LA HABANA, 27 dic (Xinhua) -- El deporte se ha convertido en una vía para profundizar el acercamiento entre Cuba y Estados Unidos, dos países que este año restablecieron relaciones diplomáticas luego de más de medio siglo de hostilidad.
El acercamiento ha sido en distinos deportes como baloncesto y fútbol, en especial el béisbol, lo que quedó de manifiesto hace apenas 10 días cuando un grupo de estrellas de las Grandes Ligas de Béisbol (MLB, siglas en inglés) de Estados Unidos visitó la isla.
Los representantes de la MLB impartieron durante tres días clínicas de entrenamiento infantil en dos estadios de Cuba.
Formaron parte del grupo varios cubanos que desertaron en distintos momentos para jugar en Estados Unidos.
Entre ellos estuvo el jardinero del club Dodgers de Los Angeles (California), Yasiel Puig; el toletero de los Medias Blancas de Chicago (Illinois), José Abreu; su compañero Alexei Ramírez y el cachador de los Cardenales de San Luis, Brayan Peña.
Completaron la embajada deportiva el inicialista venezolano Miguel Cabrera de los Tigres de Detroit, el dominicano Nelson Cruz de los Marineros de Seattle y el lanzador estadounidense Clayton Kershaw de los Dodgers de Los Angeles.
La visita fue considerada como parte de la mejoría en las relaciones entre los dos países desde que los presidentes Barack Obama y Raúl Castro anunciaran de forma simultánea el 17 de diciembre de 2014, que ambos países restablecerían relaciones diplomáticas.
"Pienso que es un buen momento en la apertura de relaciones entre ambos países. Para nadie es un secreto que es nuestro deporte nacional que une a nuestros pueblos", dijo entonces el presidente de la Federación Cubana de Béisbol, Higinio Vélez.
A su vez, el vicepresidente ejecutivo de Grandes Ligas, Don Halem, declaró ser una meta para su organización "la participación segura y legal de los cubanos en la MLB. Esto requiere cooperación del gobierno de Estados Unidos y del cubano, pero esperamos hacerlo".
De acuerdo con el bloqueo impuesto por Washington a la isla, los jugadores cubanos tienen que abandonar su país para ser firmados por los clubes estadounidenses de cualquier deporte.
Hace unos días, la MLB hizo un pedido formal al gobierno de Obama para permitir la contratación de peloteros cubanos que viven en la isla, solicitud cuya respuesta está en manos de la Oficina de Activos Extranjeros.
El camino de la diplomacia deportiva fue abierto en abril pasado por un grupo de jugadores destacados de la Asociación Nacional de Baloncesto (NBA, siglas en inglés).
Los participantes llegaron a la isla para ofrecer una clínica de entrenamiento dirigida a jóvenes en desarrollo, que incluyó tanto a mujeres como a hombres.
Los entrenamientos fueron dirigidos por el canadiense Steve Nash, recién retirado y en dos ocasiones el "jugador más valioso de la NBA".
Estuvo también el congolés Dikembe Mutombo, recién elegido al Salón de la Fama del Baloncesto en Estados Unidos, así como la ex estelar Ticha Penicheiro en la rama femenil.
En la comitiva, encabezada por Mark Tatum, vicecomisionado de la NBA, viajaron también los directores técnicos Quin Snyder del club Utah Jazz y James Borrego del Orlando Magic.
Estuvieron además Brad Jones, asistente del club Jazz de Utah y Don Showalter, entrenador para el desarrollo juvenil de la selección estadounidense.
Participó en la clina el vicepresidente de los Wizards de Washington, Tommy Sheppard; el entrenador asociado de los Knicks de Nueva York, Anthony Goenaga; y el árbitro de la FIBA delegación Américas, Geraldo Fontana.
La repreentación del fútbol, a su vez, llegó en junio con un partido entre el Cosmos de Nueva York y la selección nacional de la isla, que fue derrotada 4-1 en el estadio Pedro Marrero de La Habana.
En esa ocasión destacaron dos figuras: el español Raúl González Blanco y Edson Arantes do nascimento "Pelé".
En el primer caso, este jugador se retiró en noviembre pasado como campeón en la Liga estadounidense, mientras que "El rey Pelé" presenció el juego desde las tribunas entre los más de 20.000 espectadores.
En todos los casos, las autoridades de los dos países han coincidido en que el deporte es una de las áreas en las que más pueden avanzar las recién restablecidas relaciones entre Washington y La Habana.