Por Ricardo T. Rivas
BUENOS AIRES, 19 feb (Xinhua) -- El viaje del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, a Cuba y a Argentina entre el 21 y el 24 de marzo próximo está cargado de mucho "simbolismo para la región", afirmó el internacionalista Alejandro Simonoff.
El investigador del Instituto de Relaciones Internacionales de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) expresó en entrevista a Xinhua que la visita a La Habana, "marcará el fin de una rémora de la Guerra Fría (1947-1991), que aún estaba presente entre los dos países".
"El viaje del presidente Obama puede ser analizado como parte de un mismo movimiento de doble giro de Washington y la región", comentó.
Expresó que las visitas de Obama se pueden ver desde la óptica de Estados Unidos hacia Cuba o hacia América Latina en general o "desde una perspectiva de nuevos tiempos políticos de los líderes regionales hacia Norteamérica".
"El viaje a Buenos Aires debe ser leído como un claro respaldo a la política exterior que desde el pasado 10 de diciembre desarrolla el presidente Mauricio Macri para reforzar los vínculos con Estados Unidos y Europa", dijo el especialista.
Consideró que marca una construcción "más occidentalista" que la de su antecesora, la presidenta Cristina Fernández (2007-2015).
"No espero ensayos audaces en la gestión de la política exterior por parte del presidente Macri, como los dos mandatos que caracterizaron a la presidenta Fernández, al orientar su estrategia hacia los nuevos polos de poder en torno de los BRICS".
Dentro de este grupo conformado por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica (BRICS), hay "especial atención en Brasil, Rusia y China, buscando diversificar nuestras relaciones".
Simonoff recordó que desde el fin de la Segunda Guerra Mundial (1945), la política exterior de Argentina estuvo marcada por una alternancia entre el llamado "latinoamericanismo" y la dependencia de occidente.
"Las relaciones con los países emergentes parecen no ser percibidas por el gobierno de Macri como socios políticos para construir alianzas, sino simplemente como compradores de materias primas, lo que significa sostener los aspectos más asimétricos de esos vínculos", dijo.
Señaló en tono de advertencia que también está en esa "lógica" el desarrollo del Mercado Común del Sur (Mercosur) -Argentina, Brasil, Pararguay, Uruguay y Venezuela-.
Se da de esa manera porque se presenta al bloque como "la puerta de acceso" a la Unión Europea (UE), a la Alianza del Pacífico (AP) y al Trans-Pacífico de Asociación Económica (TPP, siglas en inglés), entre otros.
En cuanto a la relación de Argentina con Brasil, el académico consideró que "los aspectos políticos serán los menos relevantes pese a que las diferencias son significativas.
"En lo económico, las diferencias serán subsanadas dentro del marco de lo que Macri denomina 'normalización de las relaciones" argentino-brasileñas", comentó Simonoff.
El catedrático universitario sostuvo que las negociaciones con otros bloques comerciales, fundamentalmente el acuerdo del Mercosur con la UE, se facilitará con el nuevo gobierno de Macri, al converger con la posición de Brasil en la materia.
Dicha negociación (Mercosur-UE) se encontraba "muerta" desde hace varios años por la negativa Argentina para acordar con los europeos.
Sentenció: "Esta situación podría constituir nuevamente al Mercosur en una 'puerta de acceso' a la globalización, en lugar de que el bloque sirva a la defensa de nuestras economías como lo fue en los últimos años".