RIO DE JANEIRO, 8 ene (Xinhua) -- Brasil puede convertirse en una nueva plataforma para la producción de manufacturas con un alto grado tecnológico gracias a posibles inversiones de empresas chinas en parques industriales enfocados a la innovación del país suramericano.
La colaboración en este campo surge de un acuerdo firmado en junio del año pasado entre autoridades chinas y brasileñas que prevé una mayor colaboración en parques tecnológicos, que podría derivar en la creación de conglomerados industriales binacionales.
Un experto de la consultora Euromonitor International, Stephan Mothe, explicó a Xinhua que "China posee un cierto excedente de capacidad productiva en el área industrial", lo que se puede traducir en inversiones de este tipo en el extranjero.
Las inversiones productivas también pueden servirle a Beijing para "estrechar lazos" con los países suramericanos, como es el caso de Brasil, según este analista, puesto que desde el punto de vista político, los gobiernos de la región "ven con muy buenos ojos" toda inversión que acarree la creación de puestos de empleo cualificado.
"Ni a China ni a América Latina les interesa mantener una relación económica meramente comercial basada en la venta de materias primas. Aún más en el contexto de crisis que están viviendo los países exportadores de materias primas", comentó.
En este contexto, según el experto, cobra una vital importancia la asociación entre China y Brasil para el impulso de parques tecnológicos binacionales, acuerdo que se firmó durante una visita del ministro de Ciencia y Tecnología chino, Wan Gang, a Brasilia en junio del año pasado.
Los parques tecnológicos son áreas diseñadas para concentrar empresas, instituciones de enseñanza superior, centros de investigación y las llamadas "incubadoras de negocios", lo que crea sinergias y un hábitat adecuado para el impulso de ideas innovadoras.
En China este tipo de parques se ha generalizado y ya generan cerca del 15 por ciento del Producto Internor Bruto (PIB), mientras que en Brasil su expansión es mucho menor, lo que abre espacio para las inversiones del país asiático.
Durante su visita, el ministro Wan afirmó que los parques tecnológicos pueden servir a ambos países para "dar un paso adelante para la innovación en un espacio de trabajo conjunto".
"Brasil y China, siendo países en desarrollo, necesitan acelerar las inversiones en innovación. Los dos países, sumando esfuerzos, promoverán un futuro mejor", manifestó Wan.
El propio ministro chino visitó entonces las instalaciones del parque tecnológico de Sao José dos Campos, en el estado de Sao Paulo, y considerado uno de los más importantes de Brasil, con un área de 25 millones de metros cuadrados en los que se congregan 25 empresas y cinco centros de desarrollo tecnológico.
Un portavoz del parque tecnológico de Sao José dos Campos dijo a Xinhua que, de momento, los contactos han sido iniciales, pero existen buenas condiciones para que se instalen empresas del sector de energía, de la industria automovilística, la aeroespacial, entre otros.
En este parque se ubican las instalaciones del Instituto Nacional de Pesquisa Espacial de Brasil (INPE), en cuyos laboratorios se desarrollan varios proyectos del programa espacial brasileño, entre ellos el desarrollo de los satétiles CBERS en los que Brasil y China cooperan desde la década de los ochenta del siglo pasado.
En este ámbito, China podría participar en el desarrollo de cohetes espaciales en Sao José dos Campos aunque esta colaboración aún está en estudio, según fuentes del parque tecnológico.
Otro de los sectores claves en este parque es el de energías renovables, en especial el de biomasa y etanol, pues le puede servir a China para aprovechar la amplia experiencia brasileña en este campo.
Los contactos han proseguido y en noviembre pasado, una delegación de la embajada china en Brasil visitó el estado de Río Grande do Sul, el más meridional de Brasil, para conocer la gestión de los doce parques tecnológicos que se ubican en esa región.
Según fuentes del Gobierno de Río Grande do Sul, en esta región China podría invertir en campos como la industria naval y oceánica, así como en la electrónica, el sector del automóvil o el de la salud.
