Por Hummam Sheikh Ali
DAMASCO, 7 feb (Xinhua) -- La "disposición" declarada de Arabia Saudí para enviar tropas terrestres a territorio sirio a fin de combatir al Estado Islámico (EI) es vista por Damasco como un intento saudí frustrado para apoyar a los rebeldes sirios ante las recientes victorias aplastantes del ejército sirio, indicaron analistas.
El conflicto de cerca de cinco años en Siria ha sido atribuido en gran parte a la intervención internacional en el transcurso de las acciones en el terreno. Tal intervención ha complicado la crisis debido al apoyo que las potencias dan a cada parte del conflicto para lograr ganancias en ese país estratégico de Medio Oriente.
Arabia Saudí se ha presentado como un simpatizante de los insurgentes islamistas, como el Ejército del Islam, que operan en varias áreas sirias, incluyendo las cercanías de la capital Damasco.
El reino también ha sido uno de los países que más han alzado la voz para exigir la caída de la administración del presidente Bashar al-Assad, principalmente por su deseo de introducir un sistema encabezado por los sunitas en Siria y de hacer frente al vaivén iraní, representado por la firme alianza entre el régimen de Assad, los iraníes y Hizbulá.
Hacer frente al predominio iraní en la región siempre ha sido uno de los principales ejes de Arabia Saudí en su postura contra Al-Assad, dijeron analistas.
Los observadores de Damasco indicaron que los saudíes y otras potencias regionales siempre han apostado a la caída del gobierno sirio y han brindado gran apoyo a los insurgentes que buscan la deposición de Al-Assad.
Hasta hace poco, el mapa de control del ejército sirio estaba reduciéndose a favor de varios grupos insurgentes, incluyendo al Estado Islámico y al Frente Al-Nusra vinculado con Al Qaeda.
Sin embargo, conforme Hizbulá empezó a aparecer en los campos de batalla y luego de que los aviones de combate rusos empezaron a volar por los cielos rusos, la situación ha empezado a inclinarse a favor del gobierno sirio.
No sólo eso, la naturaleza fragmentada de los rebeldes, la falta de una dirigencia central y el conflicto de propósitos y poder también son una razón detrás de la rápida caída ante el ejército sirio que, a pesar del prolongado y agotador conflicto, todavía está unificado bajo su mando y recibe apoyo clave de Hizbulá y de otros combatientes leales al gobierno.
Después de que la fuerza aérea rusa ha empezado a intervenir contra los grupos insurgentes en Siria desde septiembre pasado, el mando general del ejército sirio declaró el inicio de una ofensiva a gran escala en varios frentes claves del país.
Las ofensivas empezaron a rendir frutos recientemente y las unidades militares han recuperado áreas clave en el norte y el sur de Siria, con lo que han roto las líneas de abasto de los rebeldes en las zonas fronterizas.
En las provincias septentrionales de Aleppo y Damasco, cerca de Turquía, las fuerzas militares apoyadas por Rusia y Hizbulá cortaron las líneas de abasto de los rebeldes desde territorio turco, cuyo gobierno es acusado por Damasco de apoyar a los rebeldes sirios.
Las batallas en Aleppo privaron a los rebeldes apoyados por Turquías de rutas clave desde territorio turco. El Estado Islámico también ha perdido desde el año pasado dos terceras partes de las áreas bajo su control en las zonas fronterizas entre Siria y Turquía por la campaña militar, según la televisión panárabe Al-Mayadeen.
El viernes, un vocero militar saudí dijo que el reino está listo para enviar tropas terrestres para combatir al Estado Islámico en Siria si la coalición dirigida por Estados Unidos está de acuerdo.
El general de brigada Ahmed Asiri dijo al canal de televisión Al-Arabiya que el país comprometerá tropas terrestres en el conflicto por primera vez si sus socios de coalición están de acuerdo durante la próxima reunión en Bruselas.
El gobierno sirio considera como agresión cualquier medida en el país sin su consentimiento. En particular, Siria considera que una intervención saudí no estaría dirigida a combatir al Estado Islámico, sino a prestar apoyo a los militantes en el terreno.
La declaración saudí se produce apenas horas después de que la semana pasada se suspendió la primera ronda de conversaciones planeadas entre representantes del gobierno y de los grupos opositores sirios en Ginebra.
El enviado de la ONU para Siria, Staffan de Mistura, declaró la suspensión de las conversaciones hasta el 25 de febrero por la "falta de avances".
Los observadores en Damasco dijeron que la oposición apoyada por Arabia Saudí se retiró de las conversaciones, por un aparente enfado a causa de los avances militares realizados por el ejército sirio en el terreno.
Riad Hijab, coordinador del Alto Comité de Negociaciones apoyado por Arabia Saudí, dijo que su grupo no regresará a Ginebra a menos que ocurran cambios en el terreno en Siria, lo que explica los comentarios saudíes.
La televisión panárabe Al-Mayadeen informó hoy que el ejército sirio se acercó a 13 kilómetros de distancia de la frontera turca, para así recuperar las localidades bajo control de los rebeldes y lograr el objetivo final del cierre de la frontera.
Nahla Issa, profesora de la Facultad de Medios de la Universidad de Damasco, dijo a Xinhua que "en medio de los rápidos avances del ejército sirio en el terreno, Arabia Saudí está intentando acomodar sus cartas".
Issa también apunto al unísono entre Riad y Ankara sobre la intención de intervenir militarmente en Siria, en especial por la preocupación turca sobre los avances del ejército sirio, particularmente en Aleppo, donde se ubica la mayoría de los rebeldes apoyados por Turquía.
"Considero que si los saudíes y los turcos tienen las agallas para hacer esto, la región se dirigirá hacia una Tercera Guerra Mundial", dijo la profesora en una entrevista con Xinhua.
Por su parte, Ali al-Ahmad, un asesor del ministro de Información de Siria Omran al-Zoubi, dijo a Xinhua que la reciente declaración saudí complica aún más el panorama político sirio y señaló que Riad está intentando convencer a Ankara de que también intervenga con tropas terrestres en Turquía.
El ministro de Relaciones Exteriores de Siria, Walid al-Moallem, advirtió sobre la intervención militar de Arabia Saudí en Siria y dijo que los que entren a territorio sirio sin el consentimiento del gobierno sirio "regresarán a su país en ataúdes de madera".
Durante una conferencia de prensa realizada en la capital Damasco, el jefe de la diplomacia siria dijo que "resistiremos cualquier violación a nuestra soberanía".
El jefe de la diplomacia siria añadió que "el sentido lógico y normal descarta cualquier posible opción de intervención, pero al revisar las decisiones locas tomadas por Arabia Saudí en otras áreas nada puede descartarse".
El ministro dijo que el deseo saudí de entrar a Siria se produjo después de su frustración por las derrotas de los militantes apoyados por Arabia Saudí en zonas sirias clave.
"Después de las victorias del ejército sirio y de sus aliados, los conspiradores contra Siria se han desesperado por el fracaso de sus herramientas en el terreno, de modo que decidieron entrar personalmente", declaró.