MOSCU, 16 feb (Xinhua) -- El acuerdo alcanzado el viernes en la ciudad alemana de Múnich sobre un cese de las hostilidades en Siria supone un gran paso hacia una resolución pacífica de la crisis, pero su aplicación se enfrenta a varios desafíos, según han dicho varios expertos rusos.
En el núcleo del acuerdo, logrado por el Grupo Internacional de Apoyo a Siria (GIAS), están los planes para iniciar cuanto antes el cese nacional de las hostilidades y el reparto de ayuda humanitaria a las zonas asediadas.
Mientras las partes implicadas trabajan en los detalles, Igor Krotchenko, editor jefe de la revista rusa Defensa Nacional, ha manifestado su escepticismo sobre las perspectivas de la ejecución del pacto.
"Tengo serias dudas de que los grupos de oposición sirios, apoyados por Arabia Saudí, Catar,Estados Unidos y otros países, cumplan el alto el fuego", manifestó a Xinhua el especialista.
Subrayó que todos los esfuerzos en favor de la paz en Siria deben ser respaldados y opinó que, para resolver la crisis, la prioridad debería ser la destrucción total del Estado Islámico (EI) y otros grupos terroristas.
Por su parte, Víktor Kremenyuk, experto del Instituto EEUU-Canadá de la Academia Rusa de Ciencias, comentó que, aunque Moscú y Washington son los principales motores del encuentro en Múnich, a ninguno le gustaría hacer concesiones en lo que respecta a Siria.
Además, precisó, países de la región involucrados en la crisis como Turquía y Arabia Saudí tampoco parecen dispuestos a dar marcha atrás.
Una señal de la dificultad de que la tregua se materialice son los bombardeos turcos del norte de Siria durante dos días consecutivos tras el pacto de Múnich, que han causado la condena de Siria y la petición inmediata de Washington y París para que se les ponga fin.
El lunes, el Ministerio de Asuntos Exteriores ruso declaró que los bombardeos deberían ser valorado por el Consejo de Seguridad de la ONU.
Tras calificarlos de provocadores, el ministerio también acusó a Ankara de facilitar la entrada ilegal en Siria de terroristas y de dar apoyo directo al terrorismo internacional.
Sobre el interés que ha mostrado Turquía en enviar soldados a Siria, Korotchenko, coronel retirado del Estado Mayor del ejército ruso, dijo que iría en contra de la ley internacional y debería considerarse como una agresión.
Entre tanto, Nikolai Kozhanov, experto del Centro de Moscú de Carnegie, resaltó que el acuerdo de Múnich debe considerarse más bien como la base de una futura solución.
Un alto el fuego, manifestó, solo será posibe allí donde las fuerzas de la oposición muestren voluntad de entablar conversaciones.
En cualquier caso, el pesimismo ante las pespectivas de aplicación del pacto se disipó un poco el domingo tras la conversación telefónica entre los líderes de Rusia y Estados Unidos.
El presidente ruso, Vladímir Putin, y su homólogo estadounidense, Barack Obama, acordaron mantenerse en contacto sobre el importante trabajo del GIAS.
Por su parte, altos funcionarios de varios miembros del grupo han instado a todas las partes implicadas a cumplir sus compromisos en Múnich.
Entre ellos, el ministro de Relaciones Exteriores chino, Wang Yi, recordó que el acuerdo se logró con mucho esfuerzo y apuntó que debe ser implementado con seriedad.
El primer ministro ruso, Dimitry Medvedev, expresó un optimismo prudente sobre las expectativas de cooperación internacional en la reconciliación siria.
"Debería haber una decisión común sobre cuándo parar la acción militar. Este debería ser nuestro objetivo", detalló Medvedev.
