JERUSALEN, 19 ene (Xinhua) -- El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, indicó hoy que Israel no dudará en impedir que los trabajadores palestinos entren a los asentamientos judíos en Cisjordania, luego de dos ataques con cuchillo perpetrados esta semana.
"El gobierno puso en marcha medidas sin precedentes contra el terrorismo, medidas que no habíamos tenido que promulgar antes", dijo Netanyahu durante un discurso pronunciado hoy en el Parlamento de Israel.
"Tenemos un fuerte deseo de sostener una rutina cotidiana, para nosotros y para los palestinos, pero no dudaremos, en caso de ser necesario, como lo hicimos ayer, en prohibir que los trabajadores palestinos entren a las comunidades judías", añadió.
El primer ministro responsabilizó a la dirigencia palestina de la incitación a la violencia, en medio de la actual oleada de violencia en la que han muerto 24 israelíes y un ciudadano estadounidense en ataques de palestinos solitarios.
Más de 150 palestinos murieron, algunos en enfrentamientos con las fuerzas de seguridad israelíes y otros fueron abatidos tras presuntamente cometer ataques contra israelíes, durante la actual oleada de violencia.
El ejército israelí dijo el lunes que por el momento impedirá que los trabajadores palestinos entren a lugares de trabajo en asentamientos judíos y agregó que la medida podría renovarse luego de una revisión diaria de las necesidades de seguridad.
El domingo, Dafna Meir, madre de seis, murió después de ser apuñalada en su casa en el asentamiento judío de Otniel, al sur de Hebrón, en Cisjordania. Un día después, una mujer embarazada resultó ligeramente herida después de ser apuñalada en Tekoa, al sur de Jerusalén.
De acuerdo con cifras oficiales israelíes, cerca de 26.000 palestinos trabajan en los asentamientos judíos.
Israel ocupó los territorios de Cisjordania, Jerusalén Oriental y la Franja de Gaza durante la guerra de Medio Oriente de 1967. Alrededor de 500.000 judíos viven en los asentamientos de Cisjordania, considerados ilegales por la comunidad internacional.
Los palestinos acusan a la actual ocupación israelí y a su política de asentamientos de ser la causa de la oleada de violencia que inició en octubre, así como de las vagas posibilidades de establecer un Estado palestino conforme a la solución de dos Estados.
