GINEBRA, 3 mar (Xinhua) -- Más de siete millones de muertes a nivel mundial cada año podrían ser atribuidas a la contaminación del aire, mientras que el cambio climático causa decenas de miles de muertes anualmente a través de sus diversos efectos y afectaciones en el mundo, advirtió hoy la directora general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Margaret Chan.
Durante el panel de discusión del Consejo de Derechos Humanos de la ONU sobre la relación entre cambio climático y salud, Chan declaró que para el año 2050, los expertos pronostican que el cambio climático causará 250.000 muertes adicionales cada año por malaria, diarrea, insolación y desnutrición.
"Las sequías, inundaciones, incendios forestales y olas de calor cobran vidas. El mundo no puede darse el lujo de no emprender acción. Responsabilizar a los países de sus políticas sobre el clima también es un asunto de justicia", indicó.
La jefa de la OMS también dijo que con respecto a la salud pública, el cambio climático se ha convertido en un asunto decisivo para el siglo XXI.
Como el impacto del cambio climático es universal, impredecible, y en ocasiones desafiante, mencionó, los seres humanos son sin lugar a dudas la especie más importante amenazada por el cambio climático.
Cifras de la Organización Meteorológica Mundial muestran que el año 2015 fue el año más caliente desde que comenzaron los registros en 1880, y se prevé que este año tenga temperaturas aún más elevadas.
"Las sequías amenazan el abasto de alimentos, ya en peligro, en especial en países pobres donde la agricultura de subsistencia es de lluvias de temporal", subrayó Chan.
La funcionaria indicó que la escala de esta amenaza es inmensa. En algunos países más de 70 por ciento de la población depende de la agricultura de subsistencia para vivir. Los brotes de cólera prosperan tanto por exceso como por falta de agua. Los insectos y otros portadores de enfermedades son muy sensibles al calor, la humedad y las lluvias. Por otra parte, el cambio climático ha favorecido la extensión geográfica del dengue y puede hacer lo mismo con la malaria.
"Más de la mitad de la población mundial vive en un área donde se encuentra el mosquito Aedes aegypti, el principal vector del zika, dengue y chikungunya. El aumento de las temperaturas amenaza con expandir aún más este alcance geográfico", advirtió Chan.
Todas estas consecuencias para la salud convierten al primer acuerdo mundial sobre cambio climático, alcanzado en París el año pasado, no sólo en un tratado sobre medio ambiente sino también sobre salud. Las obligaciones, estándares y principios sobre derechos humanos tienen el poder de conformar políticas para la mitigación y adaptación al cambio climático, dijo.
Uno de los principales obstáculos para lograr el derecho a la salud es la pobreza, de acuerdo con Chan.
"Las familias más pobres del mundo se ven obligadas a depender a diario de fuentes de energía más contaminantes sólo para cocinar. El uso de estas fuentes de energía, que causan una elevada contaminación del aire en interiores, está asociado a más de 3,5 millones de muertes al año", indicó.
La mitad de todas las instalaciones de salud en algunos países africanos no tienen acceso confiable a la electricidad ni al agua corriente potable y este peligro quedó en evidencia durante el brote del éloba en África occidental.
"El acuerdo de París, en el que se hace referencia central a los derechos humanos, es un avance bienvenido. Sin embargo, en gran parte el acuerdo es voluntario y está sujeto a interpretación. Lo que se necesita ahora es una agenda para la acción que se duplique como un marco basado en resultados para atribuir responsabilidades", concluyó.