BEIJING, 28 dic (Xinhua) -- Mientras que Japón y la República de Corea acordaron solucionar su problema de las "mujeres de confort" prolongado entre ambas partes, se necesitan más sinceridad y acciones de Tokio para resolver mejor el tema histórico sensible.
Hoy Japón ofreció una disculpa y un pago de mil millones de yenes (alrededor de 8,3 millones de dólares) a las mujeres coreanas obligadas a trabajar como esclavas sexuales durante la Segunda Guerra Mundial.
Para los dos vecinos, el acuerdo marcó un punto de inflexión en los lazos bilaterales, que durante años han sido afectados por los años del revisionismo histórico famoso del primer ministro japonés, Shinzo Abe, con intentos de negar las atrocidades de tiempos de guerra de Japón, incluido forzar a las mujeres asiáticas en los territorios ocupados a la esclavitud sexual.
Para toda la región del este asiático, esto marca un progreso importante para sus miembros en la resolución de problemas históricos y el mejoramiento de los lazos entre las dos economías regionales líderes ayudará a solidificar la base para la estabilidad y desarrollo de Asia.
No obstante, antes de anunciar "una nueva era" con Seúl, se le tiene que recordar a Tokio que las mujeres de la República de Corea no fueron las únicas víctimas de sus actos execrables y que un único acuerdo con un solo país está lejos de abordar el problema de las "mujeres de confort" en total.
Los historiadores calculan que hubo alrededor de 200.000 "mujeres de confort" obligadas a servir en los burdeles militares japoneses durante la guerra. Excepto las de la Península Coreana, muchas de estas mujeres desafortunadas provenían de China y otras naciones del sudeste asiático.
El mes pasado, Zhang Xiantu, la última "mujer de confort" de China sobreviviente que había demandado por los crímenes de guerra resultantes del militarismo japonés, murió a la edad de 89, sin recibir una disculpa o compensación de parte de Japón.
Si Japón fuera realmente sincero en sus remordimientos y disculpas respecto al tema de las "mujeres de confort", hubiera ofrecido disculpas y compensado a sus víctimas sin tomar en cuenta su nacionalidad, en lugar de dejarlas morir una a una con los agravios sin resolver.
También es una lástima que el arreglo de Japón con la República de Corea por el tema polémico sea más una elección política hecha bajo la presión de Estados Unidos en lugar de una decisión surgida por la conciencia.
Debido a la consideración de su llamada estrategia de "reequilibrio para Asia-Pacífico" y el panorama de seguridad en Asia oriental, Washington ha mantenido la presión sobre Tokio y Seúl, dos de sus aliados militares clave en Asia, para la reconciliación de sus disputas, mientras urge a la administración Abe a comprometerse con los temas históricos en particular.
La encuesta Nikkei más reciente muestra que 57 por ciento de sus entrevistados señalaron que Japón no necesita hacer concesiones relacionadas a las "mujeres de confort" de tiempos de guerra, mucho más que el 24 por ciento de quienes dijeron que había que ceder. Los resultados reflejan la tendencia derechista del público, una barrera probable que evitaría que Japón y sus vecinos lleguen a una reconciliación histórica.
Para avanzar en la misma dirección con los países vecinos por temas históricos, incluida las "mujeres de confort", se necesita más sinceridad de Japón para enfrentar la historia de frente directamente, reflexionar sobre sus agresiones pasadas y abordar los problemas relacionados de una manera responsable. Fin