BEIJING, 25 ene (Xinhua) -- Algunos observadores de China se apresuraron a relacionar el crecimiento económico de 6,9 por ciento alcanzado en 2015, el cual es congruente con el objetivo oficial de alrededor de 7 por ciento, con la actual lucha contra la corrupción.
Las afirmaciones que vinculan ambos hechos ignoran las características destacadas de la economía. La verdad es que la economía ha entrado en una "nueva normalidad" pero sigue "avanzando dentro de un rango razonable". Las mejorías y actualizaciones estructurales han sido exitosas y los nuevos motores de crecimiento están teniendo el efecto deseado.
La campaña contra la corrupción ha superado las expectativas ya que tan sólo en 2015 más de 54.000 funcionarios han sido investigados por los fiscales chinos ante la sospecha de sobornos, negligencia y otros delitos relacionados con el cumplimiento del deber.
Aunque las cifras hablan por sí mismas, algunos afirman que la campaña es la responsable de la desaceleración del crecimiento económico.
Después de más de tres décadas de acelerado crecimiento en China, es poco razonable que el país, la segunda mayor economía del mundo, continúe buscando ciegamente una tasa de crecimiento de dos dígitos.
China, al igual todas las demás economías, es asediada por un sinnúmero de problemas internos y externos, como un débil comercio global, crecientes riesgos financieros y cambiantes condiciones del mercado interno, por mencionar sólo algunos.
Gracias a décadas de reforma económica, el modelo de crecimiento y la demanda de consumo han cambiado de la escasez a la oferta excesiva en algunos sectores, y de poner énfasis en la cantidad a una preferencia por la calidad.
El lento crecimiento económico es el inicio de un camino de desarrollo sostenible e, inevitablemente, se experimentarán "crecientes dificultades".
Combatir la corrupción no impedirá el crecimiento económico, de hecho ha garantizado una competencia más justa para impulsar un mayor desarrollo.
El ex jefe del Partido Comunista de China y el alcalde de Nanjing en la provincia oriental de Jiangsu fueron capturados en la campaña contra la corrupción, y luego de su juicio, el segundo fue sentenciado a 15 años de prisión en abril por aceptar sobornos.
Sin embargo, a pesar de esos casos de alto perfil, el producto interno bruto (PIB) de la ciudad se expandió 9,3 por ciento en 2015 para llegar a 972.000 millones de yuanes (alrededor de 147.700 millones de dólares).
Esto demuestra que sólo la gobernación honesta dará como resultado una economía sostenible. La corrupción eleva los costos de los negocios y daña la equidad en la inversión y el comercio.
En un ambiente de negocios sano, los empresarios podrán enfocarse en la innovación y la producción, garantizando que las ideas, y no las relaciones, sean recompensadas.