RIO DE JANEIRO, 22 dic (Xinhua) -- La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, aseguró hoy que tiene coraje para enfrentar a aquellos que pretenden "atropellar la democracia", en alusión a los sectores que quieren abrir un juicio político en su contra en el Congreso sin, en su opinión, "fundamentos legales".
"Recibí 54 millones de votos (en las elecciones presidenciales de 2014) y la mejor forma de agradecer esa votación es teniendo coraje para enfrentar las dificultades de este momento de crisis y enfrentar a todos aquellos que creen que la mejor forma de llegar a la Presidencia es atropellando la democracia", explicó la mandataria en un discurso en el estado de Bahía (nordeste del país).
Rousseff afirmó una vez más que no dejará que nadie atropelle la democracia del país y que no hay ningún fundamento jurídico en el trámite autorizado por el presidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha, para abrirle un juicio político con fines de destitución.
"No hay fundamento legal para eso porque tengo una vida limpia. Tengo una biografía y una vida pública absolutamente sin manchas y estoy comprometida con los recursos públicos de este país. Ni en mi pasado ni en mi presente hay acusaciones contra mí", aseguró la mandataria en clara alusión a Cunha, sobre quien pesan denuncias por corrupción y lavado de dinero que están siendo investigadas.
La jefa de Estado recordó que la Constitución brasileña sólo prevé la destitución de un presidente apenas en casos de crímenes de responsabilidad del jefe de Estado, lo que, afirmó, no es el caso.
Rousseff también reconoció que Brasil está sumergida en una grave crisis política y económica, pero rechazó que el país esté paralizado.
"Es verdad que estamos pasando por dificultades, pero también es verdad que, incluso con esas dificultades, no estamos parados. Seguimos, como hoy, construyendo viviendas familiares, distribuyendo subsidios para los más pobres y construyendo obras de infraestructura. Puedo garantizarles que el país no va a parar", comentó.
La posible apertura de un juicio político contra la presidenta de Brasil quedó paralizado tras la decisión de la semana pasada de la Corte Suprema de ordenarle a la Cámara Baja que reinicie todo el trámite por "errores de procedimiento" en sus fases iniciales. Los trámites se reiniciarán apenas en febrero, una vez el Congreso reinicie los trabajos tras las vacaciones de verano.