Por José Aguiar
CARACAS, 7 feb (Xinhua) -- Venezuela sigue apostando a la paz y estabilidad en Palestina por lo que, tras asumir la presidencia del Consejo de Seguridad de la ONU, ratificó la necesidad de trabajar para lograr un consenso que derive en la defensa unánime de un pueblo que ha sido "humillado".
El embajador de Venezuela ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Rafael Ramírez, destacó en días pasados que es trascendental que los miembros del Consejo de Seguridad visiten el territorio árabe, para evaluar personalmente la situación del conflicto israelí-palestino.
Ramírez indicó que aunque "no hubo consenso" durante la sesión celebrada el pasado 5 de febrero, es importante "seguir insistiendo para ir a Oriente Medio", motivo por el que llamó a los otros 14 Estados miembros a considerar la propuesta.
La actitud de Venezuela en la presidencia del Consejo de Seguridad es una acción "vanguardista" que llama a la participación y recuerda la responsabilidad que tiene la ONU en torno a la solución del problema, dijo en entrevista a Xinhua la politóloga Susana Khalil.
"El hecho de visitar la zona palestina y conocer directamente la situación, es una postura realmente positiva, necesaria, urgente y honesta en cuanto a querer resolver verdaderamente el conflicto", afirmó Khalil, quien es también integrante de la Asociación de Socorro al Pueblo Palestino "Canaán".
A su juicio, Venezuela, desde el Consejo de Seguridad, "está haciendo lo que debe hacer", refiriéndose a la búsqueda de los mecanismos para resolver el problema entre Palestina e Israel, cuya responsabilidad ha sido "evadida" por la ONU durante años.
"La ONU ha estado evadiendo (su compromiso), precisamente por estar secuestrada por poderes, lobbies, corporaciones e intereses económicos, donde la condición humana no prevalece", aseveró Khalil.
Un reporte citado por el embajador venezolano detalló que sólo durante el último trimestre del año 2015, a manos de fuerzas militares y de colonos israelíes, murieron 160 palestinos, de los cuales 29 eran niños y otras 7 eran mujeres.
"Sigue incrementándose la cantidad de hombres, mujeres y niños palestinos que son humillados, agredidos, perseguidos, injustamente arrestados mediante detenciones administrativas, atacados por fuerzas policiales y militares de Israel", indicó Ramírez.
También recordó la llamada operación militar denominada "Margen Protector", llevada a cabo por Israel en la Franja de Gaza en 2014, donde murieron al menos 550 niños, otros quedaron padeciendo discapacidades y algunos aún se encuentran hospitalizados.
"En Gaza, hasta la fecha, organizaciones humanitarias siguen reportando casos de niños y niñas con severos traumas psicológicos, muchos de los cuales persisten, a pesar de las atenciones y cuidados que reciben en centros asistenciales", dijo el diplomático venezolano durante su intervención.
Esos resultados abominables los atribuye Khalil a la actitud "fascista, déspota, tiránica, supremacista y sionista" de Israel, que se resiste a reconocer los derechos originarios del pueblo palestino en ese territorio.
Esa y otras acciones bélicas ha adelantado el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, a pesar de que ha manifestado su "disposición" de realizar conversaciones de paz para concretar la idea de "dos Estados para dos pueblos".
"Estoy dispuesto para reanudar inmediatamente las negociaciones de paz directas con la Autoridad Nacional Palestina, sin ninguna condición previa en absoluto", expresó el premier israelí con motivo de su intervención en la Asamblea General de la ONU el 1 de octubre de 2015.
Sin embargo, para Netanyahu parece no ser conveniente lograr buenas relaciones con Palestina, y eso lo proyectó en días pasados cuando rechazó la propuesta de Francia de convocar a una reunión internacional sobre Oriente Próximo, de no concretarse un acuerdo entre Israel y la nación árabe.
"La esencia de las negociaciones es el mutuo acuerdo, y la iniciativa francesa, tal y como ha sido descrita, otorga precisamente a los palestinos un motivo para no aceptarlo", refutó Netanyahu al reiterar su deseo de efectuar "conversaciones de paz directas".
Para Susana Khalil, los pronunciamientos a favor "de la paz" por parte del primer ministro no son más que una técnica para "hacer tiempo" mientras "acaba con la población palestina que vive tanto en los territorios ocupados como en la Palestina histórica".
"Él (Benjamin Netanyahu) está con un juego de pseudo negociaciones que son una burla", advirtió la politóloga al agregar que el gobierno israelí no toma acciones serias valiéndose del apoyo internacional "déspota y tirano".
A pesar del supuesto interés "pacifista", el gobierno hebreo sigue adelante con la confiscación ilegal de tierras, invasión y la demolición ilegal de las viviendas habitadas por palestinos, situación que ha elevado los índices de desplazados y refugiados en la zona.
Esa es una de las razones por las que Venezuela expresó su más enérgico rechazo contra "el bloqueo a Gaza, que desde el 2007 ha mantenido a su población en una especie de Gueto que afecta la vida de miles de palestinos en clara violación del derecho internacional".
El repudio permanente de Venezuela contra los abusos de Israel hacia el pueblo palestino le ha costado "muy caro", pues ha tenido que enfrentarse a una campaña de demonización, de bloqueos, chantajes y amenazas, precisó Khalil.
Sin embargo, esas no han sido razones para que el gobierno venezolano desista en su solicitud de justicia y, por el contrario, sigue exigiendo a Israel que cese sus agresiones "de una vez por todas" y "se siente a negociar de buena fe con los palestinos".
Rafael Ramírez destacó desde el Consejo de Seguridad que debe haber una solución "sobre una base negociada, incluyente y definitiva del conflicto", en la que se acepte el derecho de los palestinos a vivir bajo fronteras internacionales reconocidas, en el marco de la solución de dos Estados.
Por ahora, resulta imperante actuar "sin doble rasero" para juzgar con "severidad" las políticas de violaciones de los Derechos Humanos por parte de Israel, y lograr así la estabilidad social, política y económica ansiada por el pueblo palestino desde hace décadas.
