BEIJING, 16 feb (Xinhua) -- La semana pasada, cuando los chinos celebraban el Año Nuevo Lunar del Mono, el mercado financiero mundial era sacudido por la agitación, lo que generó retos e incertidumbres a la economía china.
Sin embargo, el gobierno chino está decidido a enfrentar la difícil situación. Es seguro que la segunda mayor economía del mundo sigue teniendo un gran potencial y margen suficiente para hacer frente al predicamento económico.
La confianza y valor de China se fundamentan en bases económicas sólidas, un volumen económico masivo y la capacidad de administración y movilización del gobierno.
Ante todo, los fundamentos económicos de China siguen siendo sólidos.
La tasa de desempleo para enero de 2016 se ubicaba en 4,99 por ciento, que es el mayor punto brillante porque una tasa de empleo sana garantiza fundamentos económicos sanos, dijo el primer ministro chino, Li Keqiang, en la reunión ejecutiva del Consejo de Estado que se llevó a cabo el domingo.
La actual situación de empleo estable, el mayor crecimiento del ingreso personal, mayor al crecimiento del producto interno bruto (PIB), y el descenso gradual del consumo de energía por unidad del PIB han demostrado la estabilidad y salud de los fundamentos económicos.
En segundo lugar, el gigante asiático, que posee las mayores reservas de divisas del mundo y una alta tasa de ahorro, disfruta de un gran margen en el mercado financiero y en política monetaria.
De acuerdo con el banco central, China tenía 3,23 billones de dólares de reservas de divisas a fines de enero, lo que impedirá que los especuladores dominen el sentimiento del mercado.
El año pasado, a pesar de una economía mundial desacelerada y de notorios problemas estructurales que enfrentaba la economía doméstica, el PIB de China logró un crecimiento mediano-alto sobre la base de los 10 billones de dólares.
Sin lugar a dudas, estas cifras pueden convencer a cualquier crítico que trate de menospreciar a China.
Además, China tiene a su disposición un gran número de instrumentos, incluido un régimen regulador relativamente completo, un tipo de cambio reformado del renminbi y un sistema de supervisión fortalecido de los movimientos de capital especulativos de corto plazo, así como un comercio transfronterizo de derivados financieros.
En tercer lugar, el gobierno chino es muy fuerte en movilización y acción, lo que es admirado por muchos otros países.
Muchas crisis pasadas han demostrado que el gobierno chino es capaz de responder con eficacia a situaciones difíciles. Eso quedó demostrado vívidamente en la crisis financiera de 1997, cuando China, a diferencia de muchos otros países asiáticos, mantuvo su propia integridad.
Como dijo el primer ministro chino, el desarrollo económico de China ha estado creciendo constantemente a pesar de enfrentar desafíos, y entre más difícil sea la situación, más tenaz se vuelve la economía china.