BEIJING, 13 feb (Xinhua) -- El plan estadounidense de desplegar su avanzado sistema de defensa ante misiles en Corea del Sur no es una solución a la difícil situación que vive la península coreana sino que sólo sirve para atizar el fuego.
La medida suena a intento deliberado de Washington de aprovecharse de una situación precaria con el intersado propósito de reforzar su dominio en la región a costa de los intereses legítimos de China y otros países.
Estados Unidos alega que el despliegue de su sistema de defensa antimisiles denominado Defensa Terminal de Area a Gran Altitud (THAAD, siglas en inglés) es una respuesta a los movimientos "provocadores" de la República Popular Democrática de Corea (RPDC) .
Sin embargo, el despliegue del THAAD va mucho más allá de las necesidades defensivas de Corea del Sur. Dado que su cobertura implica penetrar en el continente asiático, perjudicará los intereses de seguridad estratégica de China y otros países vecinos.
Además, dificultará los esfuerzos multilaterales para promover la reconciliación y la desnuclearización de la península de Corea, socavando así la paz y la estabilidad en la región.
Por todo esto, el plan no sólo complicará la ya frágil situación en la zona, sino que causará también una escalada de las tensiones en el noreste de Asia. No es de extrañar que se haya encontrado con una fuerte oposición del pueblo surcoreano.
En un momento en el que la creciente tensión en la península coreana atrae la atención mundial, no debería olvidarse que la actual crisis nuclear está causada por la arraigada desconfianza y hostilidad entre Washington y Pyongyang.
En los últimos años, Estados Unidos ha usado diversas tácticas de presión, incluidas maniobras y sanciones económicas contra Pyongyang, y ha desechado los raros gestos de buena voluntad por parte de la RPDC.
En vez de adoptar medidas tangibles para calmar la situación, con sus medidas hostiles Washington ha impulsado a la RPDC al camino de la nuclearización, al tiempo que sigue usando el aumento de la tensión como cobertura para acelerar su masivo refuerzo militar en la región Asia-Pacífico.
En un momento tan sensible, se debería evitar cualquier acción que cause la escalada de la tensión en la península coreana, así como oponerse a cualquier intento de sacar partido de la crisis por motivos egoístas y violar los intereses legístimos de otros países.
Mantener la paz y la estabilidad en la península coreana y resolver el contencioso mediante vías pacíficas ha sido la posición constante de China, país que ha desempeñado un positivo rol en las conversaciones a seis bandas y otros esfuerzos para desnuclearizar la península.
Es urgente que todas las partes implicadas actúen con prudencia, abandonen las medidas contraproducentes y atiendan la propuesta china de que el diálogo es la única salida viable.