ROMA, 11 feb (Xinhua) -- Marco Magliozzi, propietario del restaurante La Fraschetta del Pesce en Roma, dijo hoy a Xinhua que "cuando yo era niño e iba a algún sitio con mis padres, mi papá me decía: 'No te muevas o verás cómo te va'. Pero vean a los niños de hoy. Simplemente están fuera de control".
La Fraschetta del Pesce ha ocupado los titulares italianos en los últimos días por causa de un letrero en su ventana que dice "Debido a algunos incidentes desagradables provocados por falta de modales, los niños menores de cinco años no son bien aceptados en este restaurante".
La decisión generó una reacción de enojo en muchos padres de familia que en las redes sociales denunciaron lo que describieron como un comportamiento "absurdo que te deja boquiabierto" por parte del propietario del restaurante hacia los niños. "Es increíble y ni siquiera es legal", escribió uno de ellos.
Pero Magliozzi insistió en que hay una razón precisa, la total falta de modales, para su decisión, la cual de hecho no "prohíbe", sino sólo "desalienta" a los padres para que lleven a sus niños a su restaurante.
"Los niños gritan y corren por entre las mesas, lo que molesta a nuestros clientes. Además de que tiran agua y comida al piso. Decidí poner el letrero después de que un niño se metió debajo de la mesa de una pareja que estaba cenando y les tiró un cubo de hielo en las piernas", explicó Magliozzi a Xinhua.
Y lo que es aún peor, agregó desconsolado, es que parece que a los padres esto no les importa en lo absoluto. "No dicen nada y dejan que sus queridos niños hagan lo que quieran sin importar que el respeto a los demás esté totalmente ausente", dijo.
"Mi restaurante es un lugar al que la gente va a comer pescado, no es adecuado para familias con niños pequeños. ¿Alguna vez han visto bebés en la ópera en La Scala de Milán o en teatros como este? De hecho no, porque molestarían al público. Así que ¿qué es lo que resulta tan extraño en mi decisión? pregunto Magliozzi.
Barbara Casillo, directora de la asociación italiana Cofindustria Hotels, dijo a Xinhua que prohibir el ingreso de alguien a restaurantes y establecimientos comerciales similares no es legal en Italia.
"Se puede prohibir el ingreso de alguien sólo por razones de seguridad pública, lo cual no tiene que ver con este caso", dijo.
"Sin embargo, la especialización puede ser la manera correcta de atraer o desalentar a un grupo particular de clientes, lo cual de hecho se está convirtiendo en una tendencia y en un valor agregado para negocios y consumidores", dijo Casillo.
Y también hay sitios públicos que han decidido dedicarse exclusivamente a las familias, como ocurre por ejemplo con Cavallino Bianco, un hotel en el norte de Italia que sólo recibe a familias con niños. De esta forma, los padres de familia no se sienten avergonzados si sus hijos hacen un berrinche en la mesa y nadie los ve con malos ojos.
Pero la postura asumida por este restaurante de Roma subraya un tema que se ha vuelto cada vez más candente en Italia: el tema de los niños maleducados.
"Nunca es el niño de menos de cinco años quien tiene el problema, sino sus padres", dijo Marcello Bruognolo, psicoterapeuta de Milán. "Educar a los niños resulta difícil cuando los adultos no son equilibrados desde el punto de vista psicológico", dijo a Xinhua.
Además, el niño de cinco años no puede entender el valor de la comida por lo que naturalmente se rebela contra reglas estrictas impuestas en los restaurantes, sobre todo en los sitios elegantes. Llevar a un niño pequeño a un restaurante es una decisión innecesaria tomada por sus padres, quienes, por lo tanto, tienen que ser responsables del comportamiento del niño. Esto no puede recaer en el dueño del restaurante", enfatizó el psicoterapeuta.
Bruognolo dijo a Xinhua que está de acuerdo con la decisión tomada por el restaurante romano. Muchos padres de familia occidentales, dijo, consideran la educación como secundaria a la libertad, aunque debería ser claro que los buenos modales ayudan a los niños a convertirse en adultos equilibrados, además de que son muy buenos para la sociedad.
En su opinión, los padres de familia en general no deben llevar a sus hijos pequeños a sitios inadecuados para ellos y deben optar en cambio por espacios en los que los niños puedan comportarse con más libertad. Además, se debe enseñar a los niños cuáles son las reglas y los buenos modales necesarios en ciertos sitios.
Pero lo más útil, dijo Bruognolo, sería una "escuela para padres" porque ningún niño puede ser educado si sus padres no saben lo que significa la educación, algo que realmente falta en la sociedad de hoy.
