora estaría en concordancia con el supuesto abandono estadounidense de la Doctrina Monroe, que desde el siglo XIX ha dado cobertura ideológica al intervencionismo norteamericano en América Latina y el Caribe.

Sin embargo, varios países latinoamericanos, incluido Cuba, permanecen cautelosos e incrédulos ante la histórica visita de Obama, en reacción a la reciente decisión de Washington de prorrogar por un año más la orden ejecutiva de la "emergencia nacional" declarada en marzo de 2015 sobre Venezuela.

El 3 de este mes, Obama renovó el decreto por el que Estados Unidos impuso las sanciones a ciertos funcionarios venezolanos y consideró la situación en ese país como "una amenaza inusual y extraordinaria para la seguridad nacional y la política exterior de EEUU".

La prórroga fue rechazada enérgicamente no solamente por Venezuela misma, que acusó a Estados Unidos de injerencia y de contribuir a desestabilizar el país, sino también por Cuba, Ecuador, Bolivia, Nicaragua, Antigua y Barbuda y otros países caribeños.

Los Gobiernos de Cuba y Ecuador declararon que la renovación del decreto constituye una intervención en los asuntos internos venezolanos y tiene el objetivo de derrocar la Revolución Bolivariana, mientras que el presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, resaltó que Estados Unidos está repitiendo las acciones que históricamente ha ejecutado contra Cuba.

El intervencionismo es exactamente el núcleo de la filosofía política de la Doctrina Monroe, proclamada en el año 1823 y resumida en la frase "América para los americanos". Con ella, Estados Unidos logró reducir la influencia de las potencias coloniales europeas en América Latina y el Caribe, para finalmente convertir la región en su "patio trasero" mediante intervenciones directas o indirectas.

Durante las últimas décadas, Estados Unidos llevó a cabo varias intervenciones militares en República Dominicana, Granada, Panamá, Cuba, Chile, Guatemala, Nicaragua y Haití. Durante la invasión a Panamá en 1989, las tropas estadounidenses incluso detuvieron en su tierra al entonces líder de facto panameño, Manuel Antonio Noriega, al que llevaron a Estados Unidos para ser procesado.

Además de las intervenciones militares, el "Tío Sam" utilizó con habilidad las organizaciones no gubernamentales, por ejemplo la Fundación Nacional para la Democracia (NED, por sus siglas en inglés), como actores desestabilizadores contra los gobiernos antihegemónicos, financiando a las oposiciones para salir a la calle o lanzar las guerras sucias.

Según los documentos desclasificados, Estados Unidos tuvo "participación" en los golpes de Estado en Chile, Venezuela y Honduras, y apoyó secretamente las manifestaciones antigubernamentales de Argentina, Ecuador, Bolivia y El Salvador.

Las injerencias directas o indirectas que ejerció Estados Unidos suscitaron un gran rechazo entre las naciones latinoamericanas, causa por la cual la influencia del "Tío Sam" en la región disminuyó notablemente y llegó a su punto más bajo de la historia en la última década.

En 2011, los 33 países de la región fundaron la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) sin incluir a Estados Unidos y Canadá, mientras algunas naciones recomendaron sustituir a la Organización de Estados Americanos (OEA), instrumento tradicional de Estados Unidos para intervenir en la región.

Como consecuencia, el secretario de Estado estadounidense, John Kerry, anunció en noviembre de 2013 que la Doctrina Monroe había terminado, y que su país está estudiando y comprometiéndose a desarrollar un nuevo tipo de relaciones con los vecinos del sur.

Sin embargo, las palabras palidecen ante los hechos. Estados Unidos sigue ejerciendo el intervencionismo sobre los países latinoamericanos, pero en formas más ocultas, como si llevase una capa de invisibilidad.

En febrero, el presidente boliviano, Evo Morales, sufrió un fracaso inesperado en el referendo con el que buscaba postularse para la reelección en 2019. Bolivia y Venezuela afirmaron que Estados Unidos estaba detrás de "una campaña sucia" contra Morales mediante una denuncia nebulosa de tráfico de influencias.

En este sentido, la visita de Obama al país caribeño tampoco es alentadora. El mandatario tiene planeado reunirse con los "disidentes" cubanos, en un contexto en el que Estados Unidos no ha dejado de aprovechar todas las oportunidades para criticar los derechos humanos de Cuba y nunca ha abandonado sus esfuerzos por derrocar la Revolución Cubana.

Tal como dice el refrán, las paredes tienen ojos. Si Estados Unidos quiere recobrar la confianza de los países latinoamericanos, lo que necesita no es la capa de invisibilidad, sino el coraje de reconocer los errores y hacer lo correcto.

  
FOTOS  >>
VIDEO  >>
  TEMAS ESPECIALES  >>
APN-CCPPCH 2016
El año nuevo chino
Xinhuanet

EEUU encubre su intervencionismo en Latinoamérica bajo capa de invisibilidad

Spanish.xinhuanet.com 2016-03-18 20:12:09

Por Zhao Hui

BEIJING, 18 mar (Xinhua) -- Barack Obama pisará la próxima semana el territorio cubano, convirtiéndose así en el primer presidente estadounidense en activo en 88 años que visite la isla, aún bajo el bloqueo norteamericano.

Algunos medios consideran su viaje a Cuba, junto a los acercamientos previos bajo su administración, como una señal del mejoramiento de las relaciones entre el "Tío Sam" y su tradicional "patio trasero".

Esta mejora estaría en concordancia con el supuesto abandono estadounidense de la Doctrina Monroe, que desde el siglo XIX ha dado cobertura ideológica al intervencionismo norteamericano en América Latina y el Caribe.

Sin embargo, varios países latinoamericanos, incluido Cuba, permanecen cautelosos e incrédulos ante la histórica visita de Obama, en reacción a la reciente decisión de Washington de prorrogar por un año más la orden ejecutiva de la "emergencia nacional" declarada en marzo de 2015 sobre Venezuela.

El 3 de este mes, Obama renovó el decreto por el que Estados Unidos impuso las sanciones a ciertos funcionarios venezolanos y consideró la situación en ese país como "una amenaza inusual y extraordinaria para la seguridad nacional y la política exterior de EEUU".

La prórroga fue rechazada enérgicamente no solamente por Venezuela misma, que acusó a Estados Unidos de injerencia y de contribuir a desestabilizar el país, sino también por Cuba, Ecuador, Bolivia, Nicaragua, Antigua y Barbuda y otros países caribeños.

Los Gobiernos de Cuba y Ecuador declararon que la renovación del decreto constituye una intervención en los asuntos internos venezolanos y tiene el objetivo de derrocar la Revolución Bolivariana, mientras que el presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, resaltó que Estados Unidos está repitiendo las acciones que históricamente ha ejecutado contra Cuba.

El intervencionismo es exactamente el núcleo de la filosofía política de la Doctrina Monroe, proclamada en el año 1823 y resumida en la frase "América para los americanos". Con ella, Estados Unidos logró reducir la influencia de las potencias coloniales europeas en América Latina y el Caribe, para finalmente convertir la región en su "patio trasero" mediante intervenciones directas o indirectas.

Durante las últimas décadas, Estados Unidos llevó a cabo varias intervenciones militares en República Dominicana, Granada, Panamá, Cuba, Chile, Guatemala, Nicaragua y Haití. Durante la invasión a Panamá en 1989, las tropas estadounidenses incluso detuvieron en su tierra al entonces líder de facto panameño, Manuel Antonio Noriega, al que llevaron a Estados Unidos para ser procesado.

Además de las intervenciones militares, el "Tío Sam" utilizó con habilidad las organizaciones no gubernamentales, por ejemplo la Fundación Nacional para la Democracia (NED, por sus siglas en inglés), como actores desestabilizadores contra los gobiernos antihegemónicos, financiando a las oposiciones para salir a la calle o lanzar las guerras sucias.

Según los documentos desclasificados, Estados Unidos tuvo "participación" en los golpes de Estado en Chile, Venezuela y Honduras, y apoyó secretamente las manifestaciones antigubernamentales de Argentina, Ecuador, Bolivia y El Salvador.

Las injerencias directas o indirectas que ejerció Estados Unidos suscitaron un gran rechazo entre las naciones latinoamericanas, causa por la cual la influencia del "Tío Sam" en la región disminuyó notablemente y llegó a su punto más bajo de la historia en la última década.

En 2011, los 33 países de la región fundaron la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) sin incluir a Estados Unidos y Canadá, mientras algunas naciones recomendaron sustituir a la Organización de Estados Americanos (OEA), instrumento tradicional de Estados Unidos para intervenir en la región.

Como consecuencia, el secretario de Estado estadounidense, John Kerry, anunció en noviembre de 2013 que la Doctrina Monroe había terminado, y que su país está estudiando y comprometiéndose a desarrollar un nuevo tipo de relaciones con los vecinos del sur.

Sin embargo, las palabras palidecen ante los hechos. Estados Unidos sigue ejerciendo el intervencionismo sobre los países latinoamericanos, pero en formas más ocultas, como si llevase una capa de invisibilidad.

En febrero, el presidente boliviano, Evo Morales, sufrió un fracaso inesperado en el referendo con el que buscaba postularse para la reelección en 2019. Bolivia y Venezuela afirmaron que Estados Unidos estaba detrás de "una campaña sucia" contra Morales mediante una denuncia nebulosa de tráfico de influencias.

En este sentido, la visita de Obama al país caribeño tampoco es alentadora. El mandatario tiene planeado reunirse con los "disidentes" cubanos, en un contexto en el que Estados Unidos no ha dejado de aprovechar todas las oportunidades para criticar los derechos humanos de Cuba y nunca ha abandonado sus esfuerzos por derrocar la Revolución Cubana.

Tal como dice el refrán, las paredes tienen ojos. Si Estados Unidos quiere recobrar la confianza de los países latinoamericanos, lo que necesita no es la capa de invisibilidad, sino el coraje de reconocer los errores y hacer lo correcto.

010020070760000000000000011100141352021541