RIO DE JANEIRO, Brasil, 5 feb (Xinhua) -- El tradicional Carnaval de Río de Janeiro, uno de los eventos más esperados cada año en Brasil, comienza hoy con distintas sorpresas y la presencia cada vez mayor de espectáculos callejeros que roban protagonismo al "sambódromo".
El Carnaval inicia con la simbólica entrega de las llaves de la ciudad por parte de la alcaldía al rey Momo, personaje que según la tradición tiene que ser negro, alegre, bonachón y muy gordo, aunque al mismo tiempo deber ser ágil para bailar samba durante horas.
El rey Momo "gobierna" durante cinco días de fiesta consecutiva.
Los desfiles se realizan en el llamado "sambódromo", una avenida de 720 metros de longitud rodeada de gradas con capacidad para 72.500 personas diseñadas en 1984 por el arquitecto Oscar Niemeyer.
Las pasarelas concluyen en la Plaza de La Apoteosis, donde se ubica una famosa escultura que según el propio Niemeyer imita formas femeninas en homenaje a las reinas del Carnaval.
Cada uno de los grupos participantes de samba (música y baile tradicional) está formado por entre 3.000 y 5.000 bailarines y músicos, en su mayoría miembros de la misma comunidad, barrio o favela (barrio marginal).
Los desfiles se realizan por la noche, tanto el domingo como el lunes de Carnaval, y están organizados a manera de concurso, es decir, hay un campeón y una escuela que desciende a segunda división.
El jurado califica numerosos aspectos como originalidad de la música, disfraces, carrozas, armonía de la comparsa y destreza de los bailarines.
Cada escuela de samba interpreta una pieza única que repite una y otra vez durante el tiempo que dura su participación en el desfile, que puede ser de un mínimo de 60 y un máximo de 80 minutos.
Por las calles de Río de Jainerio corren también cada año los llamados "blocos", como se conoce a las comparsas o bandas de música callejeras.
Los "blocos" perdieron mucho público y casi desaparecieron en la década de 1990, época de profunda crisis económica en la que Río de Janeiro vivió sus años más violentos, pero desde el inicio del 2000 se han recuperado y cada año aglutinan más público.
Cerca de 500 "blocos" saldrán a las calles de la ciudad, cuya presencia es gratuita para el deleite de los espectadores, a diferencia del "sambódromo" donde una entrada exclusiva puede costar miles de dólares.
Al margen del "sambódromo" se llevan a cabo desde hace décadas fiestas de gala propias de las clases pudientes, como la más famosa del hotel Copacabana Palace, uno de los más elegantes de la ciudad, ubicado en la famosa playa del mismo nombre.