COMENTARIO: Disputa regional demuestra debilitamiento de liderazgo de EEUU en Medio Oriente

Spanish.xinhuanet.com   2016-01-06 16:35:57

BEIJING, 6 ene (Xinhua) -- El prolongado conflicto entre dos grandes potencias de Medio Oriente estalló el domingo cuando Arabia Saudí rompió sus lazos diplomáticos con Irán luego de que manifestantes iraníes atacaron su embajada en Teherán por la ejecución en territorio saudí de un prominente clérigo chiita.

Arabia Saudí -dominada por los suníes- e Irán -dominada por los chiíes- han estado enfrentados durante mucho tiempo, apoyando a las partes rivales en los conflictos de Siria y Yemen. Sin embargo, que una discusión abierta terminará en la ruptura de vínculos tomó por sorpresa a muchos.

Visto de modo general, la serie de dramáticos acontecimientos ponen aún más de manifiesto el hecho de que Estados Unidos, un importante actor en Medio Oriente, está perdiendo control en la región.

Apegado a una política de intervencionismo durante años en la región, EEUU ha fracasado a la hora de asumir la responsabilidad de solucionar con seriedad los subyacentes conflictos políticos, sociales y religiosos en la zona, en lugar de decidir esconderlos debajo de la alfombra.

Esta práctica parece exitosa a la hora de esconder los problemas de la vista mundial durante algún tiempo, pero la llamada "Primavera Arabe" iniciada en 2011 se presentó como un duro llamado de alerta para Washington, aclarando a los estadounidenses que no son omnipotentes.

En la cadena de acontecimientos provocados por la "Primavera Arabe", países como Egipto, Arabia Saudí y Turquía han perdido todos la fe en EEUU.

Ni el avivamiento del conflicto religioso o el derribo por parte de Turquía de un caza ruso sirven a los intereses de EEUU mientras impulsa su campaña antiterrorista, pero el hecho de que estos acontecimientos hayan ocurrido una y otra vez revelan que los países de la región prefieren tomar su propio camino cuando sus intereses se enfrentan a los de Washington.

Por otro lado, sin una profunda voluntad política para involucrarse en la región, EEUU ha rebajado incluso su compromiso desde el punto de vista militar. Tras más de un año, la campaña aérea contra el Estado Islámico (EI) ha brindado escasos resultados, en tanto el fracaso de los prometidos programas de entrenamiento de agentes locales ha sido admitido incluso por oficiales estadounidenses.

En el terreno económico, EEUU tiene muy poco que mostrar también. En Libia y Yemen, donde la "Primavera Arabe" ha destruido en gran medida sus instituciones e infraestructuras, Estados Unidos ha estado ausente de los esfuerzos de reconstrucción, dejando a esos pueblos en situaciones de inestabilidad.

Estados Unidos podría tener excusas para estar menos involucrado en Medio Oriente, tales como su menor dependencia de los recursos regionales o su giro hacia Asia, pero una abrupta retirada que no trae más que el caos a la región resulta tan irresponsable como su temeraria intervención en la región.

Las apremiantes necesidades, principalmente la lucha contra las desenfrenadas actividades terroristas en todo el mundo, demandan que EEUU desempeñe un papel constructivo y haga más por los pueblos de la región a los que prometió ayudar.

  
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BEIJING, 6 ene (Xinhua) -- El prolongado conflicto entre dos grandes potencias de Medio Oriente estalló el domingo cuando Arabia Saudí rompió sus lazos diplomáticos con Irán luego de que manifestantes iraníes atacaron su embajada en Teherán por la ejecución en territorio saudí de un prominente clérigo chiita.

Arabia Saudí -dominada por los suníes- e Irán -dominada por los chiíes- han estado enfrentados durante mucho tiempo, apoyando a las partes rivales en los conflictos de Siria y Yemen. Sin embargo, que una discusión abierta terminará en la ruptura de vínculos tomó por sorpresa a muchos.

Visto de modo general, la serie de dramáticos acontecimientos ponen aún más de manifiesto el hecho de que Estados Unidos, un importante actor en Medio Oriente, está perdiendo control en la región.

Apegado a una política de intervencionismo durante años en la región, EEUU ha fracasado a la hora de asumir la responsabilidad de solucionar con seriedad los subyacentes conflictos políticos, sociales y religiosos en la zona, en lugar de decidir esconderlos debajo de la alfombra.

Esta práctica parece exitosa a la hora de esconder los problemas de la vista mundial durante algún tiempo, pero la llamada "Primavera Arabe" iniciada en 2011 se presentó como un duro llamado de alerta para Washington, aclarando a los estadounidenses que no son omnipotentes.

En la cadena de acontecimientos provocados por la "Primavera Arabe", países como Egipto, Arabia Saudí y Turquía han perdido todos la fe en EEUU.

Ni el avivamiento del conflicto religioso o el derribo por parte de Turquía de un caza ruso sirven a los intereses de EEUU mientras impulsa su campaña antiterrorista, pero el hecho de que estos acontecimientos hayan ocurrido una y otra vez revelan que los países de la región prefieren tomar su propio camino cuando sus intereses se enfrentan a los de Washington.

Por otro lado, sin una profunda voluntad política para involucrarse en la región, EEUU ha rebajado incluso su compromiso desde el punto de vista militar. Tras más de un año, la campaña aérea contra el Estado Islámico (EI) ha brindado escasos resultados, en tanto el fracaso de los prometidos programas de entrenamiento de agentes locales ha sido admitido incluso por oficiales estadounidenses.

En el terreno económico, EEUU tiene muy poco que mostrar también. En Libia y Yemen, donde la "Primavera Arabe" ha destruido en gran medida sus instituciones e infraestructuras, Estados Unidos ha estado ausente de los esfuerzos de reconstrucción, dejando a esos pueblos en situaciones de inestabilidad.

Estados Unidos podría tener excusas para estar menos involucrado en Medio Oriente, tales como su menor dependencia de los recursos regionales o su giro hacia Asia, pero una abrupta retirada que no trae más que el caos a la región resulta tan irresponsable como su temeraria intervención en la región.

Las apremiantes necesidades, principalmente la lucha contra las desenfrenadas actividades terroristas en todo el mundo, demandan que EEUU desempeñe un papel constructivo y haga más por los pueblos de la región a los que prometió ayudar.

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