Presidente ecuatoriano Rafael Correa conversa con su homóloga Michelle Bachelet durante la cuarta cumbre de CELAC en Quito, capital de Ecuador, el 27 de enero de 2016. (Xinhua/Santiago Armas)
Correa reconoció que la región enfrenta tiempos difíciles, en los que la caída de los precios del petróleo está dificultando más la creación de empleos, la reducción de la pobreza y la garantía de los derechos. Sin embargo, "la voluntad de nuestra gente y la unidad de la región" son recursos valiosos, afirmó.
Correa reconoció que los cinco pilares de la "Agenda 2020" --"reducción de la pobreza y la desigualdad", "educación, ciencia, tecnología e innovación", "medio ambiente y cambio climático", "infraestructura y conectividad" y "financiamiento para el desarrollo"--, que fueron sugeridos en la cumbre pasada, no se han manifestado en metas medibles ni en una agenda común.
Con respecto a la pobreza extrema, pidió respuestas convincentes a la desigualdad, políticas para crear una región más igualitaria y un sistema fiscal progresivo que ayude a reducir la pobreza.
"La erradicación de la pobreza es un imperativo moral que debe alcanzar la región", afirmó el canciller ecuatoriano, Ricardo Patiño, en la conferencia de prensa después de la cumbre.
Patiño instó a los países miembros a tomar medidas con el fin de crear una arquitectura financiera regional para que los ahorros de los países latinoamericanos y caribeños permanezcan en la región y financien sus propios proyectos de desarrollo.
